miércoles, octubre 2, 2024
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“El diseño es pura alquimia”

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La crisis del ladrillo no sólo pinchó la burbuja inmobiliaria si no que cambió el mapa de muchas actividades profesionales y carreras. ¿Cómo ha afectado a la arquitectura?

No es ningún descubrimiento el que el oficio de arquitecto ha sido uno de los más duramente castigados por la crisis. Numerosos estudios han tenido que cerrar sus puertas. Hay una generación casi completa que ha tenido que adelantar su jubilación y otra que ha emprendido un éxodo masivo en busca de oportunidades en otros países. Y en ambos casos existen profesionales de gran talento de la que es una desgracia para un país prescindir. Afortunadamente el arquitecto es un perfil que resulta útil e interesante para muchas otras actividades no directamente relacionadas con la construcción, lo que ha permitido su reconversión en campos muchas veces insólitos.

Los estudios de arquitectos durante el bum económico gozaron de un gran prestigio y obtuvieron un notable reconocimiento que trascendió a su estrecho circuito natural. Prueba de ello son las continuas obras locales que buscaban en arquitectos de relumbre el prestigio de su firma. ¿No le pareció exagerado? ¿hemos equivocado la importancia del valor de las cosas al buscar la firma más que la utilidad y la necesidad (caso Niemeyer, por ejemplo)

Desde luego. Vivimos en la época de las Stars Medias, y la arquitectura no ha quedado ajena a esta fiebre. Importantes figuras de la arquitectura han pasado en poco tiempo del anonimato casi absoluto fuera del ámbito profesional a ocupar las portadas de las principales revistas y suplementos de los diarios de mayor tirada. Se han ido transformando en marcas de presunto prestigio de la que todos los ayuntamientos desean presumir… aunque se trate de obras a las que no puedan acceder, o no necesiten en absoluto.

¿Qué es el diseño de interiores?

La palabra diseño tiene su origen en designio. El término inglés design todavía conserva una forma muy cercana a su raíz. Proviene del latin designare, ‘dar nombre’ y ‘señalar’. Diseñar significa pues dibujar, pero también poner nombre a las cosas. Interior es sólo una palabra circunstancial. Al fin y al cabo todo es interior y todo es exterior. Sólo depende de la posición relativa del observador.

¿Cree que es una salida efectiva para sortear la crisis?

Sin duda. La crisis afecta terriblemente al sector de la construcción en cuanto a la vivienda de nueva planta. Pero los negocios siguen abriéndose, y es de prever que las circunstancias animen a más individuos a ser emprendedores. Afortunadamente, está calando en la conciencia de los empresarios el que la imagen de sus negocios es su principal tarjeta de visita, y no puede quedar en manos de una solución doméstica o una ocurrencia del amigo o cuñado más cercano al que se considera con buen gusto. El nivel de exigencia del público de hoy es ya muy alto, y la competitividad, máxima. Y entonces buscan al especialista, y ese es el interiorista.

¿Qué papel tiene el diseño en la situación actual?

El diseño es pura alquimia. Puede transformar el plomo en oro. Tiene la capacidad de tomar una materia prima sin valor alguno y transformarla en otra cosa, transmutarla, convertirla en una cosa de nueva naturaleza, y por supuesto valiosa. Tal es el poder del diseño. Hoy en día el diseño tiene una gran oportunidad y una gran responsabilidad: demostrar que otro mundo es posible.

¿Existe la marca España?

La marca España es una construcción, como todas. Si como tal entendemos que hay un modo de hacer propio de los españoles, evidentemente todos lo que hemos nacido en un mismo lugar, como ocurre entre aquellos que son contemporáneos, algo necesariamente debemos tener en común. Por los hechos vividos…, la educación recibida…, la cultura heredada…. Digamos que todos nos hemos nutrido de estímulos semejantes y al fin y al cabo inventar es combinar de una nueva manera lo que ya se conoce.

¿Y el talento español?

No creo que el talento entienda de fronteras administrativas ni nacionalismos.

Es cierto que hay muchos diseñadores de talento en nuestro país, pero no creo que tenga nada que ver con el hecho de ser español, sino con el esfuerzo y el trabajo. Es claro, como indicaba anteriormente, que el hecho de haber nacido en España, vivir en un tiempo y cultura determinados de algún modo tiene que afectar en la manera de estar y entender este mundo, pero de ahí a inventar la categoría talento español…

¿Cuál es su visión de la profesión?

Estoy enamorado de ella. No creo que exista otra más bella… ni más comprometida. Actuamos en el medio en que todos nos movemos. Diseñamos el mundo en el que todo acontece, ¿puede haber algo más emocionante?

¿Y del futuro de la arquitectura y del diseño?

¿Qué importa el futuro? Importa el presente. Trabajar, hacer las cosas bien, mejorar. El futuro no hace falta hacerlo, llega solo.

Evidentemente la arquitectura y el diseño siempre tendrán futuro, porque todas las actividades humanas (hasta las virtuales) han necesariamente de desarrollarse en un lugar, en un entorno. Tenemos dos manos, dos ojos que sólo miran hacia adelante y desde una altura de metro setenta, y esto condiciona absolutamente todas nuestras acciones. Pero incluso aunque no hubiera gravedad, aunque cambiara nuestro físico, siempre existirían unas condiciones de contorno. Todo es diseño, todo es arquitectura. ¿Cómo no va a tener futuro?

Una de tus actividades profesionales es la escenografía, y eso te ha llevado a trabajar en el popular programa de Chicote «Pesadilla en la cocina».

¿Cómo ha sido la experiencia?

Absolutamente fantástica. Me ha permitido disfrutar de una circunstancia realmente excepcional, y es la dualidad de combinar en un mismo trabajo dos de muy diferente naturaleza: la reforma de un restaurante y la construcción de un programa de televisión. Tengo experiencia en ambos campos, pero simultanearlos en un mismo ejercicio es un hecho insólito. Cada uno de ellos tiene sus intereses, sus propias reglas y su tempo, y resulta francamente difícil, casi diría que temerario, fundir las dos.

Realizar una reforma integral de un restaurante, incluida su imagen corporativa, en prácticamente 24 o 36 horas es una experiencia salvaje.

Lo que induce Chicote, por cierto magistralmente, es una metamorfosis de un negocio y unas personas abocadas a la quiebra. Y resulta emocionante comprobar cómo esa renovación interior necesita manifestarse, ser comunicada al exterior, y lo hace justamente por medio del diseño.

Rafael García Rico

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