La noticia saltó en mayo a la palestra. Brandom Morales, un empresario afincado en Valencia, tenía una idea para luchar contra la crisis, ofrecía cursos de una profesión que según rezaba el anuncio tenía «trabajo garantizado».
Morales ofertaba «Cursos básicos de prostitución profesional» y garantizaba que al termino de las clases tendrían trabajo, bien en los dos prostíbulos que regenta o bien como profesor de los cursos.
La Abogacía de la Generalitat, tras enterarse de la existencia de estos polémicos cursillos a 100 euros, interpuso una denuncia. La iniciativa de Morales quedó entonces paralizada. En julio la Fiscalía cerró las diligencias de investigación penal.
Ahora, los promotores de la oferta comienzan una campaña de captación de alumnos y ofrecen clases prácticas y teóricas con una duración de una semana a 100 euros. En las clases teóricas se estudia la historia de la prostitución, la legislación y un análisis económico de la situación en España. En las prácticas se dan nociones de kamasutra y consejos sobre gustos de los clientes potenciales.
La Fiscalía de Valencia archivó la investigación ya que no había indicios de delito, puesto que no quedaba probado que el curso se dirigiera a menores, promoviera la prostitución, supusiera una estafa o que existiera realmente una actividad a este respecto.
Itziar de la Fuente