La pillada de Alfredo Pérez Rubalcaba asegurando a Eduardo Madina que Maru Menéndez, secretaria de organización del PSM, era la persona que filtró la postura del PSOE sobre Bankia y que la «echará» del partido, no ha hecho más que abrir la brecha entre el jefe de Ferraz y el jefe de Callao.
Menéndez, mano de derecha de Tomás Gómez, no ha querido hacer declaraciones a los medios sobre las palabras de Rubalcaba. Quien sí lo ha hecho es su compañera Amparo Valcarce, diputada del Grupo Parlamentario Socialista en la Asamblea. Valcarce asegura que el secretario general llamó por teléfono a la socialista para pedirle disculpas. Pero eso no es suficiente. «Pensamos que la disculpa ha de ser pública», apuntaba Valcarce. Al tiempo que resataba que Maru Menéndez «jamás» ha hecho nada que pudiera «poner en riesgo» la gestión de su partido. Lo mismo decía el propio Tomás Gómez en Los desayunos de TVE: «Rubalcaba se disculpará hoy públicamente».
Aunque es la número dos del PSM la afectada, la pillada de Rubalcaba pone de manifiesto que las familias socialistas, lejos de reconciliarse, se distancian cada vez más. Por un lado el secretario general y, por otro, el secretario general madrileño. Quien mejor define esta división es Íñigo Henríquez de Luna, portavoz del PP en la Asamblea de Madrid. «El señor Rubalcaba dice blanco y el señor Gómez dice negro». El ‘popular’ pone como ejemplo la comisión de investigación sobre Bankia que el exvicepresidente no ha pedido abiertamente, mientras que el líder de los socialistas madrileños la reclama con contundencia.
En este sentido, Henríquez de Luna recuerda al exalcalde de Parla que el PSM tenía a cinco consejeros en los órganos de administración de la caja y, por lo tanto, «estaba informado o debería haberlo pedido», señalaba el portavoz. Para el PP, Gómez también tiene «responsabilidad» en la situación de Caja Madrid, por lo que no puede «lavarse las manos».
La «radicalidad» del secretario general del PSM también se ve, según Henríquez de Luna, en la negativa del líder de la oposición a llegar a acuerdos con el Gobierno de Esperanza Aguirre. Ya que «siempre» se niega a la posibilidad de dialogar con el Ejecutivo para llegar a acuerdos, que es lo que «demandan» los ciudadanos.