La lista es larga. Subida de tasas de matrículas universitarias, eliminación de becas y ayudas, reducción de becas ERASMUS, aumento del ratio de alumnos por clase, despidos de profesores, recorte del 40% en las ayudas para libros de texto, escasez de plazas en Formación Profesional, eliminación de ramas en los institutos públicos, cierre de bibliotecas y aprobación de la LOMCE. Son los motivos del Sindicato de Estudiantes (SE) para convocar una huelga nacional en la educación secundaria y universitaria los días 26 y 27 de marzo. Sin embargo, los sindicatos y las organizaciones, por el momento, no secundan la iniciativa.
“No es porque lo hayamos querido así, hemos llamado a las organizaciones de padres y profesores, a los sindicatos y también a la CEAPA para que salieran con nosotros, pero la respuesta ha sido negativa”, explica Ana García, portavoz del Sindicato de Estudiantes. Se lanzan a una ambición tan grande como una huelga nacional en solitario. “Hay más motivos que nunca para salir a las calles y pedir que todos estos ataques se echen atrás, que todo el mundo pueda acceder a una educación pública y de calidad independientemente de que tenga dinero o no lo tenga”.
Irán en solitario
Unos argumentos que entienden y apoyan desde UGT, pero que no les supone el impulso para levantarse de la silla. Justifican que el Sindicato de Estudiantes tienen “autoridad plena” para llevar a cabo los paros y sentencian: “Cuando llegue el momento ya decidiremos qué hacer”.
Según explica Ana, han decidido hacer la huelga «porque el año pasado ya estuvimos prácticamente todo el curso en la calle contra los ataques que consideramos enormemente lesivos y que tienen como objetivo destruir la educación pública. Ahora continuamos en la misma situación”.
Solo han pasado cinco meses desde la última huelga general convocada por la organización. Lograron el apoyo de toda la comunidad educativa y consiguieron movilizar a dos millones de estudiantes, profesores y padres. García defiende: “La experiencia de la última huelga de toda la comunidad educativa fue tremenda y muy exitosa y fue un golpe muy fuerte al gobierno del Partido Popular. Demostró que todas estas medidas que están tomando de recortes y de ataque a la pública son masivamente rechazadas”.
Ahora la mecha se ha vuelto a encender por los recortes en las ayudas para los libros de texto y el nuevo decreto de becas. El ministerio de Educación ha modificado el procedimiento para obtener ayudas para el estudio y ha endurecido los requisitos académicos además de reducir las cuantías económicas. Por otro lado, el Programa de financiación de los libros de texto y material didáctico en primaria y ESO se ha reducido casi un 40% respecto al curso anterior.
“Se regala un multimillonario negocio a las grandes editoriales. El ministerio ha anunciado el cambio de todos los libros en los próximos años, de forma que está claro quien va a pagar la cuenta de esta idea del ministro Wert. Además, el tema de las becas está siendo absolutamente escandaloso. Estamos viendo a gente que está sufriendo las consecuencias del decreto de becas que se están quedando fuera. Pero incluso hay gente a la que el propio ministerio reconoce que se le tiene que dar la beca que no está recibiendo la ayuda”, denuncian desde el Sindicato de Estudiantes que se distancian de una parte de la Plataforma de la Escuela Pública por no secundar sus protestas.