lunes, noviembre 25, 2024
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El presidente CGPJ anuncia un «plan de transparencia»

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El presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Gonzalo Moliner, ha dicho este lunes que habrá un «plan de transparencia respecto a los gastos del Consejo» y que lo primero que ha hecho al llegar al cargo es «borrón y cuenta nueva».

En una entrevista en la cadena SER recogida, Moliner ha afirmado «que se ha reducido el presupuesto del Consejo en 12,4% y además hay un acuerdo expreso de que los gastos se van a controlar muy detenidamente».

También, ha querido matizar que «se harán públicos en la medida en la que se puedan hacer públicos, es decir, no podemos estar todos los días publicando lo que nos gastamos. En los dos meses que llevo me he gastado 570 euros, pero hay vocales que viven fuera de Madrid, tienen mas gastos y esto se hará con naturalidad».

Respecto a la reforma del CGPJ como órgano testimonial, el jurista ha asegurado que «sobre esto ha habido ya demasiada opinión cuando realmente no ha habido ningún proyecto claro del Gobierno». «Hay una comisión de expertos que ha hecho un trabajo que conozco, tiene algunas variables pero por lo que he leído y he visto, no afecta a las competencias del Consejo», ha añadido.

El presidente del CGPJ ha señalado que «es mejor y necesario» que los miembros del CGPJ sean elegidos por el Parlamento. En este sentido, ha reconocido que discrepa sobre la elección de los miembros del Consejo con el ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón: «He hablado con el ministro sobre este tema, hemos discrepado pero no del todo, no puedo decir más, pero a mi juicio el poder judicial es un órgano del Estado y Constitucional que mira por el interés de la ciudadanía y es ella la que tiene que participar y colaborar».

«El Tribunal Supremo es un tribunal y funciona conforme al Derecho, mientras que el CGPJ es un órgano político que tiene una función principal que es administrar el estatuto de jueces y magistrados, además de defender su independencia, traslados, formación…, es decir, los derecho y obligaciones de jueces y magistrados. Hay otras cosas que se pueden modificar como el sistema de elección o su modo de organización interna, pero la discusión se resuelve con el Parlamento. Mi actuación es de colaboración y de cooperación», ha asegurado Moliner.

Moliner ha dicho contundente que «el CGPJ no puede ser un órgano partidista» a su parecer el problema radica en la «pugna que ha habido entre las asociaciones judiciales a las que tampoco les corresponde gobernar el Consejo». «El problema más que político ha sido ha sido asociativo, pero se ha vendido la politización aunque es verdad que allí se hace política judicial», ha apuntado el jurista.

Reforma laboral

Antes de presidir el CGPJ , Gonzalo Moliner, ofreció una entrevista donde dijo que la reforma laboral le parecía «tremenda y que rozaba la inconstitucionalidad», este lunes ha reafirmado las declaraciones: «Sigo pensando lo mismo aunque no lo diría porque en mis funciones me tengo que limitar a decir cosas que no pueden crear polémica».

A su juicio, «la aplicación de esta reforma está produciendo ya problemas, no tanto por la sustancia sino por el procedimiento. El procedimiento nuevo que se creó hace que el Tribunal Supremo haya pasado a ser un órgano de segunda instancia y al ser así puede correr el riesgo de colapso».

Respecto a la polémica por la libertad condicional al etarra, Iosu Uribetxeberria Bolinaga, el presidente del CGPJ ha precisado que ocurre habitualmente «que un juez diga blanco y las partes opinen de otra manera, pero si no fuera así no habría Tribunal supremo. El derecho es interpretable, el juez ha entendido que se debía interpretar de una manera, el fiscal dice otra y ahora es el Supremo el que tiene que decidir». «Estas discrepancias ocurren todos los días, pero yo no tengo que opinar previamente sobre este tema», ha dicho.

Por último, respecto a la dimisión del anterior presidente del CGPJ por hacer uso supuestamente deshonesto del dinero público, Moliner ha recalcado que «esta noticia deja muy mala sensación en la sociedad española, es muy grave y ha perjudicado a la credibilidad de este organismo y para mí esto no es agradable».

Sin embargo, el haber llegado a la presidencia después de una dimisión «no supone nada más que un acicate para seguir trabajando, para que la confianza de los ciudadanos en la justicia aumente y se trabaje por el interés del ciudadano», ha añadido.

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