El presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha aprovechado este miércoles su mensaje institucional de la Diada para explicitar al Gobierno central y al resto de instituciones del Estado que «todavía están a tiempo de escuchar el clamor pacífico y democrático de este pueblo».
Desde el Saló Sant Jordi del Palau de la Generalitat –lugar de reunión en 1706 de las últimas Cortes Catalanas convocadas por el archiduque Carlos–, ha advertido de que silenciar la voz de un pueblo que quiere hablar es una equivocación, «y negar el voto a quien ve en las urnas la solución y no un problema es un doble error».
Para Mas, esta Diada es «especial y diferente» porque, además de conmemorar el Tricentenari de 1714, es la última antes de la convocatoria de la consulta soberanista del 9 de noviembre.
El presidente catalán ha reiterado el compromiso «firme» de convocarla, después de que el Parlament apruebe la vía legal para hacerla realidad.
En este sentido, ha alabado que una mayoría política, con diversidad ideológica, ha tomado las decisiones necesarias para llegar hasta el día de hoy, y ha añadido que su voluntad es que «esta unidad no se agriete e incluso que se pueda ampliar», en alusión a los partidos que la defienden.
Más allá del consenso político que vertebra el proceso, el presidente también ha hecho hincapié en el papel de «la mayoría social» que apoya el proceso político que vive Catalunya.
Según el presidente, esta Diada, una parte significativa del pueblo catalán volverá a demostrar al mundo cuál es la vía catalana de entender la democracia y la libertad: «Se volverá a ver, un año más, que la mayoría social que hace posible el proceso político que vive Catalunya no desfallece, sino que continúa más viva y fuerte que nunca».
Conocer la historia
Además, ha aprovechado este tradicional discurso para defender la importancia de la Historia y, coincidiendo con el Tricentenari, ha recalcado que «conviene» conocer la Historia para recordar las profundas convicciones democráticas del pueblo catalán.
«En momentos en que se quiere menospreciar, desvirtuar y hasta negar nuestro pasado como país, es más necesario que nunca conmemorar lo que hemos sido, recordar la defensa heroica de Barcelona, y de toda Catalunya, hace tres siglos», ha afirmado.
Mirando al futuro, apunta que ahora hay la posibilidad que brinda la Historia para poner las bases de una Catalunya mejor, superar los fallos, las debilidades y los defectos, aparcando las «a veces excesivas divisiones internas».
El presidente de la Generalitat ha terminado invitando a los ciudadanos a proyectar la mejor realidad de Catalunya, que a su juicio es cívica, culta, respetuosa, tolerante e integradora.