Si hay un rincón en España donde se han volcado y han aplaudido con furor la visita esta semana a nuestro país del heredero de Japón, el príncipe Naruhito, ha sido en Coria del Río, un municipio de la provincia de Sevilla de unos 32.000 habitantes.
Durante seis días dos príncipes han compuesto una imagen realmente curiosa. Nuruhito, de talla inferior al 1.70, junto al príncipe Felipe –casi dos metros le contemplan-, recorriendo Madrid en ruidosos convoyes escoltados estruendosamente por la Policía. La visita del heredero de la dinastía japonesa ha sido inusual por su duración –seis días en un lejano país es mucho tiempo para cualquier mandatario del mundo-, como por su contenido, en el que no ha faltado una visita a las modélicas instalaciones del Canal de Isabel II de Madrid, algo también extemporáneo. Y, claro por la peculiar estancia en Coria del Río.
Una especie de “Bienvenido Mr. Marshall”, pero esta vez con final feliz, es lo que han vivido estos andaluces que han preparado a conciencia la celebración del 400 aniversario de la relación hispano-japonesa. Para ello, mientras, Naruhito, asistía con su anfitrión, el Príncipe Felipe, a importantes actos con empresarios, exposiciones y recepciones en el Palacio de la Zarzuela, en Coria del Río han calentado motores en la inauguración del Año Dual España Japón (junio 2013- julio 2014) con ceremonias del té, desfiles de Kimonos, talleres de origami (papiroflexia), demostraciones de caligrafía japonesa yrecitales de haikus (poesía tradicional del país oriental).
Por supuesto, una de las jornadas más emotivas en este pueblo español la ha protagonizado el propio príncipe Naruhito que este pasado viernes 14 de mayo plantó un sakura (cerezo) a orillas del Guadalquivir. Este árbol, símbolos de los nipones, será el primero del jardín japonés que se creará en Coria. “A partir de octubre empezarán a venir turistas japoneses a sembrar más cerezos en la ribera del río”, explica a ESTRELLA DIGITAL el presidente dela Asociación Hispano Japonesa Hasekura Tsunenega, Juan Francisco Japón. Porque ya hay un convenio firmado entre el Ayuntamiento de Coria y una entidad japonesa, conformada por 11 agencias de viajes del país asiático, para la creación de esta especie de pequeño vergel.
El príncipe heredero de Japón ha sido acogido en este municipio sureño con banderas japonesas que adornan las casas y, sobre todo, mucho cariño y calor humano. “Para nosotros es todo un orgullo que el príncipe japonés haya decidido visitarnos. No ha venido ni el nuestro”, comenta Miguel Japón, un vecino coriano entusiasmado con los acontecimientos.
A estas alturas de esta crónica, muchos se preguntarán si todos en Coria del Río llevan el apellido Japón. Y no todos, pero todavía quedan bastantes “contando a mi hija Carmen que tiene 3 meses y es la más joven somos ya unos 629, en el censo de este año, los que tenemos este nombre de familia”, asegura Juan Francisco Japón. Esta casta es identificada por algunos historiadores como descendientes del primer grupo de asiáticos del siglo XVII, “Embajada Keicho”, que estuvo por estas tierras.
Es una historia exótica. El viaje fue la primera expedición diplomática de Japón a España. Los propósitos de este grupo encabezado por un samurái llamado Hasekura Tsunenaga y un franciscano sevillano, Fray Luis Sotelo, eran además de establecer contactos comerciales, visitar al Papa en Roma y obtener apoyo político y religioso para los japoneses convertidos al cristianismo.
En ese largo periplo, los expedicionarios remontaron el Guadalquivir e hicieron parada en esta pequeña localidad en la que algunos de sus aventureros decidieron quedarse. Allí echaron raíces tras contraer matrimonio con mujeres de Coria. Ante todo un problema lingüístico, la dificultad de pronunciar y escribir los apellidos originarios se decidió, en todo un alarde de praxis, utilizar el país nativo como apellido.
Por eso “hermanamientos entre Coria y Japón ya ha habido unos cuantos”, comenta Miguel Japón. Esta misma semana también han recibido la visita del señor Hasekura Tsunenaga, descendiente en decimotercera generación del samurái jefe de aquella expedición. “A mí me gusta, sobre todo, su amor por el pasado y la filosofía de vida que tienen. Son personas muy tranquilas, educadas. Da gusto tratar con ellos”, asegura Miguel.
En el municipio ya son muchos los que ven en estos acercamientos una “oportunidad de negocio, un atractivo especial, relevante para el turismo japonés, lo que nos ayudará a ampliar las relaciones afectivas y económicas con este pueblo oriental”, afirman en Coria. “De hecho tras estas visitas nos hemos puesto manos a la obra para crear proyectos que puedan dar sus frutos. Además de paquetes turísticos, ellos están muy interesados en las energías renovables y aquí cerca del río hay mucho terreno”, comenta Juan Francisco Japón.
El cerezo en Japón es símbolo de amistad, sinceridad y felicidad. Dicen que cuando un japonés planta uno es síntoma de que quiere volver a ese lugar. El príncipe Naruhito ya ha estado seis veces en España y, esta vez, nos ha plantado un árbol. Además, se ha dejado ver por Madrid, Salamanca, Santiago de Compostela y Sevilla. De momento, el próximo 31 de julio quien se va a la tierra del sol naciente es Juan Francisco Japón, acompañado de unos cuantos “japones” como llaman en Coria a los descendientes españoles y con el Coro Polifónico Santa María para entonar unos cánticos que estrechen aún más las relaciones.