Cuando todavía no se han apagado los ecos de la polémica entrevista de Aznar y que hicieron temblar los pilares de Génova, aparece Zapatero, aunque en la dirección opuesta.
Mientras que el expresidente ‘popular’ se dedicó a atacar a sus compañeros de partido y al propio Mariano Rajoy, el exlíder socialista ha roto su silencio en RNE entrevistado por Luis del Olmo, para reconocer, una vez más, la lentitud con la que abordó el problema de la crisis y para apoyar a Rubalcaba y a su acuerdo nacional.
Del Olmo ha ido al grano y ha arrancado la entrevista con una pregunta obligada: «Si pudiera reiniciarlo todo, ¿qué hubiera hecho y que no?», y Zapatero, después de varios rodeos, ha admitido que falló en su gestión cuando la crisis acechaba a nuestro país.
«La parte última de mi mandato que coincidió con la irrupción de la durísima crisis económica hubo un momento en el que tardé en reconocer que podíamos sufrir esa gravedad». Sin embargo y para defenderse, ha asegurado que las decisiones que tomó en aquel momento no afectaron al «desarrollo de los acontecimientos porque la crisis sigue y ha afectado a más países».
Zapatero defiende a los suyos y no manda recados a nadie, tampoco a Rajoy. Es más, ha defendido a ambos y ha descrito la dificultad que supone dirigir un partido y un país: «pienso que no es fácil subir ahí y acertar en el discurso y trasladar la confianza».
A pesar de que el PSOE se desploma en las encuestas, Zapatero considera que Rubalcaba con el que mantiene «una muy buena relación», está tomando la buena dirección y asegura que su propuesta de pacto de Estado es un acierto. Cree que los socialistas insisten desde la oposición y desea que «el diálogo que pueda haber alumbre un acuerdo en materia de apoyo a crear empleo, a los emprendedores, a las PYMES, para que tengan liquidez y financiación».
Mientras que Bruselas augura un futuro negro para España, Zapatero consciente de que le han tachado de «demasiado positivo» quiere lanzar «un mensaje positivo a España» y ha pedido a los ciudadanos que «no olviden todo lo que ha hecho este país porque somos de los países desarrollados que más ha crecido a pesar de lo que se dice».
Pocas pistas ha dado sobre los recortes, las protestas y la asfixia económica del país. Ha optado por la prudencia, por eso, prefiere guardar silencio y mantenerse al margen. «No me escuchará una crítica a Rajoy porque cualquier cosa que pueda decir que perjudique a España no saldrá de mi boca», ha subrayado.
Marina García-Rico