La auxiliar de enfemería contagiada por ébola, Teresa Romero, no recuerda haberse tocado la cara con un guante tras atender al misionero fallecido Manuel García Viejo y asegura que tanto ella como su marido, Javier Limón, avisaron «constantemente» de que podía haber contraído el virus.
Así lo ha asegurado este viernes la portavoz de la familia, Teresa Mesa, en una declaraciones hechas a las puertas del Hospital Carlos III. Ha detallado que Teresa «va recuperando la memoria» y está «recordando cosas», sobre todo personales.
Sin embargo, no recuerda haberse tocado la cara con el guante tras haber entrado en la habitación del misionero infectado Manuel García Viejo. «No se acuerda absolutamente de nada», ha insistido la portavoz de la familia.
Mesa ha detallado que la paciente recuerda puntos «muy concretos» como por ejemplo de cuando avisó de que podría tener ébola. En este sentido, la portavoz de la familia ha explicado que su marido, Javier Limón, avisó dos veces sobre este punto.
En la primera, dijo que vino un sanitario y explicó que «no se acercara» a ella por «precaución». En el segundo aviso, comunicó que vinieran con una ambulancia preparada puesto que pensaba que podría tener el virus. «Él y ella avisaron constantemente», ha enfatizado.
Mesa ha añadido que Limón está barajando con varios abogados la forma de emprender acciones legales contra el consejero de Sanidad, Javier Rodríguez, y que luego tomará esa decisión.
«Él va a llegar hasta donde la Ley le permita», ha apuntado la portavoz familiar para insistir en que su voluntad es emprender dichas acciones legales. «Todo lo que legislativamente se pueda hacer, se va a hacer (…) No tiene ningún miedo a enfrentarse por la vía judicial, eso lo tiene muy claro», ha apostillado.
Finalmente, ha comentado que Romero desconoce las reacciones políticas a su caso y que ella sólo se «plantea curarse». «Me imagino que estará luego unida a su marido en todo», ha zanjado.