La presidenta de la Junta de Andalucía y secretaria general del PSOE-A, Susana Díaz, ha defendido que «España no se puede permitir que el PSOE no tenga rumbo, que siga dividido y que no ofrezca un proyecto para la amplia mayoría de izquierdas que este país reclama», por lo que asegura que va a trabajar para que del congreso extraordinario del PSOE el 26 y 27 de julio «salga un partido unido y atractivo«.
En una entrevista publicada este domingo en 'El País', Díaz ha explicado que no va a pronunciarse por ningún candidato «porque los militantes deben tener libertad de votar lo que crean mejor para el partido» y porque no quiere «que sea un congreso como el de Sevilla, un congreso fallido».
Díaz ha dicho que no se presenta como candidata a liderar el PSOE porque quiere «cumplir su compromiso con Andalucía» y confía en que esta decisión le ayude a «recuperar el prestigio de la política en un momento en el que los ciudadanos no tienen confianza en los partidos ni en quien les representa».
Se ha mostrado agradecida por el apoyo recibido por parte de sus compañeros de partido, que se pronunciaron a favor de que presentara su candidatura, y entiende que los resultados electorales del 25 de mayo, cuando en Andalucía el PSOE ganó 10 puntos mientras que en términos nacionales, para su partido, fue «el peor resultado de la historia»; «significa que estamos haciendo las cosas correctamente. Y así voy a ayudar a Andalucía, al PSOE y a España».
En cuanto a la situación del partido, Díaz asume que estos dos años «no han sido buenos para el PSOE» y «mentiríamos si dijésemos que no ha habido enfrentamientos y divisiones en el partido». «En Andalucía atravesamos una etapa de división, pero todos fuimos generosos, unimos esfuerzos y hoy tenemos un partido sólido e ilusionado», añade.
Al decir que del congreso extraordinario debe salir un PSOE unido, la jefa del Ejecutivo andaluz se refiere a que «tiene que haber generosidad del ganador y voluntad de ayudar de quien pierda», por eso aboga por «tratar por igual a todos los candidatos para que los compañeros que quieran recoger avales tengan los mismos medios».
Defiende que el proyecto del PSOE debe permanecer en «la amplia mayoría que siempre hemos representado y que nos ha permitido gobernar 20 años en este país» y asevera que «no tenemos que copiar programas a ningún partido ni tener complejos con partidos accesorios».
En cuanto a que en el futuro pueda marcharse a la política nacional, Díaz dice que «sobre la posibilidad de estar en otra responsabilidad eso lo dirá el tiempo. Si tengo que estar, estaré, si no, no estaré. No me preocupa», por ahora asegura que «desde la Presidencia de la Junta de Andalucía voy a ayudar a dar estabilidad al país».
Así, ha señalado que intentará agotar la legislatura porque está convencida de que «es posible afrontar la crisis con otras políticas distintas, y es lo que estamos haciendo en Andalucía».
Modelo de Estado
Entretanto, sobre el debate del modelo de Estado, Susana Díaz ha abogado por cuestionar cómo se gobierna más que el sistema de gobierno establecido, aunque, a su juicio, «la situación que atraviesan los ciudadanos no depende de que esto sea una Monarquía o una República». «En un momento de desasosiego social los ciudadanos están en otras prioridades y a veces los debates de los políticos no se corresponden con las necesidades de la gente», ha dicho la socialista.
Mientras, en cuanto a la crisis del PSC tras la marcha de Pere Navarro y el debate soberanista, la presidenta andaluza ha manifestado que «tenemos una hoja de ruta, que es el acuerdo de Granada sobre la reforma de la Constitución», pero lamenta que «el presidente del Gobierno no quiere abrir un diálogo razonable sobre la crisis territorial del país». «Navarro ha hecho un gran trabajo y la posición más razonable en Cataluña es la del PSC, aunque no la más rentable electoralmente. El tiempo nos dará la razón. Desde mi punto de vista debe haber dos límites. Por un lado, el respeto a la diversidad de España y, por otro, la igualdad de oportunidades».
Entiende que «tenemos una asignatura pendiente que es reformar la Constitución» y rechaza que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, «no haya movido ficha y haya abierto el diálogo». Además, afirma que el acuerdo para esa reforma «no puede ser solo del PP y del PSOE».