El tiempo que transcurre entre que se produce la donación de un órgano y se lleva a cabo el trasplante se ha reducido considerablemente en los últimos años en España gracias a la mejora de infraestructuras y a la construcción de aeropuertos, cuya «proliferación» en los años de bonanza económica «ha venido muy bien» a esta práctica sanitaria. Así lo ha reconocido el director de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), Rafael Matesanz, en declaraciones, destacando que gracias a ello se han acortado los tiempos y ha permitido «aprovechar un número mayor de órganos».
«Cuando la donación se produce en una ciudad donde no hay aeropuerto, el equipo debía ir hasta el aeropuerto más cercano y luego coger un medio terrestre. Sin embargo, la proliferación de aeropuertos que ha sido tan denostada ha hecho que la distancia entre el hospital y el aeropuerto más cercano haya disminuido muchísimo», ha reconocido.
Del mismo modo, también han contribuido a esta mejora de las comunicaciones en materia de trasplantes las nuevas autovías y autopistas o la aparición del teléfono móvil.
«Nos ha sido fundamental, porque antes para localizar a todo el mundo era necesario usar los ‘busca’, y luego había que buscarse un teléfono fijo para llamar a ver qué pasaba. Ahora todos los coordinadores de trasplantes, los cirujanos y los pacientes llevan un teléfono móvil y, por tanto, las comunicaciones son inmediatas», ha relatado.
Esto no sólo ha permitido acortar los tiempos, como reconoce Matesanz, sino que «ha conseguido que se puedan aprovechar órganos que, en otro tiempo, ni siquiera nos hubiéramos atrevido a trasplantar».
Según apunta el director de la ONT, cuanto más se tarda en trasplantar el órgano las posibilidades de supervivencia del receptor son menores. «En el caso del riñón, por ejemplo, el riesgo de que empiece a producir orina es mayor y, a partir de ahí, las complicaciones son también mayores. Por eso lo ideal para un equipo de trasplante es obtener el órgano en el mismo hospital», ha añadido.
De hecho, ha puesto el ejemplo de Canarias, donde «antes era rarísimo que se pudiera aprovechar un órgano para fuera de las islas».
Además, Matesanz también ha destacado como el proceso de donación y trasplantes es una cadena donde todos los eslabones deben estar bien ajustados ya que «si falla uno la cadena se rompe y se va todo al traste, por ello la gestión del tiempo es tan importante».
«Desde que empieza un proceso, se detecta un donante, se habla con la familia, se hacen todos los trámites, se hace el contacto con todos los hospitales, los equipos se desplazan, se obtienen los órganos y luego se trasplantan hay que ir como un reloj, sin tener un solo fallo», ha insistido.