Sr. Director:
Ayer, miércoles 11 de julio, ví y escuché con estupor e ira las palabras del Presidente Sr. Rajoy y la actuación de los Diputados de su partido político. Ira mientras el Sr. Rajoy iba desgranando una a una las medidas que terminarán por hundir en la miseria a miles de españoles (esos mismos que pagan religiosamente sus sueldos) y todo ello con absoluta frialdad y sin que se le quebrara la voz ni un solo momento. Ira mientras contemplaba su postura prepotente mientras leía su discurso.
Estupor e ira incontenida mientras contemplaba y oía los aplausos de la bancada del PP a cada una de esas medidas.
Ayer lo colgué en mi facebook, hoy volví a hacerlo y seguiré haciéndolo hasta tener una respuesta medianamente coherente:
«¿¿¿Qué demonios aplaudían ayer en el Congreso cuando se estaba lanzando sobre las personas de este país los recortes mas salvajes de una democracia??? ¿¿¿Cómo pudieron hacerlo??? ¿¿¿Y cómo pudieron conservar esa sonrisa en sus caras???»
Esos aplausos, esas sonrisas de satisfacción, esas felicitaciones de unos a otros son una ofensa directa a toda la ciudadanía de este país. ¿Quién se creen que son? ¡Nosotros pagamos sus sueldos! Y se lo pagamos para que trabajen por el país, por los españoles. Estoy segura (quiero, quisiera estarlo) de que la mayoría de sus propios votantes lo son en base a creer su discurso electoral. ¿Qué ha quedado de aquél discurso? Solo el afán de llegar a la Presidencia del Gobierno. Eso es lo que han demostrado y siguen demostrando cada día… ¿Hay acaso mayor cinismo?
Por otra parte, Sr. Director, estoy ya bastante cansada y harta de la utilización por los medios de comunicación de la tan mencionada palabra «antisistema». Antisistema es un Gobierno que se enorgullece de hundir a las personas de su país en la miseria. Antisistemas son los banqueros que han engañado (¿cómo no están ya en la cárcel?) al pueblo y aún encima se lo llevan calentito en sus bolsillos. Antisistemas son los propietarios de esas grandes fortunas que durante años se han dedicado y dedican a sacar el dinero del país a los llamados paraísos fiscales y a los que aún encima se les premia con increíbles desgravaciones fiscales…. Las personas que explotan de impotencia e indignación no son antisistemas. No es antisistema el que explota porque lleva uno, dos, tres años o más en el paro sin espectativa alguna y aún encima tiene que oír que se les van a bajar las prestaciones (que ya pagaron antes de su sueldo, no se nos olvide) para «motivar la búsqueda de trabajo» (¿¡qué trabajo si no lo lo hay!?), lo que equivale a llamarles vagos. No son antisistema los jóvenes que explotan cuando contemplan como día a día sus perspectivas de futuro desaparecen ante sus ojos. No son antisistemas los jóvenes estudiantes que ven como sus estudios pueden ser interrumpidos por la subida de las tasas, cuando esa subida va unida a un mayor empobrecimiento de sus familias… Y así casi hasta el infinito…
Martin Luther King dijo «Nadie se nos montará encima si no doblamos la espalda»
Yo no la doblaré. Espero que nadie, absolutamente nadie lo haga.
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