Son días convulsos para la política española. Después de la declaración oficial de guerra entre el extesorero del Partido Popular, Luis Bárcenas, y la que fuera su formación política durante 20 años, a la oposición no le ha quedado más remedio que buscar opciones para dar respuesta al ‘caso Bárcenas’. Tres son las medidas que se están barajando para poner en jaque al Gobierno de Mariano Rajoy, aunque por el momento no están consensuadas: Moción de censura, dimisión o simplemente explicaciones en el Congreso. Eso sí, la debilidad del principal partido de la oposición, el Partido Socialista, y la mayoría absoluta de los ‘populares’ no hace sencilla esta labor. El tiempo juega en contra de la oposición y a favor del líder de Ejecutivo.
El principal objetivo de todos los grupos parlamentarios es que el presidente no se ‘vaya de rositas’ antes de las vacaciones y aproveche así el periodo estival para que las aguas vuelvan a su cauce antes de volver a comparecer en las Cortes. Por este motivo, la semana pasada el Congreso y esta el Senado han discutido la posibilidad de que Rajoy comparezca en un Pleno extraordinario. La petición en el Congreso ya fue rechazada, alegando por parte del Partido Popular que la agenda ya estaba demasiado apretada. Y lo mismo ha ocurrido en el Senado. No obstante, los últimos acontecimientos conocidos -unidos a la insistencia de Rajoy de no pasar por el Parlamento- han apresurado aún más la respuesta de la oposición.
Tal y como ha anunciado este martes Alfredo Pérez Rubalcaba, el Partido Socialista está dispuesto a presentar una moción de censura -la fórmula parlamentaria para cuestionar al presidente- si el PP vuelve a bloquear la próxima semana la nueva petición de comparecencia de Mariano Rajoy por el caso Bárcenas. Los socialistas tienen previsto volver a registrar una petición de comparecencia esta semana, y si vuelve a ser rechazada actuarán. El plazo que maneja el PSOE sería el 24 de julio, día en que la Diputación Permanente se reúne y tendrá que estudiar la octava petición de comparecencia del presidente. Desde el domingo pasado, el líder socialista lleva negociando con todas las fuerzas parlamentarias -excepto con el PP- sus opciones y todos parecen coincidir en que el presidente, de entrada, debe de dar explicaciones ante el Parlamento.
Hasta el momento, Rubalcaba había rechazado la moción de censura por no contar con los votos suficientes y por ser una fórmula que tampoco obliga a Rajoy a estar presente en el debate. No obstante, y en vista de la actitud del Gobierno y del Partido Popular, ha amenazado con utilizar la fórmula, aunque sólo sea de manera testimonial. La mayoría absoluta de los ‘populares’ impedirá que salga adelante, pero la intención de los socialistas es convertir a Rajoy en el tercer presidente cuestionado en el Parlamento en lo que llevamos de democracia. Anteriormente ya fueron puestos en esta tesitura Adolfo Suárez (UCD) y Felipe González (PSOE). Aunque ninguna de ellas prosperó, como ocurrirá en esta ocasión.
Por el momento, el nuevo veto de los ‘populares’ a la comparecencia de Rajoy, esta vez en el Senado, ya augura el desenlace de esta historia. De cumplir Rubalcaba con sus amenazas, es probable que en un breve periodo de tiempo se presente una moción de censura por parte de la oposición. Los ‘populares’ insisten en blindar a Rajoy, y nada hace pensar que aceptarán la nueva petición que el PSOE registrará esta semana en el Congreso, así que pocas opciones quedan. Hasta el momento, tanto el PSOE como La Izquierda Plural se habían mostrado más partidarios de exigir la dimisión del presidente. Aunque este miércoles, los socialistas han decidido dar un vuelta de tuerca a la situación y además de pedir la dimisión han lanzado un órdago mayor: cuestionar al presidente en sede parlamentaria.
¿Quién la apoyaría?
Iniciativa que Unión Progreso y Democracia (UPyD) apoyaría. Tal y como ha explicado su portavoz, Rosa Díez, la formación magenta aboga por someter al Gobierno a una moción de censura porque «ante situaciones extraordinarias hay que tomar decisiones extraordinarias y hay que utilizar los mecanismos constitucionales». Con una iniciativa de este tipo, ha explicado, «se le censura al Gobierno su actuación de una manera amplia y no partidaria, no partidista», no con el fin de «poner otro Gobierno» sino de conseguir que el Parlamento, sometido a un «chantaje» y a un «boicot» por parte de la mayoría del PP, que impide que Rajoy comparezca para dar explicaciones sobre los papeles de Bárcenas, pueda cumplir «su tarea constitucional» de control y de impulso del Ejecutivo.
Menos partidarios de esta fórmula, sin embargo, se han mostrado los nacionalistas. Tanto PNV como CIU dicen estar de acuerdo en que el presidente dé explicaciones en el Congreso, pero no tanto de presentar una moción de censura. «La moción de censura no es el instrumento más adecuado para provocar la comparecencia porque tiene un carácter constructivo y busca la estabilidad del Gobierno», ha señalado el portavoz de los nacionalistas vascos, Aitor Esteban, que ha aprovechado en la comparecencia que ha ofrecido este miércoles en el Cámara Baja para recordar que esta figura exige «un candidato y un programa», asumiendo que sería «muy difícil» que la oposición pudiera pactar ambas cosas.
Una idea muy similar a la defendida por los ‘populares’, que desde el principio han descartado la posibilidad de que la oposición adoptara esta decisión por la falta de alternativas reales. «No se atreven», proclamaba a primera hora de este martes el portavoz adjunto del Grupo Popular en el Congreso, Rafael Hernando. «No sé si el candidato de Rosa Díez, CiU o el PNV va a ser Rubalcaba; ellos tendrán que ponerse de acuerdo, no sé ni tan siquiera si sería el candidato del PSC», ha ironizado el ‘popular’.
Ahora bien, parece que ninguna de estas últimas consideraciones parece preocuparle ya al líder de los socialistas. El ultimátum ya ha sido dado. O los conservadores dan luz verde a la comparecencia de Rajoy en el Congreso, o se presentará la moción de censura.
Claves de la moción
¿Qué es?: implica una expresión de desconfianza de la Cámara sobre el Gobierno y en el caso de aprobarse respalda una alternativa de gobierno.
Requisitos para llevarse a cabo: debe ser propuesta al menos por la décima parte de los diputados, en un escrito motivado y dirigido a la Mesa del Congreso. Y además tiene que incluir un candidato a la Presidencia del Gobierno.
Plazos: No podrá ser votada hasta que transcurran cinco días desde su presentación y en los dos primeros días de dicho plazo podrán presentarse mociones alternativas.