El expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa pasa su primera noche en prisión después de que dos agentes de la Guardia Civil le hayan conducido esposado desde el Juzgado de Instrucción número 9 de Madrid, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas. Los agentes del Instituto Armado han acudido al juzgado al filo de las 20.30 horas, después de que Blesa haya permanecido en dependencias judiciales durante cerca de siete horas.
Su entorno se movilizará para tratar de reunir los 2,5 millones de euros de fianza que ha acordado el juez Elpidio José Silva y eludir su permanencia en prisión, que previsiblemente será la de Soto del Real.
El expresidente de la caja madrileña ha acudido para declarar ante el magistrado en el marco de la investigación sobre el crédito de 26,6 millones a Gerardo Díaz Ferrán y la compra del City National Bank de Florida.
Además, se ha celebrado una vista en la que el sindicato Manos Limpias ha solicitado prisión provisional bajo fianza de 3 millones de euros y el fiscal se ha opuesto a la fijación de esta medida cautelar.
«Pésima gestión bancaria»
El titular del Juzgado considera que detrás de la compra por parte de Caja Madrid de la entidad hay una «pésima gestión bancaria indiciada» que provocó pérdidas de 500 millones de euros en una operación en la que no se analizó de forma «mínimamente» solvente la viabilidad, el riesgo y el nicho del mercado.
El magistrado, que decretó el ingreso en prisión provisional de Blesa, acepta en un auto al que ha tenido acceso Europa Press la ampliación, por estos hechos, de la denuncia que el sindicato Manos Limpias presentó sobre el crédito a Díaz Ferrán.
De este modo, el juez Silva examinará también a partir de ahora la responsabilidad del máximo dirigente de la caja de ahorros en la inversión extranjera.
El juez ha tomado esta decisión tras recibir un informe del Banco de España «sucinto» pero «sumamente esclarecedor» del contexto y del alcance de la citada adquisición. Los inspectores creen que la compra se instrumentó de forma que pudiera «eludirse el preceptivo control de la Consejería de Economía y Hacienda de la Comunidad de Madrid».
En el informe, fechado el 19 de abril de 2010, el supervisor también advierte de que el precio de compra «excedía» del abonado por el Banco Popular y el Banco Sabadell en las operaciones que llevaron a cabo con otras entidades domiciliadas en Miami.
De hecho, la OCC (Office of the Comptroller of the Currency), entidad encargada de supervisar el sistema financiero de los Estados Unidos, advirtió de «déficits muy relevantes en la supervisión del equipo directivo de la entidad de cara a la debilidad económica general, sin que esté implantada estrategia viable de negocio» y con un «alto y creciente riesgo estratégico».
«Desorientada ante la atonía económica»
Ante tales evidencias, el Banco de España determinó que el ritmo de crecimiento propuesto en su día por Caja Madrid para los ejercicios 2009 a 2014 estaba «seriamente desorientada» e ignoraba «manifiestamente la atonía económica imperante». Según su criterio, el deterioro del fondo de comercio del City National Bank de Florida «equivale prácticamente a su valor».
En resumidas cuentas, destaca el magistrado, «ello implica pérdidas de 500 millones de euros, suma que podría haberse incrementado a día de hoy». El auto también advierte de que los indicios sobre un presunto delito de administración desleal «engarzan poderosamente con extremos tales como la ausencia de un análisis mínimamente solvente de viabilidad y de riesgo asumible, el estudio abiertamente insuficiente del nicho de mercado, el pago de un sobreprecio y la ausencia de sometimiento a los controles administrativos preceptivos».
Se trata de un proceder que incurre, como poco, en un nivel de ignorancia deliberada por parte de unas personas que, de sobra, gozan de experiencia en materia bancaria a nivel de expertos, de tal manera que «el error no puede basarse en la mera ignorancia sino en el incumplimiento de protocolos del negocio bancario».
A la vista de la instrucción, dice el juez, no puede dilucidarse con la «suficiente determinación» la participación de las personas intervinientes en la adquisición del banco estadounidense ni si su ‘modus operandi’ incurre en un delito de apropiación indebida o societario, por lo que aunque no puede afirmarse la conexidad de la conducta en torno a la pésima gestión bancaria indiciada en el proceder del ex presidente de Caja Madrid, tampoco puede rechazarla definitivamente». No obstante, recalca que el contenido de las pesquisas justifican la admisión de la ampliación de la denuncia de la acusación.
La Caja adquirió en abril de 2008 el 83% del que fuera el sexto mayor banco privado del estado de Florida por un importe de 927 millones de dólares. La caja madrileña se hizo con la totalidad de la entidad estadounidense en 2010 aportando otros 190 millones de dólares.
Estrella Digital/EP