«El aborto siempre es un fracaso. Hay que hacer más en formación e información», esta es la opinión de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Saénz de Santamaría, sobre uno de los temas más controvertidos de las últimas semanas y que está enfrentado a varios sectores dentro del Gobierno y el Partido Popular. El miércoles pasado, la portavoz socialista en el Congreso le sacó el tema durante su interpelación y le pidió que rectificara las palabras del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, que había comparado a las mujeres que abortan con ETA, y las de la diputada ‘popular’ Beatriz Escudero que llegó a asegurar que las mujeres que más abortan son las menos formadas. Entonces se negó. Y este viernes, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, ha vuelto a ser cuestionada por ello. «No me corresponde a mí valorar las posiciones de los grupos parlamentarios», ha dicho Santamaría, aunque sí ha pedido más esfuerzos en «formación e información».
No hay duda de que el debate interno se ha recrudecido en las últimas semanas. Y muestra evidente de ello es la tardanza del Ejecutivo en aprobar una Ley que cuando los ‘populares’ concurrieron a las pasadas elecciones generales aseguraron tener clara. Hace ya ocho meses que el ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, presentó el primer informe al respecto. Pero según insisten fuentes gubernamentales, el proyecto final es posible que no llegue hasta el final de la legislatura. ¿Por qué? Públicamente se insiste en los puntos indiscutibles. Este viernes lo ha hecho la vicepresidenta del Gobierno: la reforma respetará la doctrina del Tribunal Constitucional sobre la ley de supuestos de 1985 y modificará el punto de la actual ley que permite abortar a las menores de 16 años sin conocimiento de los padres. Pero de lo que ya no hay duda es que en otros aspectos existen discrepancias, y el supuesto de malformación es uno de ellos.
Hace varias semanas, el ministro del ramo abogó por suprimir la malformación del feto como supuesto para abortar. Este viernes, la vicepresidenta ha evitado ser tan explícita. Sin confirmar ni desmentir dicha intención, Santamaría ha dicho que se «está analizando y estudiando» cómo introducir la recomendación de la convención de ONU sobre discapacidad. Una línea más cercana a la defendida a lo largo de esta semana por sus compañeros de partido, como Alfonso Alonso o Rafael Hernando, que insisten en que el debate sigue abierto. En este sentido, y aunque Santamaría ha querido distanciarse asegurando que la labor le corresponde a Justicia, sí ha pedido que el debate sobre el aborto se aborde con «la necesaria sensibilidad» y ha pedido a todos que las declaraciones sobre este asunto se alejen del «trazo grueso porque es un debate en el que se mezclan muchas cosas y muchas opiniones».
Elsa S. Vejo