Gesto por la Paz ha anunciado su decisión de disolverse como coordinadora, tras 28 años de «trabajo por la paz y en defensa de los derechos humanos», aunque ha manifestado que quedan «importantes tareas por hacer», como la «desaparición definitiva» de ETA «sin ningún tipo de contrapartida o condicionante». El movimiento ha adoptado esta determinación ante el «fin de la violencia», al que ha contribuido «la concienciación y rechazo social» a ETA.
En el transcurso de su XXV Asamblea general extraordinaria, celebrada este sábado en Bilbao, los militantes del colectivo han decidido, con el 97 por ciento de sus votos a favor y ninguno en contra, «el cierre» del histórico movimiento social ante «el fin de la violencia». No obstante, su despedida pública se producirá el próximo 1 de junio, en un acto organizado en Bilbao con este objetivo.
«Seguramente, quedan cosas por hacer, cuestiones importantes y de trascendencia», han admitido sus portavoz Itziar Azpuru y Edorta Martínez, al dar lectura, en castellano y euskera, al manifiesto en el que han hecho pública la determinación.
Sin embargo, han puntualizado que Gesto ya ha realizado su «contribución fundamental: concienciar y facilitar un medio de expresión colectiva frente a la violencia específica generada en Euskal Herria». «No sólo fue eso, pero ya lo cumplió», ha dicho.
«Cosas por hacer»
El colectivo ha advertido de que su disolución se produce pese a queda pendiente la «desaparición definitiva» de la organización terrorista, «sin ningún tipo de contrapartida o condicionante».
En este sentido, ha advertido a la izquierda abertzale de que es la que tiene «mayor capacidad de influencia» y, por tanto, «mayor responsabilidad para que esto sea así».
Ha instado a «mantener la separación radical entre el desarrollo de los proyectos políticos y el problema de la violencia terrorista» y ha advertido de que «el futuro dependerá de los acuerdos y consensos que libremente se alcancen en cada momento, desde una concepción dinámica de la política que se ve tremendamente favorecida por la desaparición de la violencia».
El colectivo ha advertido de la necesidad de crear «una memoria viva de lo ocurrido» que incluya «el reconocimiento crítico de las vulneraciones de los derechos humanos, el respeto a la dignidad de las víctimas y la deslegitimación de la violencia que las ha causado».
También ha apelado a reconocer «todas las víctimas causadas por ETA, GAL, otros grupos terroristas y la violencia ilegítima de las FSE en su lucha antiterrorista», pero ha puntualizado que «no se puede refugiar en esta apelación a todas las víctimas para no realizar el reconocimiento específico hacia las víctimas de ETA y no asumir su responsabilidad por haber contribuido de manera decisiva en la perpetuación de esa violencia durante años».
Además, ha reclamado que la política penitenciaria facilite «los procesos individuales de reinserción que partan del reconocimiento crítico del daño causado», así como que se «humanice el tratamiento de los presos».
«Lortu Dugu»
Los representantes de la coordinadora han recordado que el acto «Lortu dugu (Lo hemos logrado)», celebrado tras el anuncio de ETA de poner fin a su actividad terrorista, ya recogió la alegría por «el fin del terrorismo de ETA», tras años de «impotencia, de dolor, de rebeldía ante tantas injusticias»
También ha precisado que la vocación del colectivo era la de «desaparecer» porque surgió «desde una perspectiva ética de defensa de los derechos humanos, ante la necesidad de «mostrar el derecho a la utilización de la violencia como medio para alcanzar supuestos objetivos políticos». Sin embargo, asumía «como labor prioritaria y específica, la concienciación y sensibilización de la sociedad a través de la movilización, desde un planteamiento unitario y plural».
«Afortunadamente, a día de hoy, nos podemos plantear el cierre de Gesto por la Paz, porque se ha alcanzado ese objetivo último, el del fin de la violencia», logrado con la contribución de «la concienciación y la movilización de la sociedad para mostrar su rechazo a ETA».
Gesto por la Paz ha realizado un «reconocimiento» a las personas que «en su entorno más cercano rompieron con el miedo y la indiferencia, quienes se revelaron ante la violencia y se solidarizaron con cada víctima» «Ellos han sido durante años la dignidad de esta sociedad», ha puntualizado.
También ha hecho extensiva su solidaridad a los «amenazados por la barbarie» y ha realizado un «reconocimiento más especial» a las víctimas que «durante años fueron invisibles a nuestros insensibles ojos». «Ellas son el motor que empuja la deslegitimación de la violencia», ha dicho.
La Asamblea extraordinaria de Gesto por la Paz ha decidido, también, crear una comisión liquidadora que se responsabilizará del «cierre técnico» y la gestión del «legado material» de la coordinadora. La despedida definitiva se celebrará en Bilbao el próximo 1 de junio, en un acto público sobre el que, en próximos días, se ofrecerán más detalles».
Durante el anuncia de la decisión aprobada este sábado, se han vividos momentos de emoción contenida entre los asambleístas, que han irrumpido en aplausos en varias ocasiones durante la lectura del manifiesto.
Estrella Digital/EP