El Ayuntamiento de Barcelona ha presentado este miércoles el 'Libro Blanco, Barcelona Capital de Estado', «una compilación de ideas, recomendaciones y deseos de 149 personalidades de diversos ámbitos» sobre una eventual ciudad condal que se erige como capital de estado.
El alcalde de Barcelona, Xavier Trias, que ha presidido el acto, ha celebrado el resultado del encargo del consistorio, decidido en pleno a petición de ERC, recordando que Barcelona, «siempre estará al lado del Parlament, pero también la lado de sus territorios y los catalanes».
«Como alcalde pienso que el derecho a decidir va ligado al derecho a conocer, por eso consideré que sería importante recoger las reflexiones de lo que sería la Barcelona del futuro», ha explicado sobre un libro cuyo objetivo es conseguir un texto abierto que analice en profundidad lo que sería Barcelona si fuera capital de estado.
Trias ha recordado que Barcelona es una bandera que se reconoce, que abre puertas y genera muchas simpatías internacionalmente, por lo que ha instado a los presentes a aprovecharlo de cara al 9N.
«El domingo será el momento para sentirnos protagonistas de nuestro futuro y ejercer el derecho a decidir; en estos tiempos difíciles con momentos de ilusión y esperanza, este libro quiere contribuir a esa esperanza para que Catalunya sea un país mas justo», ha justificado el alcalde sobre un escrito que quiere complementar el que ya presentó el Consell Assessor per la Transición Nacional (CATN).
El acto de presentación, en el que estaban el presidente del CATN, Carles Viver i Pi-Sunyer; Josep Maria Vila D'Abadal; la presidenta de Òmnium Cultural, Muriel Casals; los tenientes de alcalde del consistorio; el líder municipal de ERC, Jordi Portabella, y el de ICV-EUiA, Ricard Gomà, ha trasladado a los presentes –la mayoría de los 149 que han participado en el libro– a la Barcelona capital de Estado de 2024.
A través de la ironía, algunos de ellos han visto cumplidos los deseos plasmados en el documento que se presentaba y los han relatado como si ya se hubieran hecho reales.
La profesora de Hacienda Pública de la Universitat de Barcelona Marta Espasa ha explicado que en un una Catalunya Estado con Barcelona como capital «habría una redistribución de los impuestos entre la Generalitat y los entes locales, asegurando que la suma de los tipos de interés sería inferior a los que se paga a día de hoy.
Ha dicho que sería un país «pequeño como Suiza o Austria, descentralizado, con las competencias distribuidas, y que las empresas no se marcharían porque lo que buscan es la capacidad de investigación e innovación».
«La Generalitat puede hacer una política mucho más adaptada al tejido empresarial propio de Catalunya lo que repercutiría en su atractivo», ha sentenciado.
Otro de los participantes, el Jefe de Unidad del Sida en Can Ruti, Bonaventura Clotet, ha afirmado que la investigación de una Catalunya independiente permitiría que las patentes de lo descubierto repercutiría en la investigación catalana y ha incidido en la necesidad de que haya una ley de mecenazgo que fuera puntera para impulsar la investigación y la educación en escuelas y universidades, y para enseñar a las nuevas generaciones lo importante de devolver a la sociedad lo que se ha invertido en él, para que la misma sociedad mejore.
La teresiana Victoria Molins ha dicho que se debe procurar que esa capital de la Catalunya Estado sea la ciudad industrial laboriosa del pasado pero que evitará aquellas desigualdades de poder, para que la pequeña y mediana empresa crezca, y ha citado al economista de la UB Arcadi Oliveres solicitando una reducción de horarios laborales para que todos tengan trabajo y conseguir ese objetivo.
Pero no todos opinan en el texto que Barcelona deba ser la capital del eventual estado, ya que el economista Miquel Puig ha considerado que la capital administrativa de esa Catalunya debe ser Manresa, habida cuenta que Barcelona no tiene espacio para acoger las instituciones propias de un estado y absorber el volumen de población extra que tendría.