El último siniestro mortal registrado hasta la fecha en la minería de Castilla y León se remonta al mes de julio de 2011, cuando el minero electricista Antonio Álvarez Panizo, de 41 años, perdió la vida en el interior de una explotación minera de Torre del Bierzo (León) mientras trataba de reparar un cuadro eléctrico.
Dicho accidente se produjo el día 18 de julio de 2011 en el pozo Malabá situado en el kilómetro 0,3 de la carretera Pozo Vertical, en Torre del Bierzo (León), perteneciente al grupo empresarial Viloria que regenta el industrial Manuel Lamelas, cuando el electricista minero se encontraba dentro de la galería trabajando en un cuadro eléctrico tras producirse una avería o bajada de tensión en el cepillo de la explotación minera.
Un compañero de trabajo que estaba en el pozo en ese momento fue el que logró sacarlo tras quedar atrapado electrocutado en el cuadro eléctrico. El minero electricista había nacido hace 41 años en la localidad berciana de Matachana (León), en donde vivía con su esposa y una hija.
Tres meses antes, el día 5 de abril de ese mismo año la minería se cobraba una nueva vida, la de Ángel P.G, de 45 años, en un accidente en el interior de la Mina San Isidro de Velilla del Río Carrión (Palencia) tras el hundimiento de una galería. El operario se encontraba en el interior de la mina junto a cinco personas y, momentos antes de que salieran a comer, el piso de la galería cedió y se vino abajo junto con el minero, sobre el que cayeron los escombros y el carbón.
Ya prejubilado
Estaba casado y tenía dos hijos, era vecino de Quintanaluengos, pedanía de este municipio, y había obtenido la prejubilación el 1 de abril, aunque no había terminado todos los trámites necesarios.
Hay que remontarse a marzo de 2010, concretamente al día 23, para lamentar un nuevo siniestro, en este caso el sufrido por J.E.F.V, de 45 años, fallecido cuando reparaba una máquina rozadora dentro de la explotación minera de interior Hijos de Baldomero García, cuya bocamina se encuentra en las inmediaciones del pueblo de Caboalles de Arriba, cerca de Villablino, en pleno valle leonés de Laciana.
El suceso se produjo en la mina ‘La Escondida’ cuando el trabajador, natural de Tineo (Asturias), se encontraba echando aceite a una máquina rozadora, encargada de arrancar el carbón en primera línea de galería, y ésta, por causas desconocidas, se puso en marcha y le alcanzó de lleno, provocándole múltiples heridas en todo el cuerpo.
Los compañeros de trabajo que se encontraban a primera hora de la mañana junto a él en la galería intentaron auxiliarle de inmediato pero ya se percataron de que no se podía hacer nada por salvar su vida.
La cuarta víctima mortal no tuvo por escenario Castilla y León sino la localidad asturiana de Cerredo, si bien la víctima fue un minero leonés de 35 años, Rafael O.R, fallecido el 2 de agosto de 2011 en la galería en la que trabajaba.
Su cadáver fue encontrado de madrugada, después de que sus compañeros se percataran de que no había entregado su lámpara minera, pese a que su turno concluyó a las 22.00 horas del día anterior.
El fallecido era vecino de la localidad leonesa de Villaseca de Laciana y se encontraba en un plano inclinado de la galería, donde se trabajaba para adelantar el avance en los talleres de arranque de mineral.