En el ‘mundillo’ periodístico se sabe que se trata de una práctica muy habitual ésta de llamar a los corresponsales políticos para pactar preguntas, pero nunca había sido tan descarado como este lunes. Como habitualmente ocurre cuando un líder internacional visita La Moncloa, la Secretaría de Estado de Comunicación convoca a la prensa española a una rueda de prensa que normalmente concede el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, junto al invitado.
En esta ocasión se trataba de la visita a España del primer ministro polaco, Donald Tusk. No son ruedas de prensa al uso, en las cada periodista puede preguntar lo que quiera, sino que los turnos de intervención están limitados a dos. Dos preguntas para la delegación española y dos preguntas para los periodistas de la delegación invitada. Ante este formato impuesto, a los periodistas no les queda más remedio que pactar sus preguntas al inicio de la comparecencia.
En esta ocasión, el modus operandi de la prensa ha sido el habitual. Minutos antes de la comparencia de Rajoy los medios de comunicación asistentes habían pactado las preguntas que formularían al presidente español: ¿Por qué siguió manteniendo esa relación con Bárcenas que prueban los SMS después de saberse que el extesorero tenía 16 millones en Suiza? ¿Ha pensado dimitir? ¿No cree que debe una explicación a los españoles después de haber mantenido durante décadas a un delincuente como gerente y tesorero? Y también los compañeros que las harían, que según estaba previsto serían El Mundo y EFE.
Pero al final no pudo ser. En un movimiento insólito hasta el momento, el presidente del Gobierno negó la palabra a El Mundo y se la concedió al ABC, que optó por cambiarla. «El diario ABC ha publicado este fin de semana la historia del chantaje fallido de Bárcenas. Me gustaría saber, presidente, su valoración sobre este intento de chantaje, y si usted se ha sentido en algún momento o se siente ahora chantajeado. También quería saber, presidente, su valoración de los mensajes de texto que se han publicado estos días, que le afectan a usted directamente y en los que se comprueba que mantuvo contactos con Bárcenas». Esta ha sido la pregunta formulada por el corresponsal del diario conservador. Para cuya respuesta iba el presidente muy bien preparado.
En una nota que se apreciaba que había sido elaborada con mimo y mucha antelación, el líder del Ejecutivo ha soltado su perorata sin importarle el pacto hecho por los periodistas. Al concluir la rueda de prensa, Carmen Martínez Castro, la secretaria de Estado de Comunicación, pidió «disculpas» a los periodistas alegando que no sabía que estaba acordado quién preguntaba. Una explicación que es difícil de creer, teniendo en cuenta que es la fórmula que siempre se ha utilizado.
Según informa El Mundo, al término de la rueda de prensa el periodista de ABC precisó que había recibido una llamada previa de su director, Bieito Rubido, dictándole el texto que debía formular a Rajoy y que simplemente se había limitado a ello.