viernes, octubre 11, 2024
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El Gobierno se apoya en la patronal catalana para minimizar el independentismo

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El Gobierno de Mariano Rajoy se apoya en su encuentro de este jueves con la patronal catalana en Barcelona para arrinconar el sentimiento independentista de la región. «Lo que yo vi fue una apelación a la estabilidad», ha dicho la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros en el que ha sido interrogada principalmente por la cuestión catalana. El detonante ha sido el plantón que este jueves le dio el líder catalán Artur Mas, pero las cuestiones planteadas han ido más allá. La cada vez más posible -según advirtió el portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran i Lleida- declaración unilateral de independencia también ha copado gran parte de la atención. ¿La respuesta? la misma de siempre: «Este Gobierno va a hacer cumplir la ley». Aunque en esta ocasión, la vicepresidenta no sólo se ha apoyado en la Constitución, sino que también ha aprovechado su encuentro de este jueves con los empresarios catalanes, para advertir al Gobierno de Artur Mas de que cada vez está más solo. No sólo su socio Duran se ha posicionado en contra del desafío soberanista, sino que tal y como el Ejecutivo ‘popular’ pudo constatar, los empresarios están preocupados «por la deriva de unos procesos que nadie sabe cómo cerrar o cómo acabar. Y que nadie quiere».

En respuesta a si considera exagerado el aviso que el portavoz de CiU en el Congreso hizo el pasado miércoles, Santamaría ha vuelto a apelar a la «responsabilidad pública de todos». «Este Gobierno será capaz de tratar de entenderse en un marco de diálogo, pero siempre respetando las leyes», ha insistido la portavoz gubernamental, quien además ha pedido a todo el mundo que trabaje «por la estabilidad y la convivencia». Un discurso muy en la línea del que este jueves pudo pronunciar ante la patronal catalana con motivo de la entrega de los premios Foment del Treball. «Gobernar es saber que juntos seremos capaces de alcanzar las metas a las que no podemos aspirar por separado», dijo Santamaría. Un sentimiento, que según el Ejecutivo ‘popular’, coincide con el del empresariado catalán.

No obstante, el acto de este jueves -catalogado por la Moncloa de «importante» e «imprescindible»- quedó empañado por la ausencia del presidente de la Generalitat. Este viernes nadie hablaba del contenido del encuentro, sino del plante de Mas a Santamaría después de alegar que sólo participa en actos oficiales que presida él o cierre él, salvo en el caso de que asista el Rey, el Príncipe de Asturias o el presidente del Gobierno. En esta ocasión, Artur Mas no estaba dispuesto a que la vicepresidenta -aunque presidenta en funciones durante estos días- fuera la máxima autoridad. Un feo que no sólo no ha gustado en el Palacio de la Moncloa ni en Génova, sino que además ha despertado la indignación de los socialistas. «Es una irresponsabilidad tremenda», ha asegurado la portavoz del PSOE en el Congreso, Soraya Rodríguez, quien ha aprovechado para recordar que lo que necesita Cataluña y el resto de España es «diálogo, mucha serenidad y acercar posturas».

Lo que el Gover alegaba este jueves es que Santamaría debería de haber rechazado su condición de presidenta en funciones y haber cedido el último turno de palabra a Mas como máxima autoridad. Este viernes, la vicepresidenta -lejos de querer avivar aún más el incendio desatado- se ha limitado a dar una respuesta de manual. Ha recordado que la ley es clara al respecto y le reconoce como presidenta en funciones en ausencia del presidente Rajoy -de viaje desde este jueves en Panamá con motivo de su asistencia a la XXIII Cumbre Iberoamericana-. «Las normas de protocolo resuelven este tipo de circunstancias», ha zanjado la vicepresidenta, que ha señalado que será Artur Mas el que tendrá que explicar «los motivos» por los que declinó asistir.

Y así ha sido: «Consideré que la Generalitat, como máxima institución de nuestro país, como Cataluña, quedaba en un segundo orden y preferí que estuviera representada por un conseller». El líder catalán ha asegurado que se le invitó a un acto para presidirlo y que pocas antes le avisaron de que las condiciones cambiaba. Es decir, que por protocolo la vicepresidenta Santamaría sería la máxima autoridad, y que según el presidente autonómico hubiera «creado uno precedente». «No quiero interpretar este hecho como un ataque del Gobierno central a Cataluña, sino como un problema protocolario», ha explicado Mas, quien ha recordado que el presidente de la Generalitat es quien debe presidir cualquier acto en Cataluña, a menos que esté «el Rey, la Casa Real, el presidente del Gobierno español, el presidente del Senado o del Congreso», cargos que a nivel protocolario están por encima del mandatario catalán.

La vicepresidenta ha hecho oídos sordos a todas estas quejas protocolarias y se ha limitado a apuntar que de esas cuestiones ya se encarga la oficina de Protocolo de la Moncloa. «Yo fui, me dijeron donde me tenía que sentar y eso hice. Yo me encargué del contenido de mi intervención, del resto ya hay otras personas que se encargan», ha insistido la vicepresidenta, que ha aprovechado esta intervención para afear la actitud de Mas y recordarle que el plante no es a ella, sino a los empresarios catalanes. «El Gobierno no fue el que convocó este acto. El Ejecutivo de España decidió estar allí representado porque era importante escuchar las inquietudes y necesidades de la patronal», ha zanjado Santamaría.

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