El Gobierno avala el uso de cuchillas en la valla de Melilla

«Elemento disuasorio». Así es como ha definido la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, este viernes en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros la alambrada con cuchillas en la valla de Melilla. En la misma comparecencia en la que además la ha comparado con el sistema que también se utiliza en otros espacios públicos como «centrales nucleares o prisiones». La portavoz gubernamental ha tenido la oportunidad de condenar esta práctica o de aclarar si el Gobierno de Mariano Rajoy tiene previsto o no ponerle fin. Pero nada más lejos de la realidad. Sáenz de Santamaría se ha limitado durante su comparecencia únicamente a anunciar que el informe que el Ministerio de Interior ha remitido al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ya está en sus manos, que es «muy extenso» y que ahora toca analizarlo «en todos sus extremos».

Tal y como ha explicado la vicepresidenta, el texto elaborado por el departamento que dirige Jorge Férnandez analiza desde el dónde se utiliza hasta qué efectos tiene. Por el momento, poco o nada es lo que ha trascendido a la opinión pública de su contenido. Este viernes, tras la habitual rueda de prensa, varios medios de comunicación han pedido a los servicios de comunicación de La Moncloa la posibilidad de acceder a él, pero no ha habido una respuesta clara. En principio el objetivo es que el equipo del presidente lo analice antes.

Sobre esta controvertida cuestión, la vicepresidenta ha sido preguntada hasta en dos ocasiones. Y la segunda no ha podido ser más directa: «¿Cree el Gobierno que poner cuchillas en la frontera solucionará el problema de la inmigración?». Sáenz de Santamaría ha vuelto a escurrir el bulto y se ha limitado a describir los «cuatro ejes fundamentales» de los que a su parecer debe estar compuesta la política de inmigración: fortalecimiento de los cauces de la inmigración ilegal, integración social, instrumentos eficaces de lucha contra las mafias y suscripción de convenios con los países de los que proceden los inmigrantes para controlar el flujo de inmigración. ¿El resultado? «una estrategia ordenada de inmigración«, ha rematado la portavoz gubernamental, que ha advertido de que se trata de «un tema complicado».

Ni durante la rueda de prensa ni tampoco después el Gobierno ha querido confirmar si las cuchillas continuarán donde están; o por el contrario estudian eliminarlas. No obstante, y tal y como informan fuentes del Ministerio de Interior a Europa Press, el Ejecutivo de Mariano Rajoy «en absoluto contempla la posibilidad de retirarlas». Por el momento, y según explicó el presidente del Gobierno este jueves en la entrevista concedida a Radio Nacional, lo primero es «conocer los efectos» que estas cuchillas pueden tener sobre las personas. «Todos los accidentes que ha habido es por saltar la valla, y claro, la valla está para que no pasen, como es natural. Tendremos que verlo. Lo que no quiero es que haya inmigración ilegal, pero no quiero poner en peligro la vida de nadie porque todos somos seres humanos», concluyó Rajoy, en referencia a las concertinas que se llevan instalando en la valla fronteriza desde el pasado mes de octubre y que recuerdan al sistema que ya se instaló en 2005, pero que fue retirado.