miércoles, octubre 2, 2024
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El carcelero hambriento de sexo

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“Acto seguido, exaltado sexualmente, Se abalanzó sobre ella, empujándola sobre un electrodoméstico donde la dejó inmóvil, metiéndole a continuación la mano en el escote, frotándole con fruición los pechos al tiempo que le recordaba que él era el funcionario y que podía hacerle mucho mal, tanto a ella como a su hermano también preso. Acto seguido introdujo la mano por debajo de la ropa interior de ella, manoseándole los genitales y llegando a introducirle varios dedos en la vagina. A continuación, el acusado le ordenó que le practicara una felación, al tiempo que la agarraba del pelo y la forzaba a arrodillarse mientras le introducía el pene en la boca. Antes de completar el acto sexual, el funcionario la soltó del pelo y le dijo que subiera al segundo piso, donde había un sillón desocupado, aduciendo que se la tenía que follar”. La descripción del Ministerio Fiscal de lo que pasaba en la cárcel de Soto del real es suficientemente elocuente. El informe que presentó en la Audiencia Provincial de Madrid donde se sigue juicio contra M.A.P.H., funcionario de prisiones, respalda las denuncias de las internas que denunciaron abusos sexuales. El juicio quedó visto para sentencia el pasado jueves.

Este relato, que parece extraído del comportamiento de uno de esos carceleros patibularios y de rostro sombrío de una prisión de cualquier país bananero que vemos en las películas, ha ocurrido presuntamente en un centro penitenciario español en pleno siglo XXI. Así por lo menos lo entiende el fiscal y por eso pide 42 años de cárcel para el supuesto responsable de este bochornoso e inadmisible comportamiento, el funcionario de carrera de Instituciones Penitencias Miguel Ángel Polo.

4 mujeres presas

D.R. V., F.V.P., M.J.A.V., y T.S. estaban pagando su deuda con la sociedad española por la comisión de presuntos delitos en la cárcel de Soto del Real,cuando ininterrumpidamente durante días sucesivos, eran distraídas del trabajo que realizaban dentro del centro por un funcionario que quería presuntamente abusar de ellas prevaliéndose de su autoridad como empleado de carrera del Ministerio del Interior. Estas mujeres se armaron de valor y desafiando los males que su osadía de denunciar pudieran acarrearles, lo pusieron en conocimiento del Juzgado.Ahora, durante la vista oral, han mantenido sus acusaciones.

Las declaraciones de estas mujeres son del mismo o parecido tenor. De otra de ellas dice el fiscal en su escrito de acusación, “el acusado la mandó a un cuarto anexo a la panadería donde él entró tras ella cerrando la puerta a continuación. De forma sorpresiva la asió con fuerza del pelo y le dijo que se la chupara. Apremiando, haciendo alarde de su fuerza física la estrechó contra sí y la manoseó el pecho y sus genitales,superficialmente y por encima de la ropa, a lo que la joven se resistió revolviéndose entre los brazos del acusado al tiempo que verbalizaba de forma reiterada su negativa que desoída en todo momento por aquél. Mientras elacusado se afanaba en bajarse los pantalones y calzoncillos, T.S. le lanzó unempujón, logrando huir así del receptáculo y del alcance del funcionario”.

De forma sorpresiva la asió con fuerza del pelo y le dijo que se la chupara

Siempre según el escrito del fiscal, Miguel Ángel Polo no desaprovechaba cualquier ocasión que se presentara para atacar a sus víctimas, “en otra ocasión –dice el Ministerio Público- mientras D. M. estaba limpiando una estantería, de forma sorpresiva, el acusado la asaltó por detrás y, rozándose su cuerpo con el deella, le pregunto exaltado mientras la apretaba contra sí que cuándo le iba a dejar coge, al tiempo que le manoseaba los pechos mientras ellas se afanaba en quitárselo de encima”.

En todo momento y durante la vista oral,Miguel Ángel Polo negó todas las versiones ofrecidas por estas mujeres asegurando que no eran ciertas. Todas ellas, tras estas presuntas agresiones y agobios sexuales, necesitaron de asistencia médica por padecer estrés postraumático,con insomnio y ansiedad. Ahora, la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Madrid tendrá que decidir si condena o no a Miguel Polo a los 42 años de cárcel que pide el fiscal por los supuestos delitos de agresión, acoso y abuso sexual, respectivamente.

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