viernes, octubre 4, 2024
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El “Día de Laura”

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Laura es una niña que no lo ha tenido fácil. Sufre de parálisis cerebral que hace que su autonomía sea prácticamente nula. Además, padece problemas estomacales que provoca que tenga que ser alimentada por sonda y tiene las caderas desencajadas. Conozco a Laura desde que era casi un bebé. La he visto llorar cuando estaba incómoda y reír cuando alguno de los más cercanos le hablaba y la niña se sentía reconfortada oyendo su voz. Su cuerpo rígido en brazos de su padre y esas sonrisas a mandíbula batiente cuando escuchaba a su abuelo Celso que sentía devoción por ella. Esas sonrisas de una niña que ocupa la vida de sus padres, abuela y hermano.

Hemos compartido jornadas estivales en las que nuestra mayor ilusión era provocar una sonrisa en Laura porque, sin duda, era el preciado fruto de haberla hecho feliz.

Es verdad que no puede correr, ni saltar, ni podrá hacer las cosas que cualquier niño sano de su edad puede hacer pero es nuestra obligación ciudadana y personal conseguir que esa niña mantenga intacta su dignidad y todas sus necesidades cubiertas.

Vive en Vega de Pas, en el barrio de Riolangos, un municipio tan bonito como orográficamente inaccesible para casos como los de Laura. Sus padres inician ahora una nueva lucha; conseguir dinero suficiente para poder comprar una silla adaptada a las necesidades de Laura en un momento en el que las subvenciones han desaparecido del mapa y en el que la economía familiar diaria, si ya precaria hasta la fecha, hoy es un obstáculo casi insalvable para poder acceder a las necesidades de la niña.

Necesita una silla que permita que su espalda no se tuerza y le provoque más dolores si cabe. Una silla que permita mantener erguida la cabeza y que pueda ver el paisaje, el devenir de los días, a su hermano correr, a sus padres, todo. Que pueda mirar, en definitiva, la vida de frente.

El bienestar de Laura, el que pueda salir más de casa, el que pueda hacer una vida lo más normal posible depende, en gran medida, de esa silla.

Sin subvenciones, toda ayuda es poca. Han hecho todo lo posible para poder recaudar el dinero que necesitan pero, aún así es complicado en un entorno poco poblado y con pocos medios conseguir lo que falta.

Hoy, mi compromiso, es con Laura y su familia. Como cargo público, sí, pero sobre todo como amiga y como persona que quiere a esa niña y que quiere seguir viendo esa sonrisa que ilumine su cara.

Vega de Pas es uno de esos municipios con arcas vacías pero lleno de ganas de ayudar a quienes peor lo están pasando. Por eso dedicaremos un día para la solidaridad con Laura y con aquellas personas a las que la crisis les ha arrebatado la posibilidad de vivir con dignidad porque todo se les volvió en contra.

El “Día para Laura” es un evento que ponemos en marcha con la ilusión de poder facilitar la vida a esa niña y a aquellas personas que nos necesitan.

Un día festivo para celebrar que Laura llegó hasta aquí por su fuerza y el coraje de su familia y, sobre todo, un futuro mejor. No será un día triste, porque la sonrisa de Laura merece la alegría que ella nos transmite. Un cocido montañés solidario, barra de bar solidaria y música para que sea un día destinado a los que más necesitan.

 

 

 

Leire Díez

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