Entre barracones, sin calefacción y pegados a las obras. Así empezaron el curso escolar los alumnos del colegio Teresa de Calcuta de Parla y así parece que van a continuar durante mucho tiempo.
“La obra tenía que haber estado terminada para el comienzo del curso el día 10 de septiembre pero todavía queda bastante”, denuncia María José Bandera, concejala de Bienestar Social, Personal y Régimen Interior del Ayuntamiento parleño.
La construcción de la escuela, que comenzó hace cuatro años, se divide en tres fases. La primera se terminó en el año 2012 con aulas para los niños de educación infantil y una sala de usos múltiples. La segunda, que ya debería estar terminada pero que se encuentra en pleno proceso, consiste en seis clases para Educación Primaria, un comedor y pistas deportivas. Y por último la tercera fase, que necesita doce aulas más de primaria y un gimnasio, pero ni siquiera se ha comenzado a construir.
De hecho, los primeros alumnos del Teresa de Calcuta tuvieron que comenzar el curso en otro centro de Parla. La administración adjudicó las plazas cuando todavía no se había empezado a construir la escuela. “Los niños iniciaron su etapa escolar en septiembre de 2011 y el colegio se empezó a construir en octubre de ese mismo curso”, critica Ángel González, presidente del AMPA.
De momento, la Comunidad de Madrid no ha licitado la fase tres del colegio que debería estar funcionando para el curso escolar 2014-2015. “Nos tememos lo peor y creemos que el próximo año estaremos en las mismas condiciones”, lamenta Bandera.
El desinterés de la Consejería de Educación para solventar los problemas del centro ha provocado que los menores tengan que estudiar en condiciones poco recomendables. “Están en barracones, las tuberías están vistas y el calentador del agua caliente con su correspondiente tubería de cobre está al alcance de los niños, que tienen tres años y por lo tanto las pueden tocar en cualquier momento y quemarse”, denuncia la edil socialista y añade que “tampoco tienen comedor, utilizan aula multiusos lo que implica que los menores no pueden desarrollar la clase de psicomotricidad. Tampoco pueden hacer ejercicio fuera de clase porque no tienen pistas deportivas”.
Aunque el departamento dirigido por Lucía Figar asegura que el colegio cumple con las condiciones de habitabilidad, los miembros del AMPA opinan lo contrario y creen incluso que los pequeños pueden estar en peligro. “No son ni siquiera casetas prefabricadas que estén hechas para dar clase, son casetas de muy mala calidad. Hay una caseta de obra pegada a los barracones donde están los niños. Además el otro día entré a primera hora de la mañana y hacía frío”, comenta González.
Tanto los miembros del AMPA como el propio Ayuntamiento se sienten “maltratados” por la consejería madrileña. Las continuas protestas y las demandas de reuniones para solucionar la situación son en vano porque nunca obtienen respuestas. “El alcalde lleva intentando ponerse en contacto con la consejera Lucía Figar alrededor de un año y medio y en cuanto a este tema la respuesta siempre es la misma, no contestan”, asegura Bandera. La edil considera que la dejadez de Educación responde a motivos políticos e ideológicos: “Cuando los asuntos tienen que ver con Parla parece que se preocupan menos de las cosas o que directamente forma parte de su estrategia de acoso y derribo al municipio”.
Por su parte el presidente de la asociación de padres de la escuela asegura que “es una tomadura de pelo continua, desde el principio hemos tenido muchas reuniones con ellos, muchas promesas y ninguna se ha cumplido”.