El primer secretario del PSC, Pere Navarro, ha asegurado este lunes que la agresión que sufrió por parte de una mujer a las puertas de la catedral de Terrassa (Barcelona) es un síntoma del «clima de crispación» política actual en Cataluña, y ha anunciado que presentará denuncia.
En declaraciones a la Cadena Ser y Catalunya Ràdio recogidas por Europa Press, ha afirmado que la agresora era «una persona que vivía una opción con un cierto fanatismo», de mediana edad y clase media, y se ha mostrado convencido de que es producto de un clima de crispación.
Para el dirigente del PSC, el episodio no deja de ser un síntoma de que «el clima de tensión va en aumento», y ha remarcado que la actitud del presidente de la Generalitat, Artur Mas, y el del Gobierno, Mariano Rajoy, no son un ejemplo para rebajar esa crispación, lo que, según él, repercute en la sociedad.
Navarro ha lamentado que Mas y Rajoy no se saludaran en unas jornadas en las que participaron, y ha dicho que él cuando fue alcalde de Terrassa (Barcelona) no se le hubiese ocurrido que por una «cuestión de horario» no saludar al presidente de la Generalitat en una visita al municipio.
Para él, la agresión sufrida «políticamente tiene trascendencia» y se ha mostrado convencido de que está motivada por el clima de tensión que, según Navarro, está empeorando.
«Nosotros hemos notado en la Diada de Sant Jordi y en otros actos cómo hay insultos, miradas de odio, y finalmente se produce una agresión, que ya digo que es anecdótica, pero que es un síntoma», ha sostenido, por lo que intuye que la agresión es por el clima político actual.
Navarro, que este lunes presentará denuncia, ha sostenido que «cuando determinados partidos alimentan un discurso que no es el diálogo, se enrocan las posiciones, hay personas que son muy sensibles, que se fanatizan, y finalmente cuando ven a alguien que llama al diálogo y al acuerdo, creen que es un enemigo», de la misma manera que hicieron los que atacaron la sede del centro cultural catalán Blanquerna en Madrid la pasada Diada de Cataluña.
Navarro, que ha afirmado que el consejero de Interior, Ramon Espadaler le recomendó que denunciase los hechos, ha asegurado que los responsables políticos tienen que «rebajar el clima de tensión» y alimentar el diálogo. En cambio, ha dicho que Artur Mas no le ha llamado.
Ha comparado la agresión con la situación de un organismo que está enfermo y cuyos primeros síntomas son unas décimas de fiebre, que se tienen que «abordar, analizar y establecer un tratamiento».