No solo un maquinista y un sistema de seguridad fallaron la tarde del 24 de julio en Santiago de Compostela. La Xunta de Galicia tardó más de dos horas en decretar el nivel de alerta 2, que permite solicitar más recursos a otras provincias, a pesar de que la gravedad del accidente así lo requería.
En medio de aquel caos el hospital público de Angrois, que se encuentra a tan solo un centenar de metros de la curva fatal, estuvo prácticamente vacío, esperando ansiosamente la llegada de los primeros heridos, que fueron derivados a lugares más lejanos.
Además, el camión habilitado para establecer las comunicaciones, dirigir el dispositivo y organizar el rescate llegó una hora y 46 minutos después, según ha trascendido estos días.
La solidaridad y la generosidad de los vecinos de Angrois que a los pocos instantes de la tragedia saltaron a las vías para socorrer a las víctimas suplieron lo que voces críticas ya denuncian sin ambages como falta de eficacia del gobierno gallego ante la emergencia.
Las imágenes y las fotografías del descarrilamiento hablan por sí solas y ejemplifican la desorganización de los primeros momentos. Las camillas para sacar a los heridos son improvisadas: puertas, trozos de madera, palés e incluso los propios asientos del tren destrozado.
Los vecinos, junto al personal de salvamento, se adentraron en los trenes sin casco y sin la ropa adecuada a pesar del riesgo que podían correr. Por otro lado, las mantas para cubrir a los cadáveres que se encontraban desperdigados por las vías, eran de los propios vecinos que trajeron de sus casas.
Los partes oficiales del servicio de emergencias de la Xunta a los que ha tenido acceso el diario ‘El País’, relatan que, a pesar de que el 061 a las 20.51, diez minutos después de la catástrofe, solicita el envío de helicópteros a la zona, estos nunca llegaron.
Una hora después el 061 y la Policía local de Santiago solicitan, cada uno por su lado, el envío de ambulancias. Pero otra hora mas tarde el 061 no sabe como hacerlas llegar y continúa sin establecerse un puesto de mando y coordinadores que evalúen que tipo de recursos se necesitan.
La oposición dejará pasar el luto para pedir explicaciones
Por el momento, la oposición prefiere guardar silencio ante la supuesta ineficacia de la Xunta. El PSdeG ha explicado a ESTRELLA DIGITAL que quieren respetar a las víctimas y los días de luto decretados por el Gobierno, pero más adelante los socialistas pedirán explicaciones “porque hay sobrados indicios de descoordinación”.
Sin embargo, la consejera de Sanidad de la Xunta, Rocío Mosquera, ha declarado que “dos minutos después de recibir el primer aviso, ya se había movilizado la primera ambulancia del 061”, aunque no ha revelado cuándo se activó el nivel de alarma.
La falta de coordinación no solo se produjo en las vías, también en los hospitales. La Asociación Gallega para la Defensa de la Sanidad Pública no se explica por qué el centro sanitario público de Angrois que se encuentra muy cerca de donde se produjo el accidente fatal, no fue utilizado y el personal sanitario se quedó esperando a los heridos que no llegaron.
“Rechazamos que las autoridades políticas y sanitarias digan que se emplearon todos los recursos públicos disponibles mientras que el Hospital de Conxo no recibía a ningún herido”, asegura la asociación que cree que “una vez más se han mostrado los resultados de la política de cerrar camas, unidades y quirófanos de los centros públicos” y dar prioridad a los privados.
La AGDSP denuncia que detrás se esconden cuestiones políticas y pedirán explicaciones a la Xunta: “Resulta paradójico que sí se derivaran docentes a centros privados como La Rosaleda en Santiago o al Hospital Dominguez de Pontevedra”.
Sobre este asunto Mosquera defiende que no se derivaron a ese hospital los heridos porque el centro carece de una unidad de urgencias a pesar de que el personal sanitario estaba esperando con las camas preparadas, quirófanos abiertos y una UCI, según relata el citado diario.