El exalcalde del municipio mallorquín de Llucmajor, el conservador Lluc Tomás, acaba de ver cómo su condena por corrupción queda anulada por una sentencia del Tribunal Supremo cuyo ponente ha sido Luciano Varela. Es decir, el mismo magistrado que procesó a Baltasar Garzón por investigar los crímenes del franquismo y que luego participó en el tribunal que condenó por prevaricación al entonces juez por las escuchas de la Gürtel.
La sentencia absolutoria no ofrece un relato de hechos distinto al que condujo a la condena del exregidor. Pero el Supremo entiende que la condena de tres años de cárcel dictada por la Audiencia de Palma contra Tomás por malversación, fraude, prevaricación y uso de información privilegiada, estuvo mal fundamentada y vulneró, por tanto, el derecho del procesado a la presunción de inocencia.
Tomás había sido condenado en 2008 como colaborador “imprescindible” en las maniobras de otro edil también sentenciado, Joaquín Rabasco, para apoderarse de dinero público -casi un millón de euros, según la denuncia- mediante la adjudicación fraudulenta de contratos municipales a un “entramado de sociedades” creado por él mismo y su novia. El Supremo no cuantifica con claridad el daño económico infligido al ayuntamiento de Llucmajor.
Fechado el pasado día 15 pero difundido ayer, el fallo fue acordado por tres de los cinco magistrados que integraban la sala y cosechó el rechazo de los magistrados Andrés Martínez Arrieta y Joaquín Giménez García, que elevaron un voto particular contrario a la absolución. En su escrito, los dos magistrados aducen que Tomás debió ser condenado por un delito de negociaciones prohibidas a funcionarios, aunque no niegan que la sentencia impugnada adolece de “graves deficiencias” en la motivación. Aun así, Arrieta y Giménez subrayan que el alcalde firmó contratos que favorecían a Rabasco y que lo hizo pese a conocer “la actividad ilícita del concejal”
Rapapolvo al tribunal de Palma
Pero la sentencia de 2008 no fue la única dictada por la Audiecnia de Palma. Ya entonces los condenados recurrieron al Supremo, que obligó al tribunal palmesano a enmendar la falta de motivación de su anterior dictamen. La segunda sentencia difirió de la primera en algunos argumentos pero no en la conclusión: el fallo volvió a ser condenatorio.
Tras el recurso planteado por los condenados,la Fiscalía pidió al alto tribunal que endureciese la condena de Lluc Tomás y le impusiera cinco años de cárcel en lugar de los tres establecidos por la Audiencia de Palma. El alto tribunal ha desoído por completo la solicitud del ministerio público: no sólo absuelve al exalcalde sino que rebaja la condena del exedil Rabasco y de su novia, María del Amor Aldao. Al carecer ambos de antecedentes y no exceder de dos años su condena, ninguno de ellos entrará en prisión.