martes, octubre 15, 2024
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¿Qué es la diabetes mellitus tipo 1?

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La diabetes mellitus tipo 1, también llamada diabetes insulino-dependiente o de comienzo infanto-juvenil, es una enfermedad metabólica en la que se destruyen las células β de los islotes de Langerhans del páncreas, lo que produce un déficit absoluto de insulina. Esta hormona es la que hace posible la movilización del azúcar de la sangre (glucosa) permitiendo su entrada en las células, donde se almacena y después puede utilizarse para obtener energía.

Este tipo de diabetes afecta a aproximadamente 1,27 millones de personas en Europa y a un total de casi 5 millones de personas en todo el mundo, aunque supone sólo el 10% de los casos diagnosticados de todos los tipos de diabetes. Puede ocurrir a cualquier edad, pero aparece con mayor frecuencia en niños, adolescentes o adultos jóvenes y casi siempre se diagnostica antes de los 30 años.

La causa exacta que produce esta enfermedad se desconoce. La genética, los virus y los problemas autoinmunitarios pueden ser algunos de los motivos. Se sabe que, en muchos de los casos, es el sistema inmune de la persona el que ataca y destruye las células del páncreas que producen insulina. La posibilidad de contraerla parece estar asociada a factores genéticos múltiples, aunque solo el 15-20% de los pacientes tienen una historia familiar positiva. Ha de existir una predisposición genética y tiene que haber un factor desencadenante como estrés, infección viral, toxinas, etc. que producen el efecto inmunológico que destruye las células β. Una vez que esas células son destruidas, nunca más volverán a producir insulina.

Por desgracia, esta enfermedad no puede ser prevenida y no existe una manera práctica de predecir quién la adquirirá. No hay nada que el progenitor o el niño hubieran hecho para provocar la enfermedad. Conviene dejar claro, desde el principio, que comer muchos dulces no influye en el riesgo de adquirir diabetes tipo 1.

Una persona puede tener diabetes y no darse cuenta porque los síntomas no siempre son claros y pueden tardar tiempo en manifestarse. Puede aparecer de manera gradual o repentina. Los síntomas típicos, que se conocen como las 3 “pes” (poliuria, polidipsia y polifagia) y otros asociados, son los derivados de unos niveles elevados de glucosa en sangre (hiperglucemia) al no poder entrar en las células por falta de insulina:

  • Se orina con más frecuencia y en volúmenes mayores (poliuria). El organismo quiere eliminar las altas concentraciones de glucosa en sangre y empieza a expulsarlas en la orina. La glucosa arrastra consigo gran cantidad de agua como si fuera una esponja.
  • Se siente sed de forma desmedida (polidipsia). Debido a que se pierde mucho líquido al orinar demasiado, el organismo necesita compensar la pérdida de agua para evitar la deshidratación.
  • Aumenta mucho el apetito (polifagia). A pesar de disponer de gran cantidad de glucosa en la sangre, las células no pueden utilizarla al no disponer de la llave que abre la puerta (insulina) para que pase la glucosa a su interior y es cuando el cerebro emite mensajes de falta de alimento.
  • Aparece un gran cansancio. Al no poder entrar la glucosa en las células, es como si no comiesen y no recibiesen energía, lo que produce los síntomas del cansancio.
  • Paradójicamente, a pesar de tener mucho apetito, se adelgaza. Esto se debe al hecho de que, al faltar la glucosa en el interior de las células, el organismo necesita energía de cualquier forma y se mandan mensajes para utilizar el combustible de reserva acumulado en forma de grasa, y así, se empieza a perder peso.
  • La utilización como combustible energético casi exclusivamente de la grasa produce un acumulo excesivo de cuerpos cetónicos (el más conocido es la acetona) que en cantidades altas son tóxicos para nuestro organismo (cetoacidosis diabética) y pueden dar síntomas como: náuseas o vómitos, dolor de estómago, respiración profunda y rápida, boca y piel seca, enrojecimiento de cara, aliento con olor a fruta (acetona) y puede llegar a producirse una pérdida de conciencia.

Cuando una persona, normalmente joven, es diagnosticada de diabetes tipo 1 deben saber tanto ella como su familia que se trata de una enfermedad crónica, que no desaparece y requiere tratamiento de por vida. Los niños y adolescentes con esta enfermedad dependen de inyecciones de insulina diarias o de una bomba de insulina (insulino-dependiente) para controlar los niveles de glucosa en la sangre.

Los pilares básicos del tratamiento de la diabetes tipo 1 son:

  • La insulina y su correcta dosificación y administración.
  • La educación y el conocimiento de la enfermedad.
  • La motivación para el autocuidado y el llevar estilos de vida saludables: tener una alimentación equilibrada, practicar regularmente ejercicio físico, controlar el estrés, y adecuar el rol familiar, laboral y social.

 

Dr. J.P. Fernández Corbelle (Doctor en Medicina y Cirugía)

Director CENTRO MÉDICO PREVENSALUD:

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