Ni una palabra de Bárcenas, aborto, ETA, inmigración o educación. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, llegó este martes al Congreso de los Diputados con un objetivo claro: 'vender' sus logros económicos y lanzar un mensaje de optimismo a sus electores. Esos mismos que dentro de dos meses tendrán que acudir a las urnas a votar al Partido Popular en las próximas elecciones generales. A ellos les dedicó su discurso; a aquellos para los que la economía y el empleo sigue siendo su principal preocupación. A ellos les recordó que vamos «en la buena dirección». Les prometió «empleo neto para 2014» y anunció nuevas medidas fiscales y en materia laboral. Y de ahí no le sacó ninguno de los portavoces que intervinieron en la primera jornada del debate sobre el estado de la nación. Sin embargo, un día después, cuando parecía que lo 'gordo' ya había pasado, el líder del Ejecutivo se la jugó con Navarra. «En Navarra no ha habido corrupción», ha exclamado el presidente en el Hemiciclo.
Así, sin ambages ni miramientos, el líder del Ejecutivo vuelve a hacer de abogado del diablo. Lo hizo con su extesorero Luis Bárcenas y aquella famosa frase de que «nadie podrá demostrar que no son inocentes». También lo hizo con compañeros de partido como Francisco Camps, Jaume Matas o Carlos Fabra a los que tildó de «honrados y extraordinarios políticos». Hace solo unas semanas lo hizo con la infanta Cristina, imputada en el 'caso Nóos', cuando mostró en una entrevista su absoluto «convencimiento» de la inocencia de la hija del Rey. Y lo ha vuelto a hacer este miércoles con el Ejecutivo navarro, inmerso desde hace unas semanas en un aparatoso escándalo de corrupción. Esta vez en sede parlamentaria.
La vicepresidenta y consejera de Economía y Hacienda del Ejecutivo navarro, Lourdes Goicoechea, persona de confianza de Barcina, ha sido formalmente acusada en el Parlamento autonómico por la exdirectora de la Hacienda Tributaria de Navarra, que ha dimitido recientemente del cargo, de haber presionado sobre ella para que le proporcionase información reservada sobre algunos contribuyentes, rectificase algunas decisiones y le proporcionase una copia del Plan de Inspección para saber si figuraban en él los clientes de su asesoría fiscal. Es más, en abril del año pasado la consejera le solicitó información sobre retenciones y sueldos de consejeros de Caja Navarra y de las contrataciones externas de esta entidad financiera. El Gobierno navarro ha defendido a ultranza a su vicepresidenta y ha asegurado que acudirá a los tribunales para defenderse de esa acusación concreta.
«El PSOE no va a pactar con Bildu»
Y el testigo de este cierre de filas en defensa del Gobierno de Barcina lo ha tomado este miércoles el presidente del Gobierno. Se lo ha pedido el portavoz de UPN en el Congreso, Carlos Salvador, quien cree que existe un plan de la izquierda abertzale que demuestra que lleva 30 años trabajando para hacerse con el poder en Navarra «queriendo quebrar la voluntad política de esa tierra con todo el odio y el terror que han sido capaces». En este sentido, Rajoy no sólo ha asegurado que en Navarra «no ha habido corrupción», sino que también ha aprovechado una de las últimas comparecencias del 'gran debate' para censurar que haya «quien quiere llegar al poder por cualquier procedimiento». Una clara y directa referencia al supuesto pacto que existe entre PSOE y Bildu para echar a UPN del Gobierno regional.
Carlos Salvador ha arremetido contra los socialistas, por no haber «salido inmediatamente a desmentir» contactos con Bildu, que esta organización afirma haber mantenido con el PSN, y les ha exigido claridad sobre qué modelo de sociedad quiere y con quién están dispuestos «a construirlo». «No me puedo creer que el PSOE acepte ser la muleta de Batasuna para cumplir el objetivo que llevan persiguiendo 30 años, no me lo puedo creer», ha proclamado el diputado navarro. Un extremo negado por activa y por pasiva por los socialistas. Y este miércoles, en los pasillos del Parlamento ha vuelto a ser la cuestión estrella. Según fuentes socialistas, el PSOE «no va a pactar con Bildu, pero tampoco va a dejar de hacer política por Bildu«.
Hasta el momento, por lo menos la versión de la dirección nacional del partido, es que primero se descubra si es «verdad o mentira» lo que se denuncia y a partir de ahí actuar. Eso sí, insisten los socialistas, si se demuestra que es cierto el Gobierno de UPN «no puede estar ni un día más» al frente de Navarra. ¿Las opciones para echar a Barcina? «muchas y variadas», insisten fuentes del PSOE. Los socialistas aún no han aclarado si estarían dispuestos a presentar una moción de censura, pero sí han negado que estén manteniendo contactos con Bildu. «Nosotros no tenemos la culpa de presentar iniciativas y que se sumen otras formaciones», han aseverado desde el PSOE, que comparan el tema de Navarra con el aborto. «En la última iniciativa socialista sobre el aborto en el Congreso se unió también Bildu. ¿Qué hacemos? ¿Dejamos de hacer política por este motivo?».
Claro que para el Partido Popular este no es el problema. Para los 'populares' la controversia radica en que los socialistas puedan llegar a Gobernar en Navarra con el apoyo de la izquierda abertzale. El PP ya dejaró claro que estaba a favor de celebrar una comisión de investigación, pero no de formar un nuevo Gobierno, por lo menos no hasta que se pruebe el delito.
No obstante, el actual panorama electoral no deja mucho margen de maniobra a los socialistas. Las elecciones de 2011, las primeras en las que UPN y PP se presentaron por separado, quedó el siguiente mapa parlamentario: UPN, 19 escaños; PSN-PSOE, 9; Nafarroa Bai, 8; Bildu, 7; y PP, 4. En un principio, Barcina llegó a la presidencia tras un acuerdo con el PSN. Aunque un año más tarde expulsó a los socialistas de su gobierno y se quedó en minoría parlamentaria, con 19 de los 50 escaños de la cámara foral. Los socialistas consideran que desde entonces Navarra «es ingobernable».
Hasta este viernes que se presenten las conclusiones de la comisión de investigación el PSOE no anunciará su postura oficial, pero todo parece indicar que la moción de censura no será la salida elegida. El diario El Mundo informa de que la opción que baraja la dirección nacional del PSOE es una «reprobación», pero este miércoles aún ningún socialista lo confirmaba en los pasillos del Congreso. Lo que sí ya parece estar claro es que el PSOE considera peligroso derrigar a un Gobierno autonómico con el apoyo de la izquierda abertzale.