El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, cede a la presión que había puesto sobre sus espaldas la amenaza del Partido Socialista de presentar una moción de censura y anuncia que comparecerá en el Congreso de los Diputados en los próximos días para explicar «la situación que vive el país, tanto desde el punto de vista económico como desde el punto de vista político», sin aludir explícitamente al ‘caso Bárcenas’.
El líder del Ejecutivo ha indicado en la rueda de prensa que ha ofrecido en La Moncloa junto al primer ministro de Rumanía, Victor Ponta, que no esperará hasta septiembre para dar la cara y que lo hará la última semana de julio o la primera de agosto. Según ha explicado Rajoy, este domingo llamó al presidente del Congreso, Jesús Posada, para pedir su comparecencia en el Parlamento y dar así «todas las explicaciones» y «aclarar dudas» sobre aquellos temas que «preocupan a la opinión pública». «Es donde debo hacerlo», ha aseverado Rajoy, y «dar mi versión, que también es necesaria», ha rematado.
No es habitual que la prensa extranjera que acude a estos encuentros bilaterales y que al igual que la española tiene limitada su intervención a dos preguntas utilice uno de sus turnos para preguntar sobre cuestiones internas de España. No obstante, la situación ya estaba siendo tan insostenible, no sólo dentro de nuestras fronteras, sino también fuera de ellas, que uno de los periodistas rumanos que ha preguntado este lunes en nombre de todos sus compañeros lo ha hecho refiriéndose exclusivamente al líder del Ejecutivo español y en referencia a cuándo sería el momento de que Rajoy explicara en el Congreso todas las informaciones que le relacionan con el llamado ‘caso Bárcenas’.
«Yo comparezco habitualmente en el Parlamento. En la medida que me van preguntando, voy respondiendo. Y siempre he dado una respuesta. A partir de ahí, también le diré que hablé ayer con el presidente de las Cortes y le dije que iba a presentar una solicitud de comparecencia para explicar la situación en la que vive España, tanto los nuevos datos económicos como los temas políticos que a usted le preocupan», ha zanjado el presidente, quien ha considerado que «este es el momento oportuno y adecuado para plantear el futuro de las cosas y lo que va a hacer el Gobierno».
Partiendo de esta base, Rajoy ha asegurado que su decisión nada tiene que ver con la moción de censura anunciada por el PSOE. «He tomado esta decisión a la vista de las dudas que han podido surgir entre muchos ciudadanos», ha aseverado el presidente. Minimizando así la presión que desde hace dos semana lleva ejerciendo la oposición para que acuda a explicarse a sede parlamentaria. Según Rajoy, ha respondido a «un sinfín» de preguntas en el Congreso y en el Senado y no le han preguntado «sobre este asunto». No obstante, parece que han hecho falta ocho peticiones de comparecencia registradas por parte del PSOE y la amenaza de una moción de censura para que llegara el «momento oportuno» de que el presidente se pronunciara en «la sede de la soberanía nacional». Fuera de ella, Rajoy ha dejado bien claro que no realizará ninguna declaración sobre el escándalo de corrupción que afecta a su partido.
De esta manera, el presidente del Gobierno se blinda ante la prensa. Es decir, hasta este lunes se daba por hecho que Rajoy comparecería el próximo viernes (2 de agosto), tras el Consejo de Ministros, para hacer balance del último curso político. Sin embargo, con este anuncio, se anula toda posibilidad de que los medios de comunicación puedan preguntarle de manera ilimitada por lo menos hasta septiembre. En ningún momento el líder del Ejecutivo ha admitido tratarse de una rectificación, pero lo cierto es que hasta la fecha, él y su equipo habían repetido hasta la saciedad que ya se habían dado «todas las explicaciones necesarias». No obstante, cada vez eran más los indicadores que anunciaban tormenta en el exterior. Estaba claro que la moción de censura no prosperaría gracias a la mayoría absoluta de los ‘populares’ y que ésta probablemente perjudicaría más a su contrincante -Alfredo Pérez Rubalcaba-, pero los últimos titulares en la prensa internacional, en la que incluso se ha hablado de caída del Gobierno de Rajoy, han hecho saltar las alarmas en La Moncloa, ayudando al Gobierno incluso a darse cuenta de que sólo una comparecencia pública del presidente sofocaría el incendio que ya se ha desatado de puertas para afuera.
Por ello, desde hace varios días, el Partido Popular y el Gobierno llevaban inmersos en una discusión interna sobre la fórmula que se emplearía para evitar el cuestionamiento del presidente en el Congreso. Durante las discusiones se había hablado de una sesión de control al Gobierno, para limitar el tiempo de interrogatorio al presidente, pero en vista de la negativa de la oposición, han cedido finalmente a un pleno extraordinario, aunque finalmente no será monográfico. En él, Rajoy no sólo tiene previsto hablar de corrupción, sino también de economía, y para ello se ha guardado un as bajo la manga: el presidente alardeará durante su intervención en el Parlamento sobre los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), que según ha avanzado el ABC, serán algo mejores que los reflejados en la anterior.