José Antonio Griñán ha confirmado que abandonará la Junta de Andalucía a finales de agosto, aunque ello no significa que deje la primera línea de la política. «Seguiré siendo el presidente del PSOE y el secretario general del PSOE-A. Cuando acabe la legislatura, entonces diré adiós», ha afirmado Griñan en una rueda de prensa que ha concedido este miércoles desde el Palacio de San Telmo después de que este martes ya se adelantara su decisión de abandonar el Gobierno regional.
Intención que ya había adelantado unos minutos antes la vicesecretaria general de los socialistas, Elena Valenciano, que en declaraciones a RNE había asegurado que Griñán seguiría al frente del PSOE. «En este momento no está pensando en eso en absoluto. Al revés, creo que (…) ahora va a tener más tiempo para dedicarse al partido», ha contestado la ‘número dos’ de Rubalcaba en Ferraz.
Sobre la posible relación que existe entre esta decisión y el escándalo de los ERE, Griñán lo ha negado tajantemente y ha asegurado que «los motivos de carácter personal y familiar han sido los más determinantes» para abandonar el cargo. De esta manera, ha intentado frenar los rumores que desde este martes empezaron a circular al respecto y que este miércoles han alimentado compañeros como Alfonso Guerra, que ha asegurado que «debe de haber algo afecta muy personalmente» para entender tanta «urgencia», o aliados como Izquierda Unida, cuyo coordinador general, Cayo Lara, ha dicho que ve «argumentos suficientes» para imputar a Griñán en la trama corrupta. «No existen razones jurídicas para que pueda ser imputado ni jurisdiccionales por parte del juzgado número 6 de Sevilla», ha zanjado.
El socialista andaluz también ha desvelado además su permanente contacto con Rubalcaba y ha reconocido que este martes estuvo almorzando con el líder de los socialistas, junto a Elena Valenciano y Mario Jiménez. Griñán, que dejará la presidencia de la Junta de Andalucía en septiembre en manos de Susana Díaz, ha asegurado que la decisión es «totalmente personal».