miércoles, octubre 2, 2024
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Rajoy y Cospedal se elogian mutuamente sin mencionar una vez más a Bárcenas

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El ‘caso Bárcenas’ sigue siendo un tema tabú para el Gobierno nacional y para el Partido Popular. «Nos jugamos España y España no está en juego. No podemos perder ni un minuto en otra cosa que no sea en apostar por la recuperación». Así, de esta manera, la secretaria general de los ‘populares’ daba carpetazo a un asunto que desde hace más de un mes golpea con virulencia la estabilidad interna de la formación. La expectación mediática era máxima este lunes. Ha sido la primera vez que María Dolores de Cospedal contestaba preguntas de los periodistas desde el famoso «finiquito en diferido» y la controvertida «retribución simulada» con los que respondió hace dos semanas cuando se le preguntó por el despido del extesorero del PP Luis Bárcenas. Un acontecimiento al que además se ha unido la presencia de una gran parte del Gobierno nacional, con Mariano Rajoy a la cabeza, cuyo objetivo era cerrar filas en torno a su ‘número dos’ en Génova.

Por todos es bien sabido que el Partido Popular no atraviesa por su mejor momento. Y el acto de este lunes intentaba recuperar esa imagen de unidad que desde las pasadas elecciones generales del 20N parecía inquebrantable. La preocupación entre los ‘populares’ por este asunto es evidente, por mucho que el Gobierno y la dirección del partido se empeñen en ocultarlo. Este lunes, en los corrillos que se han formado tras el desayuno informativo organizado por Nueva Economía Fórum el tema del extesorero ha sido recurrente. Aunque públicamente se haya obviado. La fórmula elegida por la secretaria general ha sido la generalización. Generalizar en la corrupción como un obstáculo para la recuperación de la credibilidad en la clase política. «Si la percepción ciudadana es que la sociedad está corrupta, las instituciones debemos actuar. Desde luego el Gobierno, con toda contundencia, pero también el resto de las instituciones, de la primera a la última», ha proclamado Cospedal.

Según la secretaria general de los ‘populares’, su partido no puede permitir «que comportamientos reprobables o ilícitos e indignos cercenen la vida política y el porvenir de España». Y ha asegurado que en eso están. Por el momento, Cospedal está convencida de que el PP «está haciendo lo que tiene que hacer» y después de volver a presumir de «haber hecho un ejercicio de transparencia sin precedentes» en nuestra democracia se ha escudado en la «judicialización» del ‘caso Bárcenas’ para evitar hablar de él. «Se trata de asuntos que están judicializados, de lo que me alegro enormemente, porque nos van a ayudar a conocer la verdad», ha insistido Cospedal, convencida de que su partido «es el que más confianza merece en los ciudadanos».

Rajoy cierra filas y Cospedal asegura sentirse «muy, muy apoyada»

Menos preocupado por este asunto se ha mostrado el presidente del Gobierno, que no lo ha mencionado ni directa ni indirectamente. Antes de la intervención de María Dolores de Cospedal, Mariano Rajoy ha presentado a su mano derecha en Génova «como un ejemplo a seguir» y ha destacado de ella su «ejemplaridad en la vida pública», «su preparación» y su «vocación de servicio público». «María Dolores de Cospedal es una mujer excepcional», ha rematado el presidente, que aunque no ha querido hacer referencia al escándalo que actualmente afecta a su partido, en sus palabras sí ha dejado constancia de que su apoyo a Cospedal es total. «Optó por correr los riesgos que mis peticiones conllevaban», ha reconocido Rajoy delante de importantes personalidades de la política nacional, autonómica y municipal, como la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y otros cinco ministros Alberto Ruiz Gallardón, Jorge Fernández Díaz, Fátima Bánez, José Manuel Soria, Miguel Arias Cañete.

Además también han acudido las alcaldesas de Madrid y de Valencia, Ana Botella y Rita Barberá respectivamente, el expresidente de Bankia, Rodrigo Rato, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, y la presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre. Y ha sido precisamente delante de Aguirre, donde el presidente ha señalado que si difícil era que Cospedal aceptase en 2006 ser la candidata del PP a la Junta de Castila-La Mancha, más difícil era que aceptase en 2008 hacerse cargo de la Secretaría General del PP en el Congreso Nacional de 2008. «Recuerden ustedes aquellos tiempos del 2008», ha enfatizado Rajoy, para a continuación dejar constancia de que Cospedal ha sido «la persona» que nunca le dijo que «no».

Un importante espaldarazo a la gestión de Cospedal al frente del PP en estos complicados momentos -en los que se ha puesto internamente en cuestión su liderazgo-, y que la secretaria general ha agradecido dejando claro que ella «siempre se ha sentido muy, muy apoyada», eso sí, «por quien se tenía que sentir apoyada», ha rematado, en clara referencia al presidente de la formación. Asimismo, ha asegurado que nunca ha pensado en tirar la toalla, puesto que ella considera que su «responsabilidad» es permanecer al frente sobre todo en las situaciones de «desgaste». «Soy la secretaria general de mi partido y a mucha honra», ha concluido.

Respaldo en medio del ‘caso Bárcenas’

Este cierre de filas se produce casi dos meses después de que se conociera que Bárcenas tenía 22 millones en Suiza y aparecieran las primeras informaciones acerca de una presunta contabilidad opaca en el PP. Rajoy negó rotundamente haber cobrado dinero negro y anunció acciones legales que se concretaron la pasada semana con la presentación de una demanda contra ‘El País’ y contra el «autor de los falsos papeles» que, según ese diario, es Luis Bárcenas.

En estas últimas dos semanas, el extesorero del PP ha iniciado una ofensiva judicial contra su antigua formación. Así, ha presentado una demanda por despido improcedente en la que asegura que trabajó como asesor desde marzo de 2010 al pasado 31 de enero, cobrando 21.300 euros al mes. También ha realizado una denuncia policial por forzar la puerta de su supuesto despacho en ‘Génova’ y robar dos ordenadores suyos y otra denuncia por maltrato laboral.

No es la primera vez que el jefe del Ejecutivo dedica grandes elogios a su ‘número dos’ en el PP. La última vez fue a mediados de diciembre, con motivo de la Interparlamentaria que el partido celebró el Toledo y un mes antes del estallido del llamado ‘caso Bárcenas’. Entonces, Rajo la definió como «la mejor secretaría general» para la formación conservadora y dijo que lo había hecho «muy bien».

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