martes, noviembre 26, 2024
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La madre de los bebés congelados niega haberlos matado

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Sara L.H., para quien la Fiscalía de Sevilla pide 40 años de cárcel por asesinar a dos bebés suyos cuyos cadáveres ocultó posteriormente en sendos congeladores de su vivienda de Pilas, ha negado que matara a los pequeños y ha asegurado que ocultó los embarazos a su ya exmarido por «miedo» a que la obligara a abortar, como ha indicado que ocurrió en dos ocasiones anteriores, añadiendo asimismo que «adora» a sus hijos, en referencia a los tres hijos vivos que tiene la pareja, uno de los cuales nació cuando ya estaba en la cárcel por estos hechos.

Durante su declaración en la primera jornada del juicio con jurado popular que se celebra en la Audiencia Provincial, la acusada, que no ha podido evitar las lágrimas en varios momentos del interrogatorio, ha puesto de manifiesto que el primero de los bebés hallados en noviembre de 2012 por su entonces marido –del que ya está divorciada– en un congelador de su vivienda nació muerto, mientras que ha dicho no recordar ni el embarazo ni el parto del segundo bebé que fue encontrado en un arcón congelador del mismo inmueble.

La mujer ha comenzado su declaración relatando que, antes de dar a luz a su hija mayor en 2001, tuvo un primer aborto porque «mi marido no quería tenerlo y me dijo que abortara», mientras que, tras tener a su hija, abortó por segunda vez, todo ello antes de dar a luz en 2001 a su segundo hijo.

Según ha precisado, fue en diciembre de 2010 cuando se quedó nuevamente embarazada, pero no le dijo nada a su marido «porque no quería que me obligara a abortar y yo quería tener a mi niño», de manera que decidió continuar adelante con el embarazo. «Pensé en tenerlo y si él no lo quería y no lo aceptaba, irme de casa con mis hijos», ha afirmado Sara, quien ha aseverado que tampoco fue al médico durante todo el tiempo de gestación «porque no quería que se enterara» y Pilas «es muy chico».

«Tenía miedo de que se enterara; sentía miedo cada vez que escuchaba abrir la puerta, porque bebía mucho y cuando le daba la gana de golpear las cosas y de pelear, pues se peleaba; no me maltrataba ni me pegaba, el maltrato no es que te peguen, eso no es lo peor«, ha narrado la acusada, quien ha asegurado que no comentó el embarazo «con nadie», porque «ya que lo estaba sufriendo yo, no era necesario implicar a más gente», teniendo lugar finalmente el parto el 24 de junio de 2011.

De este modo, y respecto al primero de los bebes hallados en el congelador, la acusada ha relatado que, estando sola en su dormitorio, notó varias contracciones y se dirigió al cuarto de baño, donde se apercibió de que se encontraba de parto y de que éste «era inminente», por lo que decidió ir a la bañera y llenarla de agua, con poca cantidad, para tener al bebe allí y evitar que se golpeara.

«El niño nació, lo sujeté pero no se movía», ha relatado la imputada, que ha insistido en que no ahogó al bebé y que incluso intentó reanimarlo dándole «palmaditas». «Lo intentaba escuchar, lo movía, no sabía lo que hacer; cuando ya sabía que estaba muerto porque no se movía ni respiraba, lo dejé en el poyete de la bañera» junto al cordón umbilical, que no llegó a cortar, y la placenta.

«Es horroroso enterrar a alguien» 

Tras insistir en que «no es verdad eso que se está diciendo de que ahogué a mi niño», Sara ha agregado que, a continuación, decidió «guardar» al bebé ya fallecido «para tenerlo» consigo. «No quise enterrarlo porque quería a mi niño y para mí es horroroso enterrar a alguien; nunca voy a enterrar a un ser querido», por lo que lo metió en una bolsa y lo metió en el último cajón del congelador del frigorífico, donde «no había nada más».

