jueves, octubre 3, 2024
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Aguirre ya está en horario de verano: se ventila los Presupuestos en 90 minutos

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Una hora y media. O, lo que es lo mismo, 90 minutos. Es el tiempo que ha durado el pleno de la Asamblea de Madrid en el que se ha aprobado el Proyecto de Ley de Modificación de los Presupuestos Regionales. Una modificación que plantea un ajuste de 1.045 millones de euros. Recortes de 100 millones de euros en Sanidad, más de 300 en Educación, 34 tasas de nueva creación, la supresión de la subvención para alquiler de los sindicatos y la reducción como máximo 3,3% del sueldo de los empleados públicos, así como del 10% en el salario de los altos cargos.

A grandes rasgos, éstos son los principales puntos de los nuevos Presupuestos y, a pesar de la importancia de un momento como éste, -nunca antes se habían modificado las cuentas en la Comunidad de Madrid-, la Asamblea los ha ventilado en una hora y media, cuando otros plenos comienzan a las cuatro de la tarde y terminan a los dos de la madrugada. Pero el verano ha llegado, los días se alargan y lo difícil es mejor terminarlo cuanto antes.

Cada grupo parlamentario ha defendido su postura. Sin sorpresas: UPyD, IU y PSOE, contraria, y el PP, a favor. Nada nuevo, ni siquiera en los argumentos: UPyD acusa al Gobierno de ser una «ley trampa» porque lo que, a su juicio, Aguirre quería era bajar el sueldo a los funcionarios y crear nuevas tasas. Por eso hablaba la presidenta de «partidas maravillosas». IU iba un poco más allá y los calificaba de «peligrosos» para los madrileños. Y PSM, subía el tono hasta decir: «Esto es una chapuza, con faltas de ortografía en el mismo proyecto», criticaba Antonio Miguel Carmona. El PP, con Pedro Muñoz Abrines en la palestra, ha repartido para todos, pero apenas ha hablado de las nuevas cuentas. Más bien las ha comparado con las andaluzas, donde el ajuste es de 3.500 millones. El ‘popular’ ha recordado el «gatillazo parlamentario», -no lo ha nombrado, pero se refería a Tomás Gómez-, cuando en el anterior pleno salió el portavoz socialista a dar las razonas por las que es contrario al proyecto de ley y, en el turno de réplica, habló Carmona. Muñoz Abrines lo ha tildado de «ridículo».

Pero, aparte de los habituales rifirrafes cada vez menos originales, lo mejor ha venido cuando se ha cerrado el turno de intervenciones y daba comienzo el turno de votaciones. Entonces, sólo se escuchaba el murmullo de los diputados hasta que, de repente, una veintena de sindicalistas de la función pública que estaba en la tribuna invitados por el PSM ha empezado a gritar: «¡Basta ya de recortes!», mientras tiraban papelitos en los que se podía leer: «No a los recortes en los servicios públicos».

«Nos han requisado el bolso», se quejaba Eva López, secretaria general del sector autonómico de UGT. «Pretendíamos manifestar nuestro rechazo a lo que se está haciendo. Hay sitios donde se despide a gente y, al mismo, tiempo, se mete a gente por la puerta de atrás y eso es un poco complicado de entender en la situación en la que estamos», declaraba después.

Como era de esperar, el presidente de la Asamblea, José Ignacio Echevarría, ha ordenado el desalojo de la sala. Algo que se ha producido ipso facto, pero que no ha evitado que los sindicalistas siguieran protestando contra el recorte de los sueldos de los empleados públicos. Esto ha sido sólo el principio porque lo que parecía fácil, es decir, votar los Presupuestos, se ha convertido en algo surrealista.

Surrealismo puro

La votación de las enmiendas ha tenido que repetirse cuando ya se habían rechazado varias. El ‘problema’ estaba en que IU no ha votado algunas de ellas y, por tanto, no cuadraba el número de diputados presentes con el número de diputados que votaban. Así, algo que, -a priori-, es tan sencillo como pulsar uno de los tres botones: sí, no o abstención, se ha alargado mucho más de la cuenta. Todo para que, al final, Aguirre sacara adelante la modificación presupuestaria sólo con los votos a favor del Partido Popular. La presidenta ni ha abierto la boca y todos a casa.

A las seis de la tarde, estaba convocada una manifestación por parte de los sindicatos de UGT, CCOO, CSIT y ANPE. Cientos de funcionarios se han dado cita frente a las puertas de la Asamblea para protestar contra el recorte salarial de los funcionarios. Desde que se dio a conocer la rebaja, tres veces se han manifestado ante el Parlamento Regional. «Protestamos contra la autarquía y el estalinismo fascista en el que se ha instalado la presidenta regional», señalaba Javier Díaz Toril, secretario general del sector autonómico de CCOO. Los sindicalistas apuestan por la recuperación del impuesto de sucesiones para inyectar liquidez a unas arcas públicas cada vez más secas.

Pero de nada les ha servido ninguna de sus manifestaciones ni protestas. Aguirre ha salido del pleno como llegó: sin hablar con la prensa y sin explicar los recortes. 90 minutos le han bastado para modificar, -por primera vez en la historia de la región-, unos Presupuestos Regionales que nada nos asegura que sean los últimos del año.

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