Llevo en Madrid, y por lo tanto en España, tres años y medio. Antes, pasé un año como estudiante de Erasmus en Viena, donde conocí a mi ex novia española. Decidí venir a España con ella en 2011, en plena crisis, y actualmente trabajo como consultor económico en una firma multinacional. Por esto, puedo decir que pertenezco a los afortunados que tienen un trabajo estable.
Me gusta el país y creo que la mentalidad española tiene muchas similitudes con la griega, algo que hizo mi periodo de adaptación más corto. España me gusta y la gente me ha tratado muy bien. Los españoles son personas abiertas, acogedoras y están dispuestos a ayudar. La única dificultad que tuve al principio fue el idioma. No podía comunicarme ya que no hablaba nada de castellano y los españoles, en general, tienen un nivel bajo de inglés.
Este fin de semana, desafortunadamente, no podré votar en las elecciones generales. Creo que Grecia es el único país del mundo occidental donde el voto es estrictamente presencial y la gente que reside fuera no puede votar por correo ni por otros medios. Así que, dado que no puedo viajar este fin de semana, no voy a ejercer este derecho fundamental.
Mi favorito a la presidencia es Alexis Tsipras. Aunque sé muy bien que no es perfecto, el programa de austeridad que impone la Troika no es bueno ni para el país ni para sus ciudadanos. Grecia ha perdido casi el 27% de su PIB desde 2009… ¿ha pasado esto alguna otra vez en tiempos de paz? Necesitamos unas reformas estructurales importantes y los dos grandes partidos (PASOK y ND) no han tenido la voluntad de hacerlo, porque su inercia del pasado es exactamente conservar el régimen que les ha permitido gobernar el país desde la caída de la dictadura.
Tsipras es una persona que no tiene experiencia en el mercado real y sólo se ha dedicado a la política. Aun así me parece que, como Syriza no ha gobernado nunca, es una buena oportunidad. Un partido que no ha gobernado nunca, no es de por sí corrupto. Parece que Tsipras tiene una cierta voluntad para negociar las condiciones tanto de la enorme deuda como de los programas de austeridad y no tiene intereses de conservar el régimen actual.
Su alianza con Podemos hace posible su comparación con la figura de Pablo Iglesias. Los dos líderes son jóvenes y aportan ideas nuevas, con todo lo que esto significa a nivel simbólico y práctico para el futuro de los dos países, que han sufrido mucho durante los últimos años. Los dos han empezado apoyando ideas muy radicales y cada vez que sus probabilidades de gobernar aumentan, se moderan más. Además tienen una base de miembros de varias ideologías (siempre dentro del área de la izquierda), algo que dificulta la comunicación entre ellos, como por ejemplo, opiniones personales que se presentan como líneas de los partidos, cuando no es necesariamente así.
Los dos partidos buscan activamente alianzas europeas, como señalan las varias visitas de Tsipras a Madrid y del líder de Podemos a Atenas, y ambos han ganado poder como consecuencia del cansancio de la gente, que ve que con el régimen actual de bipartidismo tradicional en los dos países su vida no tiene una alta probabilidad de cambiar en el futuro.
Creo que Syriza va a ganar las elecciones, pero conseguir la mayoría absoluta sería muy difícil. Aunque en las encuestas parece que tienen una victoria cómoda, hay que tener en cuenta el hecho de que hay mucha gente que en las encuestas responde «no sé/no contesto» y luego, a la hora de verdad, vota a partidos conservadores.
Muchos hablan de la «amenaza» de Merkel de sacar a Grecia de la Unión Europea y la zona euro si Tsipras sale elegido presidente electo, pero a mí no me gusta esa palabra. Merkel es muy cuidadosa con las expresiones que utiliza. Creo que el tema de Grexit es más una invención de los medios que algo que refleja la realidad.
Angela Merkel tiene que defender sus ideas y decisiones a todo el pueblo alemán y justificar el hecho de que los préstamos que hacen a los griegos no pueden ser sin coste alguno para ellos. Es decir, los griegos ganan tiempo para poder realizar ciertas reformas sin presión presupuestaria.
Puedo justificar perfectamente a un político que dice «no puedo permitir un partido radical que quiere romper todos los acuerdos y no es posible que cada vez que en Grecia hay elecciones cambien los acuerdos que tienen con otros países». Creo que Merkel no va a encontrar este partido radical en Syriza. Estoy convencido de que Tsipras va a respetar perfectamente los acuerdos (paga de deuda, reformas, etc.) y las condiciones de estos deben ser debatidas internamente.
Además no creo que lo que tema Alemania sea el “efecto contagio”. Si aceptamos el hecho de que los españoles van a dejarse influir por los resultados griegos (y este efecto no es tan claro), pueden pasar dos cosas:
Syriza gana y la economía va mejorando (se ve «luz al final del túnel»). Si pasa esto, quiere decir que hay cierta estabilidad en el país, tanto política como económica, y no hay amenaza de Grexit. En este caso, será obvio que Syriza ha demostrado bastante capacidad de hacer ciertos cambios para mejor. En este caso, creo que el miedo de los europeos sobre Podemos se reduciría muchísimo, ya que ya sabrán que un partido que «no conocen» no es un “enemigo”.
O Syriza gana y la economía va empeorando. En este caso, Syriza demostraría una incapacidad de hacer las reformas necesarias y la distancia entre Grecia y Europa se haría mayor. Inevitablemente Grecia adoptaría medidas aún peores o podría incluso salir de la zona euro. En este caso, los españoles no tendrían ningún incentivo para votar a Podemos y no habría ningún efecto contagio.
Con todo lo anterior, he querido demostrar que Alemania no debería temer un efecto contagio, porque esto pasaría solo en el caso de un win-win-win game para Grecia, España y el resto de Europa. Los españoles tienen la suerte de poder observar un escenario nuevo en Grecia, hacer los paralelismos necesarios y votar con más información. Esto es un lujo, especialmente en estos tiempos de elevada incertidumbre.