A pesar del despliegue de observadores de la ONU, los combates no han cesado. Por este motivo, Reino Unido ha pedido «una acción más dura» por parte del Consejo de Seguridad para conseguir que el plan del mediador internacional, Kofi Annan, se cumpla. Además, Francia estudia el envío de equipos de comunicación a los rebeldes sirios para impulsar una «gran revolución» contra Bashar al Assad. Mientras tanto, la organización HRW ha denunciado que las fuerzas gubernamentales han recurrido a la violencia sexual para torturar a detenidos.
«Estamos centrados en el momento de imponer, hacer que viva, el plan de seis puntos de Annan. Pedimos al régimen sirio que comience a cumplir sus compromisos (…) Hasta ahora no lo ha hecho; en lugar de asesinar brutalmente a su población», ha dicho Lyall Grant.
Asimismo, ha agregado que «hemos visto una serie de masacres día tras día en Siria. Claramente el tiempo se está agotando para el plan Annan, pero todas nuestras energías están centradas en hacer que se cumpla», ha agregado.
Además, el Gobierno de Francia estudia el envío de quipos de comunicación a los movimientos opositores sirios para impulsar una «gran revolución» contra el Gobierno del presidente sirio, Bashar al Assad, según ha informado este viernes el ministro de Asuntos Exteriores francés, Laurent Fabius.
Fabius ha asegurado que su Gobierno apoya el plan de Annan, pero que está estudiando nuevas opciones, aunque ha descartado armar a los rebeldes. «Estamos considerando, y los estadounidenses ya lo han hecho, no dar armas sino proporcionar equipos de comunicación para que se desarrolle una gran revolución entre la población», ha explicado.
«La otra idea es que se produzca una clara victoria de la oposición en el conflicto, pero solo se conseguirá a través de una confrontación violenta extrema», ha señalado el ministro, que ha añadido que la oposición no podrá conseguirlo por su cuenta.
Además, ha comentado que existen una serie de negociaciones con Rusia para conseguir una salida política al conflicto en Siria con la dimisión de Al Assad, calificado por el ministro como «tirano». «Cuanto antes se vaya, mejor, pero al mismo tiempo un gobierno debe tener sucesor, por lo que se han puesto en marcha una serie de negociaciones muy difíciles y minuciosas», ha indicado.
Sin embargo, el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, ha negado este viernes que su gobierno esté inmerso en cualquier negociación que suponga la salida de Al Assad del poder.
Por su parte, el jefe de observadores de la ONU desplegado en Siria, el general noruego Robert Mood, ha afirmado que en ese país no existe la voluntad de emprender un proceso de transición pacífico y que ha apreciado más bien un esfuerzo por lograr avances militares.
«Parece que hay una falta de voluntad para realizar una transición pacífica. En cambio, están intentando avanzar en sus posiciones militares», ha declarado Mood, que dirige la Misión de Supervisión de Naciones Unidas en Siria.
El jefe de los observadores no ha aclarado si se refería a las fuerzas leales al presidente sirio, Bashar al Assad, o a los rebeldes que quieren derrocarlo, pero con un comentario posterior ha dado a entender que estaba hablando de las dos partes enfrentadas.
Mientras tanto, la organización Human Rights Watch (HRW) ha denunciado que las fuerzas gubernamentales sirias han recurrido a la violencia sexual para torturar a hombres, mujeres y niños detenidos durante el actual conflicto. También ha acusado a militares y combatientes de milicias leales al Gobierno de abusar sexualmente de mujeres y de niñas al registrar en viviendas y zonas residenciales.
La directora de HRW para Oriente Próximo, Sarah Leah Whitson, ha afirmado en un comunicado que «la violencia sexual contra detenidos es una de las muchas armas horribles con las que cuenta el arsenal de tortura del Gobierno sirio». «Las fuerzas de seguridad la utilizan a menudo para humillar y degradar a los detenidos con total impunidad», ha añadido.
Las víctimas no lo cuentan
Según la organización, el estigma que sufren en Siria las personas que han sufrido violencia sexual hace que las víctimas se muestren reacias a denunciar los abusos. Muchos de los trabajadores sociales entrevistados por HRW han explicado que, por miedo o por vergüenza, las víctimas no quieren que sus familiares se enteren.
Además, cuando deciden pedir ayuda, las víctimas tienen dificultades para acceder a asistencia médica o psicológica, tanto en Siria como en los países vecinos a donde huyen.
Igualmente, considera que el equipo de observadores de la ONU que se encuentra en Siria supervisando la aplicación del plan de paz del mediador internacional, Kofi Annan, debería poder acceder a los lugares de detención.
Por último, Whitson ha señalado que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas debe dejar claro al Gobierno de Al Assad que «tendrá que rendir cuentas por la violencia sexual y por otras violaciones de los derechos Humanos» llevando el caso de Siria al Tribunal Penal Internacional.
También, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) ha informado este viernes de que está incrementando los medios para atender a la cada vez mayor cantidad de afectados por la violencia en Siria, especialmente alimentos y asistencia sanitaria.
«El CICR y la Media Luna Roja Árabe Siria están realizando esfuerzos para ayudar a las decenas de miles de personas de las zonas afectadas por la violencia en el menor plazo de tiempo posible», ha indicado el CICR en un comunicado difundido desde Ginebra.
Los ingenieros del CICR están trabajando especialmente en la red de suministro para facilitar agua potable a los desplazados en regiones conflictivas, como Homs y Hula. Además, sus equipos han realizado visitas en la última semana en Alepo, Idlib y sus alrededores y en Al Nabak.
«Cada vez más y más personas necesitan ayuda», ha indicado la subdirectora de la delegación del CICR en Siria, Alexandre Equey. «En algunas zonas la gente ni siquiera puede salir de sus casas y la ayuda no llega», se ha lamentado.