jueves, octubre 3, 2024
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Spain is different! Crisis sí, pero fiesta también

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«Lo que hay que hacer es recortar en gasto superfluo y mantener el gasto en los servicios públicos esenciales». Ésta es la frase que más repiten los políticos de turno para justificar los ajustes, recortes o reformas que están llevando a cabo en los dos últimos años. La pregunta es qué es lo que considera cada uno «superfluo» y qué es lo que se considera «esencial».

Con la llegada del verano y las fiestas de los pueblos, una vez más, se pone de manifiesto que, como decía hace años un anuncio, la vida es cuestión de prioridades, y las verbenas, atracciones de ferias, festejos taurinos, conciertos y actividades para niños suelen ser el objetivo de las tijeras municipales.

En líneas generales, los ayuntamientos han recortado un 50% el presupuesto que destinan a las fiestas patronales. Un ejemplo es el de Tomelloso, en la provincia de Ciudad Real, donde el consistorio va a destinar 100.000 euros menos a la celebración de las fiestas de agosto. Aquí es donde más se nota la crisis a la hora de contratar a cantantes y grupos para que hagan conciertos. «Es el gasto más importante porque no sólo está el caché de los artistas, sino también hay que pagar unos derechos de autor, seguridad, catering…», nos cuenta Isabel Hurtado, concejala de Festejos de la localidad manchega.

Aún así, esto no significa, a priori, que los vecinos se vayan a quedar sin conciertos este año. La diferencia está en la manera de organizarlos: «Hay que trabajar un poco más y buscar otros medios que, antes, no buscabas. Por ejemplo, contactar con empresas y llegar a acuerdos para que tengamos cosas que antes contratábamos de forma directa y, ahora, lo que queremos es que vengan aquí y apuesten por la feria de Tomelloso».

Además de buscar intermediarios que abaraten el coste de los conciertos, los vecinos de la localidad tendrán un papel activo. «Hemos querido gastarnos menos en los conciertos y seguimos contando, como en años anteriores, con las asociaciones de Tomelloso». Por tanto, asociaciones musicales, coros y danzas, banda de música, banda de cornetas, todos los colectivos flamencos y los coros rocieros, tendrán «el peso más importante de las ferias». Todos recibirán una compensación por ello que, obviamente, será mucho menor que la de los conciertos.

La localidad manchega también suprimirá actividades de su programa de ferias y fiestas, pero, a día de hoy, el Ayuntamiento no ha decidido cuáles y tampoco considera que sea culpa de la crisis: «No se eliminarán porque a nosotros no nos gusta decir que se ‘elimiminarán’, sino que, simplemente, se dejarán apartadas y se retomarán en los próximos años», dice Hurtado.

Lo que está claro que el consistorio sí mantendrá es el gasto en los fuegos artificiales y en los festejos taurinos, así como la Fiesta de la Letras (premios en literatura y pintura), y la elección de las ‘madrinas’.

La ‘guerra’ de Elche

Elche, en la provincia de Alicante, es otra de las ciudades que notará, y mucho, que estamos en época de vacas flacas. La ‘guerra de las carretillas’ (petardos con capacidad de movimiento) que, en principio, no iba a celebrarse porque el lugar donde se hacía, – en el centro-, costaba 80.000 euros, cambiará de ubicación. Aún así, todavía no se sabe dónde se trasladará la tradicional ‘guerra’ ni cuánto se ahorrará el Ayuntamiento. “Es probable que ni siquiera ellos mismos lo sepan”, dice Bernardo Sánchez, secretario de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Elche. “Está habiendo mucho descontrol y descoordinación”, apunta. Aunque a pesar de los intentos de este periódico para localizar a la concejala de festejos, no ha habido respuesta. Hoy por hoy, cuando falta poco más de un mes para la Fiesta de Agosto (será del 7 al 15), aún no se conoce el programa que ofrecerá el Ayuntamiento ilicitano. “A estas alturas, ya es un poco tarde”, se queja Sánchez.

Quien sí nos ha atendido ha sido la Federación de Comisiones de Fiestas que han visto reducido en un 50% el presupuesto que el Ayuntamiento les daba para que organizaran actividades durantes las ferias. Ese tijeretazo ha hecho que este 2012 dispongan de 28.000 euros, la mitad que el año pasado.

¿Toros o empleo? He aquí la cuestión

Pero si hablamos de fiestas, recortes y crisis, no podemos olvidar el nombre de tres pueblos de la provincia de Cáceres: Guijo de Galisteo, Valrío y Batán. Estas tres poblaciones celebraron a primeros del mes de junio tres referendos para que el pueblo votara a qué destinaban 15.000 euros: si a la creación de empleo o a festejos taurios. El resultado fue dispar: en Guijo de Galisteo ganó el empleo por 115 votos a 40; en Valrío, los toros, por 76 a 19; y en Batán, también triunfaron los festejos taurinos por 126 a 47 sufragios.

Al final, solución salomónica por parte del alcalde, Francisco Javier Antón (PSOE), ya que, en  cada población, se destinará la mayor parte del presupuesto a la opción ganadora: en Guijo, 10.000 euros irán para el empleo y 5.000 para las fiestas; mientras que en Valrío y Batán será al revés: 10.000 para festejos y 5.000 para la creación de empleo.

En este reportaje nos centramos en Guijo de Galisteo porque, tras el resultado del referéndum, ha visto cómo sus fiestas de San Antonio, -celebradas el 13 de junio-, y las de septiembre, sólo contarán con 5.000 euros de presupuesto. 

Han sido «muy tristes, sin una verbena ni una charanga», nos cuenta una vecina de la localidad que prefiere mantenerse en el anonimato.  Ella, que votó a favor de los toros, asegura que se ha notado «mucho» el recorte y «se notará para las fiestas de septiembre». «Creo que hemos salido perdiendo» con respecto a Valrío y Batán». Guijo de Galisteo apenas tiene 500 habitantes y el dinero que destinarán al empleo será para «los mismos de siempre», por eso esta vecina quiso que hubiera festejos taurinos. Aunque, en realidad, en Guijo no hay toros, «aquí hay vaquillas, si las quitas, fíjate», se queja, «en Batán y Valrío seguirán teniendo toros y trabajo, nosotros, no».

Son sólo tres ejemplos de cómo la crisis está haciendo mella en uno de los motores de la mayoría de los pueblos y ciudades españoles: las fiestas del verano y los turistas que atraen. Si se recorta el gasto en conciertos, toros y actividades, se notará en la recaudación de las arcas públicas y en la del sector hostelero. Pero, si se mantiene el presupuesto para los festejos, se corre el riesgo de no tener dinero para dedicarlo a otras partidas. Gobernar es tomar decisiones y establecer prioridades y eso es lo que ahora tienen que demostrar los que ostentan el poder.

C.R.

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