Mientras que Bruselas recupera poco a poco el rumbo a través de acuerdos para restablecer la unidad y hacer frente a la presión de los mercados, España continúa sin ofrecer una orientación política clara. Europa avanza y España retrocede.
A partir del próximo domingo, se hará efectivo el copago. De esta forma, Mariano Rajoy ha atentado una vez más contra las promesas establecidas en su programa electoral. Más de 400 medicamentos de uso común quedarán fuera de la financiación pública y los pensionistas, el sector más vulnerable, deberán pagar la totalidad del precio de los fármacos que hasta ahora obtenían de forma gratuita.
La premisa del Gobierno para aplicar la medida se basa en su finalidad recaudatoria y asegura que el ‘medicamentazo’ aportará cerca de 440 millones de ahorro. La rapidez con la que se ha tomado la medida ha generado dudas y malestar entre los ciudadanos y sobre todo en las farmacias, que han reclamado que se ofrezcan los detalles de la nueva norma e incluso en algunos casos, han denunciado incidencias en el nuevo sistema informático.
Los socialistas consideran la medida «injusta»
Pero, la aplicación de la medida propuesta por la ministra de Sanidad es inminente, a pesar de que las Comunidades Autónomas donde gobiernan los socialistas se han opuesto de manera firme. Andalucía ha decidido recurrir ante el Tribunal Constitucional por considerar que invade sus competencias y el Gobierno vasco ha aprobado un decreto para evitar su aplicación en Euskadi.
Según los socialistas se trata de una medida “injusta” y han mostrado su más “firme rechazo”. Trinidad Jiménez, Secretaria de política Social del PSOE, ha advertido que los efectos que provocarán la medida sobre la sanidad y los ciudadanos serán peligrosos. “Algunos pensionistas dejarán de comprar sus medicinas porque no podrán afrontar el coste”.
El PSOE no se va a quedar de brazos cruzados y exigirá al Gobierno que cumpla con la ley de salud pública porque la decisión se ha tomado de forma “arbitraria”, sin presentar “una evaluación en materia de salud” y sin “una previsión del efecto que va a tener sobre los ciudadanos”.
Aunque los socialistas ya presentan sus propios pronósticos y advierten de que el “impacto será negativo”. Creen que la medida es “exclusivamente economicista” y piden al Gobierno “que se revise el listado de medicamentos con expertos y con científicos” porque “son ellos los que están en condiciones de decidir cuáles son prescindibles”.
El Gobierno negó la aplicación del copago
“No al copago en sanidad. Es un logro histórico que no debemos perder”, “el copago no está sobre la mesa”. Negado hasta la saciedad por parte de la plana mayor del Partido Popular, la universalidad de la sanidad desaparecerá el próximo 1 de julio.