«Es un hecho deplorable». Así ha sido como ha calificado la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, el secuestro de más de 200 niñas que se ha producido en Nigeria por parte de la secta radical islámica Boko Haram. Por ello, ha aprovechado la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros para anunciar que el Ejecutivo español ya ha comunicado a las autoridades nigerianas su disposición a colaborar para lograr liberar a las menores. Según ha explicado la 'número dos' de Rajoy, el Ministerio de Exteriores, el de Interior y Presidencia ya están trabajando en esta ayuda.
En un principio ya está todo preparado para que el departamento que dirige Jorge Fernández Díaz mande un equipo de la Policía Nacional formado por expertos en redes africanas a Nigeria. «Ya está preparado y a disposición de las autoridades nigerianas cuando lo consideren oportuno», ha asegurado la vicepresidenta. El objetivo no es otro que encontrar a las más de 200 niñas que fueron secuestradas el pasado 14 de abril, y a otras 11 que fueron también secuestradas el pasado domingo en la misma zona. Y cuyo paradero aún se desconoce.
El suceso ha conmocionado a la comunidad internacional. Desde que se conocieran estos hechos, los padres de las jóvenes y una gran cantidad de organizaciones civiles se han movilizado para presionar al Gobierno nigeriano para que intensifique la búsqueda y el rescate de las menores. La comunidad nigeriana de Nueva York rápidamente salió a la calle y durante esta semana no han sido pocos los países que ya han ofrecido ayuda a Nigeria. EEUU, China, Francia, Reino Unido y Canadá y ahora España ya han mostrado su predisposición a ayudar en la búsqueda de las niñas, después de que el presidente nigeriano, Goodluck Jonathan, hiciera un llamamiento internacional y asegurara que ya había «hablado en dos ocasiones con Obama».
Las niñas fueron sacadas a la fuerza de una escuela de Chibok (Borno), la principal región controlada por el también grupo terrorista Boko Haram, considerado así desde 2012, cuando el Departamento de Estado estadounidense lo incluyó en la lista negra para congelar sus activos económicos e impedir así que nadie les ayudara a seguir consiguiendo armamento. Se les atribuye más 4.000 víctimas mortales y se le considera el grupo radical más sanguinario de los que actualmente operan en África. Se constituyeron en 2002, en torno a la figura del líder religioso Mohamed Yusuf, y su objetivo es claro: establecer un Gobierno islamista en la región. Lo formaron estudiantes nigerianos de clase alta, hartos de la crisis económica que a principio de los 2000 asoló el país.
Su máxima es «la educación occidental es pecado». Los habitantes de Chibok son mayoritariamente agricultores, ignoraron a este grupo y matricularon a sus hijas en la escuela. Éste ha sido su castigo. Ahora el Boko Haram amenaza con esclavizarlas y venderlas.