El conflicto con Gibraltar le preocupa al Ejecutivo español, y mucho. El clima en La Moncloa a este respecto es de cierto nerviosismo. Desean que el conflicto se resuelva lo antes posible, aunque son conscientes de que para ello es importante que el PP y el PSOE «trabajen desde la mayor unidad posible». Así se ha manifestado la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros de este viernes, dónde era más que evidente que tendría que dar cuenta de cómo van las negociaciones con las autoridades británicas.
Las explicaciones han sido escasas, aunque ha insistido en que la posición del Gobierno de Rajoy a este respecto está clara: «El Ejecutivo español trabaja para alcanzar una solución como la que se alcanzó en 1999 entre las autoridades gibraltareños y los pescadores de la zona». Un acuerdo que consiste en permitir a los pescadores faenar sin las restricciones que impone una ley gibraltareña de 1991 sobre protección del medio ambiente. «Ésto sería lo idóneo», ha aseverado la ‘popular’, según la cual, el Tratado de Utrecht (1713), por el que el Reino español solo cedió las aguas del puerto, les da la razón.
Tal y como ha confirmado la vicepresidenta, el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, hablará el martes en Londres con su colega británico, William Hague. No obstante, y hasta que la situación se aclare -que deberá producirse en el ámbito de conversaciones entre el Gobierno de Gibraltar y los representantes de los pescadores-, el Gobierno seguirá defendiendo los derechos de los pescadores españoles a faenar en unas aguas que son españolas. Por el momento, «seguiremos haciendo los máximos esfuerzos», asegura la vicepresidenta.
En cuanto al último envite socialista, que ha responsabilizado a los pescadores de Algeciras de los nuevos incidentes ocurridos en aguas próximas a Gibraltar con unas «provocaciones teledirigidas desde algún despacho de Algeciras», donde gobierna el PP, Sáenz de Santamaría ha pedido al PSOE que no entre en controversias en la cuestión de Gibraltar y trabaje en cambio «desde la unidad» en defensa de los intereses de España y de los pescadores españoles que faenan en los alrededores del Peñón.