Cuando el 15 de julio de 2010 la juez Carmen Valcarce Codes archivó el caso del espionaje de Madrid argumentado que no se podían acreditar la realidad de los seguimientos y la falta de indicios de delito, el exconsejero de Interior de Aguirre, Francisco Granados, se apresuró a salir ante la prensa para manifestar que Alfredo Prada debería dimitir de su escaño en el Grupo Popular «si le queda dignidad».
El 17 de junio de 2011, Aguirre formaba nuevo Gobierno tras ganar las autonómicas. Francisco Granados, hasta el momento consejero de Justicia e Interior, quedaba fuera del Ejecutivo. Pocos meses después, el 23 de noviembre de 2011, la expresidenta de la Comunidad destituía a Granados como secretario general del PP «por falta de confianza». A pesar del desplante de sus compañeros de partido, mantenía la dignidad asegurando que se marchaba con «la cabeza muy alta».
Granados salió ante la prensa para manifestar que Prada debería dimitir «si le queda dignidad»
Sin embargo, los hechos parecen demostrar que no hay razones para que siga manteniendo erguida la cabeza.
Espionaje en Madrid
La declaración de la semana previa a la Navidad ante la juez del Guardia Civil José Oreja en el caso del espionaje político de Madrid señalaba que Francisco Granados conocía que se estaba ordenando desde la Comunidad espiar a Manuel Cobo y Alfredo Prada y no hizo nada. Dos meses antes, el 18 de octubre, el imputado José Manuel Pinto declaraba ante la misma magistrada que Francisco Granados habría dicho en julio de 2010 y delante de tres testigos que el autor de los partes era el entonces subdirector de seguridad de la Comunidad de Madrid, Miguel Castaño.
Dos versiones que se contradicen con las palabras del propio Granados del 14 de abril de 2010: «Esos espionajes no se produjeron». «El Gobierno ni ha ordenado, ni ha producido, ni ha amparado ese tipo de hechos».
Algo que jamás se atrevió a decir en sede parlamentaria, donde mentir es delito, durante la semana que duró la comisión de investigación para esclarecer el caso. Sin embargo todos los altos cargos que desfilaron antes que él negaron con solemnidad haber ordenado, amparado, conocido o participado en el espionaje a políticos.
La constructora de un amigo íntimo de Granados podría haber pagado 58.000 euros para seguir a Ignacio González
Seguimientos a Ignacio González
Es otro de los casos que ha salpicado, y mucho, al senador del PP. La Gaceta publicaba el pasado 2 de diciembre que la constructora de un amigo íntimo del Senador había pagado 58.000 euros a la agencia de detectives Método 3 para seguir a Ignacio González. La empresa se llama Servicios Logísticos Inmobiliarios SL y está domiciliada en la casa de los padres de David Marjaliza. Ese mismo medio publicaba además el pasado mes de julio que había sido Victoria Cristóbal, exjefa de prensa de Granados, quién habría contratado los servicios de la agencia de detectives.
Propiedades
No es la primera vez que el nombre de Francisco Granados y David Marjaliza aparecen juntos en llamativos asuntos. La revista Interviú publicó en 2009 que el exconsejero contaba con 11 propiedades en Valdemoro y estaba a punto de hacerse con un palacete de 1.700 metros. La licencia de la obra estaba tramitada por una de las empresas a nombre de Ramiro Cid Sicluna. Varias sociedades de este empresario del ladrillo se entrelazaban a su par con las de Marjaliza. A la vez, este amigo de la juventud de Granados ocupó la dirección de la constructora DHO. Cuando David Merino, exdirector general de Operaciones y Estrategia de la constructora Dico-DHO declaró ante Anticorrupción en 2009, tal y como publicó Interviú, dijo: «Francisco Granados es el tío más sucio del mundo, a ese le he dado yo el dinero directamente».
«Francisco Granados es el tío más sucio del mundo, a ese le he dado yo el dinero directamente»
Sonaron en la prensa también otros polémicos episodios relacionados con Granados. El exconsejero de Interior tenía un Mini que alguien quemó en 2006. Tras el incidente se supo que el coche estaba a nombre de Grandes Locales de Negocios SL, empresa también perteneciente al constructor Cid Sicluna. Granados contaba también con un chalet en Marbella que vendió en 2003 a David Marjaliza.
A pesar de todos estos escándalos, el senador del PP se atrevió a hablar de dignidad a Alfredo Prada y pedir que dimitiera. Si Granados siguiera sus propios consejos y cesara de sus cargos perdería las ventajas de ser aforado y podría ser llamado a declarar por cualquier juez.