«No son unas primarias propiamente dichas, pero es una opción que se le parece mucho. En definitiva, es una manera de acercar la política a los militantes y que sean ellos los que elijan a su líder directamente». Así es como definen desde Nuevas Generaciones de Madrid el ‘experimento’ que su presidenta, Esperanza Aguirre, espera hacer con ellos. Este sábado, dos candidatos -Antonio José Mesa, concejal de Getafe y Ana Isabel Pérez Baos, concejal en Torrejón de Ardoz; David Álvaro, el tercero en discordia, ha abandonado la carrera la noche antes de la votación- pelearán con todas sus fuerzas por hacerse con el trono: la presidencia de las Nuevas Generaciones madrileñas, que hasta el momento ostentaba el joven diputado por Ávila Pablo Casado, ojito derecho de la lideresa madrileña y del expresidente del Gobierno, José María Aznar.
Un ‘experimento’, que por cierto, no ha estado exento de polémica. Bien conocido es por todos el enfrentamiento directo que existe entre Aguirre y la dirección nacional, capitaneada por Mariano Rajoy, por la insistencia de la madrileña en instaurar un proceso de primarias en la elección de todos los líderes del PP, locales y regionales, por supuesto, pero también nacional. A estas alturas de la película, no es un secreto para nadie la animadversión que siente Aguirre por el actual jefe de los ‘populares’ y las infinitas ganas de la expresienta de la Comunidad de Madrid por quitárselo del medio. Lo intentó en el famoso Congreso Nacional de 2008 en Valencia, pero el mecanismo de compromisarios no le beneficia. Ella, al igual que Aznar, sabe que su apoyo -ahora que ya no tiene ninguna mano para elegir a los compromisarios- está en las bases. Ahí es donde está su batalla.
Hace ya un año que dimitió de la presidencia de la Comunidad de Madrid, dejando a su delfín Ignacio González al frente. Nunca dijo que abandonara la política -muestra de ello es que sigue al frente del PP de Madrid-. No obstante, aún son muchas las incógnitas. ¿Tiene pensado Aguirre liderar el PP nacional? o como lo que muchos ‘populares’ dan por hecho, ¿está allanando el camino a un «nuevo mirlo blanco» al que está dispuesto a apadrinar? En Génova, por el momento, aún nadie sabe cuáles son sus verdaderas intenciones. «Dar guerra», dicen algunos. «Quitarse a Rajoy del medio», aseveran otros. Aguirre es una de las firmes convencidas de que el actual presidente del Gobierno no cuenta con el apoyo de los militantes. Por ello ha decidido utilizar a los jóvenes ‘populares’. Para dar el titular mediático: «Un afiliado, un voto». Sin compromisarios y casi sin avales -en el caso de Nuevas Generaciones de Madrid sólo han necesitado recabar 75 apoyos-. Propuesta con el que intenta incomodar al actual presidente.
No obstante, y siendo fieles a la realidad, lo cierto es que no está haciendo nada que no se haya hecho antes en su partido. El congreso asambleario, que es lo que se celebrará en Madrid el 26 de octubre, es una opción que ya se recoge en los Estatutos del partido, eso sí, para las «organizaciones territoriales». Tal y como se detalla en el artículo 36, en el punto 1, se incluye entre las competencias de los Comités Ejecutivos que serán ellos los que tendrán que autorizar la celebración de este tipo de cónclaves «en el ámbito de las organizaciones territoriales». Es más, ni siquiera es una novedad que Nuevas Generaciones de Madrid lo haga ahora. Ya existen precedentes. En primera lugar en Castilla y León, donde NNGG ya lo puso en práctica. Pero es que además existen casos de organizaciones regionales que también lo han utilizado. País Vasco, Navarra y Baleares han elegido a sus líderes a través de congresos asamblearios. Y se ha hecho de manera exitosa.
Pero, ¿cuál es el problema que Génova ve en este mecanismo de elección a nivel nacional? El volumen de militantes. No es lo mismo organizar una estructura de 4.000 militantes -más o menos los que hay en la Comunidad de Madrid- y de los cuáles un alto porcentaje ni se preocupará de elegir al presidente de su organización juvenil. Que los más de 800.000 con los que cuenta el partido en toda España.