USO-Madrid denuncia la censura al personal de la Universidad Complutense, al incorporar una plataforma de distribución de correos con moderador. Esta medida coincide con una carta que critica la gestión de Carrillo en el caso de los cadáveres de Anatomía II.
Ha entrado en funcionamiento en la Universidad Complutense de Madrid la censura con el nuevo sistema de gestión de listas de distribución de correo que requiere una persona que controla el contenido de los mails. Así, tras enviar un correo te reenvía otro que dice: “Tu mensaje a la lista uso-pdil-l fue redirigido a los moderadores”. Una “moderación” de correo cuya respuesta tarda más de 24 horas, siguiendo el ejemplo de un mail enviado ayer, 8 de julio, a las 9.34 horas, y que hoy, 9 de julio, a esa misma hora todavía sigue retenido.
Según representantes de USO-Madrid en esa universidad, se trata de la reacción del rector la Complutense, José Carrillo, fruto del descontento tras recibir una carta de esta sección sindical lamentando su gestión y pidiendo la depuración de responsabilidades ante el caso de los cadáveres de Medicina.
Precisamente, el almacenamiento de restos humanos es “responsabilidad exclusivamente del rector, y no del decano; ya que a éste sólo le atañen temas relativos a la instrucción docente”, señala un representante de USO-Madrid.
Esta actitud “dictatorial” corresponde en gran medida, según los representantes de USO-Madrid en la Complutense, a su interés por deslegitimar al decano de Medicina, quien posiblemente concurrirá a las elecciones de recto, en abril de 2015, y quien sería el principal contrincante de Carrillo.
USO-Madrid lamenta que se esté llevando al descrédito a la Facultad de Medicina, tan reconocida en España y Europa, por la ambición de poder de una persona; y con el apoyo de otras organizaciones sindicales. Unos sindicatos cuya labor es precisamente, a través de sus delegados de riesgos laborales, evitar situaciones como las sufridas en Anatomía II, donde trabajadores han inhalado niveles de formaldehído que superan casi 20 veces los niveles máximos permitidos por ley.