viernes, octubre 4, 2024
- Publicidad -

La «Robin Hood de los ricos» se esconde en la Asamblea de Madrid

No te pierdas...

La última sesión de control al Gobierno de Esperanza Aguirre en la Asamblea se presentaba perezosa. Aparte de las preguntas, en el orden día sólo figuraban tres enmiendas a la totalidad de la Ley de Modificación de los Presupuestos Regionales para 2012. Una por cada grupo de la oposición: UPyD, PSM e IU. Enmiendas rechazadas por el PP y su mayoría absoluta.

Así que la modorra de la siesta, -el pleno empezó pasadas las cuatro de la tarde-, hizo mella en los diputados. A Aguirre sólo le importaba dar un titular: pedir que se elimine el Tribunal Constitucional y se convierta en una sala del Supremo. «Es una vergüenza», decía sobre la legalización de la formación abertzale Sortu por parte del TC. «Hoy es un día triste para la democracia».

La presidenta daba estas declaraciones minutos antes de comenzar el pleno. Los escasos metros que separan el despacho de la entrada al salón los ha recorrido despacio. Recreándose. Este jueves quería hablar. Necesitaba la atención de los medios más allá del rechazo de su partido a las enmiendas de los grupos parlamentarios. Independientemente de su valoración de la sentencia del Constitucional, a Aguirre sus palabras le han servido para que los periodistas se centraran en sus letras de molde y los recortes de los recortes en las nuevas cuentas madrileñas queden relegados a un segundo plano. De nuevo, la jefa del Ejecutivo lanza balones fuera.

Ya en el salón de plenos comienzan las preguntas. Cómo afectarán a los recursos públicos los nuevos presupuestos, la ayuda a la banca y por qué no se implantan las oposiciones en la Comunidad fueron las tres que plantearon los protavoces Tomás Gómez, Gregorio Gordo y Luis de Velasco.

Como siempre, el debate a cara de perro ha sido con Gómez. Los recortes en tratamientos oncológicos irritan a Aguirre, que alza la voz para decirle: «No utilice la enfermedad para asustar a la gente. No mienta».»Lean su propio documento, página 60, sección 17″, contestaba Gómez al presentar su enmienda. El exalcalde de Parla se crecía cada vez más hasta concluir con la baza de que hay un modelo alternativo a los «recortes, recortes y recortes». La bancada socialista le animaba a seguir con sus aplausos. Mientras, su oponente repasaba unos papeles en su escaño. Indolente, sin levantar la vista. Si ni siquiera hacer un gesto para escuchar a Gómez. Sólo se ha quitado las gafas cuando el socialista volvía hacia su sitio, en mitad de las palmas de su grupo. Entonces y, sólo entonces, Aguirre lo ha mirado, esbozando una tímida sonrisa. Pensando para sí.

Con Gordo, la presidenta ha hecho gala de la sinceridad que la caracteriza a la hora de hablar de su ideología: «Yo sigo creyendo que inyectar fondos públicos a la banca no es positivo», señalaba cuando el portavoz de IU tiraba de hemeroteca y recordaba lo que dijo la jefa cuando cayó Irlanda.

La prosa ganó al verso

La sesión de este jueves no ha sido tan rica como la de la semana pasada. Nada de teatro, nada de poesía. La prosa ganó al verso. Tan solo el diputado ‘popular’ Gómez Ruiz se atrevió con esta rima: «Donde pone uno la vista, siempre hay ruina socialista». El contexto era una pregunta que formulaba él mismo a Percival Manglano para conocer el balance del Plan de Lucha contra el Fraude Fiscal 2011. 628 millones de euros es la cantidad recaudada por la Comunidad de Madrid con esta iniciativa. «La tolerancia con el fraude fiscal debe ser cero». Huelga decir que sobre la mente de todos, en ese momento, debió de pasar el término ‘amnistía fiscal’ aprobado por el Gobierno de Rajoy. Nadie lo dijo.

Pero, sin duda, la perla de la tarde y, quizás, de este período de sesiones, la puso Libertad Martínez, de IULV: «En Izquierda Unida nos inflamos a hostias todos los días, pero actuamos con responsabilidad». Muy gráfica, desde luego, aunque desafortunada, sin duda. Tanto es así que, al término de su intervención, el presidente del Parlamento le dijo que, en el diario de sesiones, cambiarían el término «hostias» por «bofetadas».

Destacable por limpia y acertada fue la pregunta realizada por la diputada de IU Espinosa de la Llave sobre cómo afectarán las nuevas cuentas a la igualdad del colectivo de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales. En los nuevos presupuestos, se suprime la operación de cambio de sexo a cargo de la Sanidad pública excepto en los casos en los que haya un informe que certifique el trastorno de identidad sexual. El consejero de Asuntos Sociales, Salvador Victoria ha contestado, sonriendo, que la Comunidad es pionera en la defensa de los derechos de LGTB. 

Bien por el tema de la pregunta, por el calor o por la hora, lo cierto es que, llegados a este punto, la bancada del Gobierno hacía oídos sordos a lo que contaba la diputada de IU: Aguirre y González centraban su atención en algo que estaban viendo en el móvil de la presidenta. Aún así, Espinosa de la Llave no tuvo reparos en convocar a los ‘populares’ a participar en la marcha del día 30 de junio, Día del Orgullo LGTB, y de apoyarlo, «como lo hicieron con la JMJ del año pasado». Los parlamentarios de izquierdas empezaron a aplaudir, rindiéndose a la evidencia.

Protestas en la calle

Sin embargo, ni los aplausos más fuertes evitaban que llegaran hasta el salón plenario los pitos y gritos de los manifestantes que se daban cita a las puertas de la Asamblea. No es la primera vez. De hecho, es raro el jueves en que no hay un colectivo que protesta contra cualquiera de las medidas de Aguirre. Los protagonistas eran los empleados públicos. Cerca de medio millar de funcionarios, ataviados con silbatos, pancartas y banderas se afanaban clamando contra la reducción de sus sueldos.

«Una vez más, responsabiliza a los servidores públicos del uso y abuso y de la esquilmación del erario público», declaraba Javier Díaz Toril, secretario general del sector de la administración autonómica de CCOO. Los empleados públicos reivindican al Gobierno que, antes de recortar sus salarios, recuperen el Impuesto de Sucesiones, Transmisiones y el de Patrimonio.

Este colectivo se encerró hace dos semanas en una de las salas de prensa de la Asamblea y, dos horas después, fue desalojado. «Vamos a seguir denunciando que la Robin Hood de los ricos robe a los pobres de Madrid con sus actitudes déspotas y dictatoriales».

Pero de poco sirven estas protestas. Aguirre no está dispuesta a soltar la tijera. Como tampoco está dispuesta a defender las nuevas cuentas. Aparte de la rueda de prensa para presentar el proyecto de Ley de Modificación de los Presupuestos, la presidenta no ha subido a la tribuna del Parlamento para defender las nuevas cuentas. Se ha escudado en el consejero de Economía, Percival Manglano. El mismo a quien interrumpió hasta tres veces en la comparecencia celebrada en la Real Casa de Correos. Esperanza Aguirre ni siquiera ha permanecido en el pleno hasta el final del debate de las enmiendas a la totalidad. Su amplia mayoría absoluta le da ese poder. La presidenta se marcha sin decir nada de la manifestación de la calle. Ni ella ni ninguno de los suyos. Una vez más, la «Robin Hood de los ricos» se esconde en la Asamblea.

Relacionadas

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Publicidad -

Últimas noticias

- Publicidad -