Unas 22.000 personas han teñido de rojo este miércoles las calles de Buñol (Valencia) en la tradicional 'Tomatina', fiesta que alcanza este año la 69 edición con creciente fama internacional y en la que se han lanzado 140.000 kilos de esta hortaliza.
En su segunda edición de pago, que se ha desarrollado entre altas temperaturas, de forma rápida y sin incidentes, la tradicional 'batalla del tomate' ha empezado puntual, con el disparo de la carcasa inicial a las 10.58 horas y la llegada a la Plaza pocos minutos después del primero de los seis camiones cargados de munición, el último de menor tamaño y que se incorpora en el tramo final del recorrido ampliado en 2013.
En apenas 40 minutos, han pasado por delante del Ayuntamiento todos los vehículos, que eran recibidos por la multitud entre vítores y aplausos en respuesta a los sonidos del claxon y a la lluvia de tomates, que ha cesado de manera oficial con la segunda carcasa, en torno a las 11.51 horas. Después ha continuado la 'batalla' campal entre los asistentes que buscaban apurar el rastro de tomates dejado por los camiones.
En declaraciones a Europa Press, el teniente de alcalde y responsable de la Tomatina, Rafael Pérez, ha valorado que «no se ha registrado ningún incidente a tener en cuenta» y se ha mostrado «muy satisfecho» por cómo ha transcurrido la fiesta y por la mejora registrada al poder controlar el aforo con las entradas de pago.
«El éxito de este año constata el orden y la seguridad alcanzada y eso lleva a que haya diversión», ha explicado el edil, quien celebra que los camiones ahora pueden «circular con normalidad y además muy rápido, no se han ido ni un minuto respecto a lo previsto», asegura.
Según el responsable del punto de atención sanitaria instalado en el Ayuntamiento, han asistido a una persona por un corte en una mano que ha requerido varios puntos de sutura, a otra que sufría una luxación en un hombro y ha sido trasladada a un centro de salud, así como a varias por lipotimias, contusiones leves y conjuntivitis provocada por el ácido del tomate. Ninguno ha requerido atención hospitalaria.
Pelucas, coronas de flores y Power Rangers
Entre los participantes que abarrotaban el recorrido desde varias horas antes del inicio y que agradecían el agua que les llegaba de los balcones cercanos, han podido verse originales camisetas conmemorativas, pañuelos, sombreros y pelucas de infinidad de colores, multitud de gafas de bucear, gorros de natación, cascos hechos con sandías e incluso delicadas coronas de flores que pronto han sucumbido a los impactos.
0 El calor tampoco ha impedido a los participantes de la Tomatina acudir disfrazados, enfundados en ajustados trajes de licra para encarnar a los Power Rangers, en forma de frutas y hortalizas o ataviados con 'hachimaki', la cinta que se anudan los japoneses en la cabeza como símbolo de esfuerzo o constancia.
Esta 'guerra' de vegetales, declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional en 2002, nació el 29 de agosto de 1945 con una pelea en la que un grupo de jóvenes se lanzaron tomates y, a partir de entonces, esa escena se repite cada año el último miércoles del mes de agosto.
Este año se han puesto a la venta 17.000 entradas individuales a un precio de 10 euros, además de 5.000 pases gratuitos reservados a ciudadanos de Buñol, cifras muy lejanas de las cerca de 50.000 personas que se congregaron en 2012.
Los australianos encabezan la lista de asistentes, con el 12,40 por ciento de las entradas, seguidos de británicos (11,79%) y japoneses (10,17%). Por detrás están Estados Unidos (7,64%), España (6,50%), India (5,70%), Holanda (4,85%), Alemania (3,67%), Canadá (3,47%), Corea del Sur (2,50%), Nueva Zelanda (1,88%), Portugal (1,68%), Bélgica (1,53%), Irlanda (1,44%), Brasil (1,06%), Francia (1,06%) e Italia (0,97%).
La peculiar batalla de Buñol tiene sus propias reglas, como el hecho de estrujar los tomates antes de lanzarlos, dejar de lanzar tomates cuando estalle la carcasa a las 12.00 horas y seguir siempre las indicaciones del personal de seguridad.
Además, la organización recomienda a todos los participantes extremar la precaución cuando se acerquen los camiones para evitar accidentes, ya que las calles son estrechas, utilizar gafas de natación para evitar que el ácido del tomate perjudique a los ojos y llevar zapatillas cerradas, no chanclas. Está prohibido introducir botellas o artículos duros en el recinto y tampoco se puede romper ni lanzar camisetas.