Tras varias semanas de presión, Carlos Dívar, presidente del Consejo General del Poder Judicial, ha presentado su dimisión en el pleno extraordinario celebrado este jueves.
Desde que estalló la polémica sobre los viajes privados con gastos cargados al Consejo, el PSOE se ha mostrado prudente y cauto y se limitaba a advertir que la situación era “insostenible”.
Hoy su mensaje ha cambiado. Las palabras del líder socialista han sido duras y ha recomendado al Tribunal Supremo “que se ponga a trabajar cuanto antes para recuperar su credibilidad porque la ha perdido a chorros”.
La actitud de los socialistas se ha transformado. Parece que ha quedado atrás la moderación en el discurso y Alfredo Pérez Rubalcaba ha vuelto ha ejercer presión sobre el Gobierno de Mariano Rajoy.
Puede ser, porque tras varios debates los socialistas han llegado a un acuerdo con los ‘populares’ sobre el pacto fiscal, que ha salido adelante este jueves en el Congreso. Un acuerdo necesario y un respiro después de sufrir dos semanas agónicas en nuestro sistema financiero. El jefe de la oposición ha defendido el voto de los socialistas porque cree que “el pacto fiscal, va acompañado de una política de crecimiento”. Además, sella la unidad entre Gobierno y PSOE, que Rubalcaba lleva reclamando desde hace semanas, sin resultado. Se ha mostrado aliviado porque de esta forma podrán “defender lo mismo” en Europa.
‘Doctrina Gallardón’
Pero hasta ahí la alianza entre Gobierno y oposición. Rubalcaba ha valorado las declaraciones de Alberto Ruiz Galardón después de conocer la decisión del Tribunal Constitucional sobre Sortu. Las críticas han vuelto a florecer, aunque esta vez de forma más sutil. Con ironía, el líder socialista se ha referido a la postura del Ministro de Justicia como “Doctrina Gallardón”. Ha reconocido que le “ha llamado la atención” que Gallardón declare que “acata pero no comparte” la sentencia. Manifestación que ha irritado profundamente al jefe de la oposición, que sorprendido, ha declarado que “nunca” había escuchado a un ministro afirmar tal cosa. Por eso, ha instado a los diputados a cumplir con la “doctrina” y con sarcasmo ha declarado que si él “puede permitirse ese lujo”, los demás también. “Todos podemos sentirnos perfectamente legitimados para hacerlo con cualquier tribunal», ha subrayado.
Acabar con la violencia terrorista y derrotar a ETA, fue la obsesión de Rubalcaba durante su mandato como Ministro del Interior, que terminó el 20 de octubre de 2011. Mediante un comunicado la banda anunciaba “el cese definitivo” de su actividad armada y que Rubalcaba valoró como “una victoria de la democracia”. Por eso, ha vuelto a repetir que la sentencia del TC “favorece el objetivo de los demócratas” y ha pedido “respeto absoluto”. El aviso para aquellos que ahora critican la decisión del Tribunal Constitucional ha sido claro, no va a permitir que “dentro de dos años se pongan medallas y se atribuyan el fin de ETA”.
Marina García-Rico