Segunda jornada de la Convención del PP; y la 'bronca' del presidente de Honor 'popular', José María Aznar, sigue acaparando toda la atención en el Palacio Municipal de Congresos de Madrid. Fue un buen 'rapapolvo', y el presidente Mariano Rajoy ha aprovechado el encuentro que ha protagonizado este sábado con las Nuevas Generaciones del partido también para reivindicarse a si mismo. Este viernes lo hizo Aznar, recordando a la cúpula actual que él «no se había vuelto a ninguna parte, porque no se había ido nunca». Y este sábado lo ha hecho Rajoy, recordando al expresidente que no todo en su gestión ha sido nefasto, como algunos 'populares' interpretaron de los dardos lanzados por el expresidente del Gobierno. Algunos dirigentes del PP se han sentido molestos por el empeño de Aznar de ignorar los «logros conseguidos», y Rajoy ha querido defenderse, claro que sin hacer ninguna mención explícita a esta cuestión.
Acompañado de su 'número dos' en el partido, María Dolores de Cospedal, y de la presidenta de los jóvenes 'populares', Beatriz Jurado, Rajoy ha comenzado su discurso recordando algunos de los datos macroeconómicos que a su juicio demuestran la «senda de la recuperación» en la que actualmente se encuentra España: puesto 12 en renta per cápita, tiene «la mejor sanidad del mundo» (a juicio de Rajoy, la crisis del ébola fue un ejemplo), el 40% del presupuesto total se destina a pensiones, España recibió 65 millones de visitas en 2014, se ganaron importantes obras públicas (el AVE a la Meca o el Canal de Panamá, ha puesto de ejemplo el presidente), España también es el principal receptor de la Unión Europea de estudiantes Erasmus («tan mal no se vive en este país, ¿no?», se ha preguntado Rajoy retóricamente) y el presidente ha insistido en que entre 2014 y 2015 se creará «un millón de empleos».
Dicho esto, el presidente Rajoy ha pasado a la carga contra «las modas complicadas» que consisten en «hablar mal de España y de la clase política». Y bajo la atenta mirada de los jóvenes de su partido se ha puesto de ejemplo frente a aquellos que «quieren cambiar al sistema». Para demostrar que él no llegó a La Moncloa caído del cielo, se ha arrancado a relatar su orígenes como si de un cuento se tratara, que con apenas 22 años, «se dedicaba a pegar carteles en su localidad natal a partir de las 10 de la noches cuando paraba de estudiar las oposiciones que se estaba preparando». El nombre de Podemos no ha salido a relucir, pero sí su esencia. «Hay una cierta tendencia por parte de algunas fuerzas políticas a destacar lo que está mal, los problemas y las desgracias que tenemos», denunció el jefe del Ejecutivo, para instar a los suyos que defiendan su país. «Hemos vivido una crisis importante pero, aún así, somos un gran país. De los más importantes del mundo», espetó.
Ha arremetido con fuerza contra los que quieren «cambiar el sistema»; y después de recordarle a Pablo Iglesias que él estudió en un «colegio público», en la «universidad» y hoy es «eurodiputado» gracias al sistema que critica, se ha declarado «orgulloso» de su país. Haciendo gala del nuevo lema del PP ('Aún queda mucho por hacer'), Rajoy ha admitido que lo que él quiere es «perfeccionarlo», pero nunca cambiarlo.
Sin hacer ninguna mención a la corrupción, sí ha reivindicado la honestidad y la generosidad de la 'clase política' y ha puesto de ejemplo a alcaldes y concejales de pequeños municipios «que no han visto un euro en su vida». «Es gente razonable y honesta y no acepto la crítica brutal hacia toda la clase política», ha denunciado. «Los políticos también somos seres humanos, tenemos sentimientos y pensamos», ha puesto en valor. «Si optáis por la política, podéis sentiros legítimamente orgullosos porque de lo que se trata es de defender los intereses de vuestro país», ha animado a los jóvenes.
En su discurso de este sábado no ha habido nombres propios: ni el de José María Aznar, ni el de Luis Bárcenas. Pero sí ha querido generar expectación respecto a su discurso de mañana. Sabe que no podrá competir con el presidente de Honor, pero ha instado a los jóvenes -que le han reclamado más contundencia contra la corrupción y contra el desafío soberanista de Cataluña- a que le escuchen este domingo. «Hablaré de economía, paro, Cataluña y corrupción», ha zanjado el presidente.