viernes, octubre 4, 2024
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«El 15M se ha convertido en el producto español más internacional»

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Jesús Montero es un funcionario universitario ‘indignado’. De los que creen que participar y democratizar el poder es una gran tarea que tenemos como ciudadanos, igual que pagar impuestos o votar en las elecciones. En su adolescencia ya participó en movimientos juveniles, y desde hace un año colabora con el 15M de una manera muy activa. Estuvo en la manifestación del 15 de mayo de 2011, y también durante la primera noche, cuando la Policía intentó desalojarlos “pero se tuvo que ir porque lo único que había allí era gente pacífica”, relata Montero a ESTRELLA DIGITAL.

Él no acampó, pero sí acudió a la primera asamblea de aquel mayo a las 8 de la tarde. “Éramos 150 ó 200 personas, no más”, explica este ‘indignado’. A partir de aquí, todo ya es bien conocido. La siguiente noche sí hubo desalojos; y con ellos la explosión de un movimiento social que está a punto de cumplir su primer aniversario de vida. Durante los primeros 25 días se desarrolló en las plazas de las principales ciudades del país –incluso también del resto del mundo- y a continuación pasó a consolidarse en municipios y barrios. Jesús Montero participa desde sus inicios en la asamblea del Paseo de Extremadura y relata para este diario cuál ha sido su experiencia durante este tiempo.

¿Es la primera vez que usted participa en un movimiento social de estas características?

No, yo ya participé en movimientos juveniles durante mi adolescencia. Y también participé en la contracumbre en Praga contra el Banco Mundial en el año 2000.

¿Podría encontrar similitudes entre lo que vivió entonces y lo que está viviendo ahora?

Lo que viví en Sol en el año 2011 me recordó mucho a aquellos días en Praga, cuando el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional tuvieron que clausurar la cumbre, la cena de gala y la ópera porque el movimiento activista había bloqueado las calles. Esa emoción y satisfacción, cómo se juntaban voluntades, corazones y mentes muy diversas buscando entre todos caminos comunes contra el tratamiento como mercancías que hacían los políticos amparados por el capital internacional, también me recordó mucho a los años de la transición a la democracia en España, en 1977, 1978 y 1979, cuando no sólo se trataba de recuperar la libertad sino de intentar transformar nuestra sociedad.

¿Cómo colabora actualmente en el movimiento 15M?

Fui a la primera asamblea de los barrios que se hizo en la calle del Carmen y a partir de ahí me organicé en el Paseo de Extremadura. En una asamblea que constituimos dentro de ese movimiento popular ‘indignado’.

¿Y qué está haciendo su asamblea?

Como dice el lema de la movilización 12M15M “seguimos en las plazas”. Es decir, hemos estado todos los sábados reunidos en asamblea. Primero en un parque; y después en un gimnasio que nos cedió amablemente un colegio. Entre semana nos hemos estado reuniendo en grupos de trabajo: el grupo de educación, el grupo de comunicación y el grupo de empleo. Los viernes ofrecemos información en la boca del metro de Puerta del Ángel. Y a parte de participar en todas las acciones globales, en el interbarrios del sur hemos desarrollado una serie de actividades. Todos los últimos domingos del mes hacemos un mercado de trueque para demostrar que es posible el intercambio sin el uso del dinero. Se han organizado fiestas populares y hemos organizado un pasacalles anticapitalista por el Madrid Río. También hay un grupo que tiene ocupado un espacio para la acción y la cultura popular, que se llama La Hormigonera. Y también estamos participando con Aluche en una actividad de ayuda mutua, una muy buena iniciativa de respuesta al desempleo y a la pobreza. Allí se están implicando pequeños comerciantes que antes de tirar productos alimenticios a la basura nos los ceden para dar respuesta a necesidades de muchas familias que se encuentran sin ningún tipo de protección social.

¿Y los desahucios? ¿Cómo han respondido desde el Paseo de Extremadura a esta problemática?

Parar desahucios quizás haya sido la actividad que más satisfacción me ha causado. Principalmente porque participé en ella, pero también porque creo es una de las cosas más importantes del movimiento a nivel de barrios. Yo he tenido la satisfacción de participar en tres acciones que han conseguido paralizar el desahucio. Recuerdo esos días de una manera muy especial y emocionante. Algún día igual me toca participar en alguna desahucio que no logremos parar, y ese día seguro que es muy triste, porque ya sólo la palabra expresa muy bien el drama en el que nos encontramos.

Está claro que el movimiento está trabajando, ¿qué le diría a todos aquellos que no creen que ésto sea así?

Yo le diría a la gente que no se exprese con las preguntas del poder. Es decir, el poder, a través de muchos medios de comunicación, siempre nos hace preguntas que tienen trampa. Por ejemplo, la cuestión de los líderes. Como si tener líderes fuera condición de éxito o de bondad del movimiento. O por ejemplo, la cuestión de que al principio no proponíamos. Cuando hay que tener en cuenta que estábamos en un momento de cuestionarnos y de hacer preguntas. Ahora que tenemos propuestas no las quieren escuchar. El 15M es un movimiento civil y político que está generando más ciudadanía. Si alguien entiende este movimiento como algo que intentó ser y no lo logró, yo les diría que hoy en España hay más política, más conciencia, más movilización y más organización que hace un año.

¿Cree que las últimas disputas que se están produciendo en el seno de algunas plataformas está provocando la desilusión de algunas personas?

Yo creo que un indicador del grado de desarrollo alcanzado de lo que en su origen no fue más que una manifestación es el propio problema que tiene Democracia Real Ya. Cuando se ha generado un debate entre ellos sobre hacerse asociación o no. Las organizaciones cuando maduran se enfrentan a estos problemas: divisiones, enfrentamientos y conflictos. En las asambleas también han surgido debates sobre qué no estamos haciendo bien cuando a veces no somos muchos. Ésta vuelve a ser una pegunta del poder. Y yo creo que no es una respuesta del movimiento.

¿Cuál cree que debe ser la lucha del movimiento en estos momentos?

Construir ciudadanía. Que la subjetividad de los ciudadanos se exprese y controle a los representantes políticos. Porque la revolución que hoy necesitamos es la de recuperar la democracia secuestrada. Además, también sería bueno desplegar aún más el enraizamiento territorial y sectorial que hay, seguir trabajando en la red y mejorar las formas de organización y coordinación. Una vez logrados estos retos, ya veremos qué pasos dar.

Balance, un año después

Realmente, muy satisfactorio. Primero, porque hace un año, en Madrid, por primera vez emergió -después de la transición española- un movimiento nacional, con un sentido patriótico, alejado de la retórica casposa de los 40 años de la dictadura. Y no sólo un movimiento nacional que nace en Madrid, en Barcelona o en Euskadi -tradicionalmente comunidades de una cultura política más activa-, sino que además se internacionalizó, hasta el punto de que hoy hay dos marcas importante de España en el mundo. Una es la ‘Roja’, la selección de fútbol española, y la otra es el 15M, uno de los productos españoles más internacionales en estos momentos.

Elsa S. Vejo

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