miércoles, octubre 2, 2024
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El exsocio de Urdangarin amaga con implicar directamente al Rey en los convenios con Instituto Nóos

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La salida a la luz de la exigencia de Diego Torres para que Iñaki Urdangarín le entregue 10 millones de euros si no quiere que desvele supuestos secretos que comprometerían no sólo a la Infanta Cristina sino al propio Rey y su papel en relación a Instituto Nóos dio el pasado domingo una vuelta de tuerca a un caso de deriva cada día más incierta. Aunque el abogado del duque de Palma, Mario Pascual, dijo ignorar la existencia de una solicitud de esa índole, fuentes consultadas en el caso ya habían avanzado la semana pasada que Torres demanda ahora 10 millones pero que empezó reclamando 30. Y que su estrategia se basa en una premisa: la de que, aun si resulta absuelto, su vida profesional ha terminado mientras que la de Urdangarin seguirá resuelta en tanto continúe perteneciendo a la Familia Real española por su calidad de esposo de la hija menor del monarca.
El golpe que para la imagen de Torres ha significado la difusión de la noticia, que lo presenta como presunto autor de una “extorsión”, y ese fue el adjetivo usado por el letrado de Urdangarin, se suma a otro patinazo anterior: la filtración de las reuniones que, por separado, debían mantener la defensa de Urdangarin y la suya propia en Madrid la semana pasada con la Fiscalía Anticorrupción. Las dos citas, previstas para el jueves y el viernes, se anularon en cuanto su existencia trascendió. La Fiscalía no descarta que puedan haber finalmente reuniones antes del día 22, la fecha en que Diego Torres declarará ante el juez del caso.
Un misil contra el Rey
Qué declarará el antiguo profesor del Esade ese día constituye una incógnita. Pero en el entorno de Torres circula con fuerza una idea: que, además de correos electrónicos, el imputado tiene o dice tener datos sobre la presunta intervención del Rey ante los máximos responsables de Valencia a favor del tándem rector del hoy desacreditado Instituto Nóos. Y que está dispuesto a ofrecer esos datos al juez y al fiscal Anticorrupción.
Según quienes conocen la versión de Torres, que sea cierta o falsa constituye un auténtico misil contra el Rey, el exsocio de Urdangarín no descarta declarar el día 22 que él mismo acudió a La Zarzuela meses antes de que la Generalitat valenciana y una fundación dependiente del ayuntamiento de Valencia firmasen con Instituto Nóos el  convenio para la primera de las dos Valencia Summit, es decir, para la cumbre turístico-deportiva que reportó a la ONG de Urdangarin el primero de los 3,5 millones públicos logrados en la Comunidad valenciana. Según esas mismas fuentes, Torres ya ha aireado en ciertos ámbitos jurídicos y políticos que coincidió en Zarzuela no sólo con Urdangarín sino, sobre todo, con el entonces presidente de la Generalitat, Francisco Camps, y con la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, invitados por el Rey. Siempre según esa versión, Camps y Barberá charlaron con don Juan Carlos mientras Urdangarin y Torres esperaban en otra dependencia. Y, una vez se marchó el Rey, pasaron a la sala donde se encontraban los dos políticos para abordar la futura colaboración con Instituto Nóos.
Ayer, el equipo de Rita Barberá negó tajante que la alcaldesa hubiera recibido ninguna indicación o sugerencia del Rey para contratar con la asociación de su yerno. En diciembre, cuando el entorno de Torres comenzó a difundir el supuesto episodio de aquel encuentro en Zarzuela, portavoces autorizados de la Casa Real también lo negaron.
Ahora, no está claro que, tras la tormenta desatada por la noticia sobre la exigencia de 10 millones de euros, Torres vaya a seguir adelante con su estrategia. El día 22 se resolverá la incógnita. En medio, quedan dos semanas en las que tanto su abogado como el de Urdangarín intentarán reanudar la negociación con la Fiscalía que abortó la filtración de la semana pasada.

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