«No me he sentido culpable porque yo no he matado a mi hijo», ha llegado a defender Sara, a quien la fiscal le ha cuestionado sobre si, a partir de ese momento, continuó haciendo su vida normal, pero la acusada ha aseverado que no se encontraba bien porque «se acababa de morir» el pequeño. «No se vive normal cuando se te muere un niño, ese daño está ahí todos los días», ha afirmado la acusada.

Seguidamente, Sara ha explicado que no recuerda haber estado embarazada ni haber dado a luz al segundo bebé hallado por su expareja en un arcón congelador de la cocina el 27 de noviembre de 2012, y de hecho está recibiendo tratamiento psicológico en prisión pero «hasta ahora no recuerdo nada; soy la primera interesada en que esto se aclare«. «No recuerdo haber ocultado otro embarazo», ha puesto de manifiesto, aunque «a mí no se me notaban los embarazos».

La acusada ha relatado que, cuando su marido halló el primer bebé en el congelador el 9 de noviembre de 2012, la llamó a la residencia de ancianos donde ella trabajaba. «A mis compañeras les dije que mañana iban a pensar que era un monstruo, porque es más fácil pensar lo peor y es lo que piensa todo el mundo», ha narrado.

La declaración del exmarido

Durante su declaración, y respecto al bebé que tuvo estando ya en prisión, la imputada ha dicho que este embarazo únicamente lo conocían su madre y una hermana y que «nunca» pensó en abortar.

La acusada, que ha finalizado su declaración asegurando que su exmarido «es adicto al alcohol», ha puesto de manifiesto que «quiere volver con sus hijos», para lo cual «pediría su custodia», que ahora la tiene su expareja.

También ha declarado este miércoles como testigo el exmarido de la acusada, que ha relatado que el 9 de noviembre de 2012 se encontraba limpiando el congelador del frigorífico cuando halló una bolsa «grande» que pensó que era «carne de venado», tras lo que la abrió y vio al bebé muerto, por lo que llamó a su hermano, que es bombero, para que llamara a la Guardia Civil, y luego telefoneó a la acusada preguntándole «qué tenía dentro del congelador».

Ha señalado que el 27 de noviembre de 2012 se encontraba limpiando el arcón congelador cuando halló en el fondo del mismo al segundo bebé. «Me quedó congelado, frío, frío», ha relatado el testigo, quien ha aseverado que su exmujer únicamente tuvo un aborto que «fue de mutuo acuerdo», ha negado que sea alcohólico y ha indicado que «nunca» se apercibió de que Sara se encontrara embarazada de los dos bebés hallados muertos posteriormente.

«Buena madre»

Sara «era buena madre», ha destacado su exmarido, quien ha explicado que decidió divorciarse una vez ocurridos los hechos, porque «quién va a querer a una persona así».

En los alegatos previos al juicio, la fiscal del caso, Gracia García Kromer, ha querido advertir a los miembros del jurado de que «no estamos ante un caso de violencia de género ni estamos juzgando al marido de Sara por maltrato, sino que estamos juzgándola a ella por haber matado a sus bebés», punto en el que ha recordado que la acusada, ya en la cárcel, dio a luz a una niña «que se llama Elena pero que debería llamarse Milagros, porque si el padre no encuentra los bebés en los congeladores, este bebé podría haber corrido la misma suerte que los otros».

De su lado, el abogado que ejerce la acusación particular en nombre del exmarido de la imputada, Rafael García, ha destacado la «gravedad» de los hechos cometidos sobre unos bebés «absolutamente indefensos» y ha señalado que «durante todo el procedimiento se ha intentado cargar la responsabilidad sobre el marido por presuntos maltratos, pero lo cierto es que no hay ninguna denuncia por ello» y que él «no tiene culpa de que ella cometiera los asesinatos».

Por último, el letrado de la defensa, Manuel Caballero, se ha mostrado «completamente convencido» de la inocencia de su patrocinada y ha indicado que, «aunque el procedimiento de congelar a los bebés es tétrico y rocambolesco, aquí no se está juzgando que se hayan congelado unos cadáveres, porque eso no es delito y ella dio sepultura a los cadáveres a su manera». «Lo que se castiga es si los mató o no», ha finalizado.

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