Un discurso muy largo, pero con muy poca sustancia. Su entorno asegura que llevaba semanas preparándolo, pero ésta no ha sido una intervención que haya hecho vibrar el plenario del Palacio Municipal de Congreso de Madrid como sí hizo el pasado viernes el presidente de Honor del partido, José María Aznar. Ha habido aplausos, incluso la escenografía también ha estado acompañada de un recibimiento de todos los compañeros en pie, pero nada que ver con los pelos de punta que muchos 'populares' han asegurado a estrelladigital.es haber tenido mientras escuchaban hablar de recuperar los «valores» y «principios» del PP a Aznar. Rajoy ha apostado todo a su gestión, a la recuperación económica, a la «exigencia» que dice haber demostrado contra la corrupción -sin mencionar ni una sola vez a Bárcenas, como es costumbre-, a la «quiebra» con la que se encontró y a los 'logros que a su juicio ha logrado en materia social. «Hablad bien de España, porque éste es uno de los mejores países del mundo gracias al PP», ha insistido Rajoy en infinidad de ocasiones, hasta el punto de proclamar que las urnas les compensarán.
Nada que ver con el 'rapapolvo' de su antecesor, que recomendó «no despreciar ni el desánimo de algunos, ni los recelos o el enfado de otros» y preguntó -cual dardo directo al corazón de Rajoy- «¿Aspira realmente el PP a ganar las elecciones? ¿Dónde está el Partido Popular?». El presidente del Gobierno le ha contestado con otra pregunta: «¿ha habido o no un cambio en España desde que gobierna nuestro partido?». Según varios dirigentes consultados, lo que más le dolió a la cúpula del PP del crítico discurso de Aznar fue que no hiciera ninguna mención a los logros conseguidos. Por eso, este domingo, Rajoy ha empleado gran parte de su discurso en recordar que han sido tres años «muy complicados» y recalcar que «el cambio ya se ha producido». «El cambio es una realidad y ahora toca profundizar en él y seguir adelante». «¿Hay alguien capaz de decir que esto no es un cambio notable?», ha seguido preguntándose, para añadir que España se ha «salvado de una catástrofe que parecía inevitable» y ése «es el camino». Rajoy ha contestado a Aznar con la misma frialdaz que éste le brindó el viernes; y ha optado por echar todas las flores que llevaba guardadas al presidente fundador, Manuel Fraga.
«Exigencia» ante la corrupción
Claro que Rajoy no ha empezado por aquí su discurso. Sí ha sido la parte a la que más tiempo le ha dedicado, pero antes de nada se ha referido a las cuestiones más controvertidas: Cataluña y sobre todo corrupción. Antes de entrar en harina ha hecho una mención especial a las víctimas de terrorismo. «El recuerdo de las víctimas del terrorismo es nuestro aliento diario en la defensa de la libertad y de la democracia», ha proclamado Rajoy, que no se ha querido olvidar de ninguna víctima y ha recordado al pueblo japonés que hoy tiene a dos de sus compatriotas como rehenes de Estado Islámico, uno de ellos recientemente ejecutado. En materia nacional, la AVT se concentró este sábado en Madrid en contra de la política antiterrorista del Gobierno, pero Rajoy no ha hecho ninguna mención al respecto.
Como tampoco ha hecho ninguna mención al protagonista ausente de esta convención: el extesorero del PP, Luis Bárcenas. No ha habido corrillo este fin de semana que no hablara de la salida de prisión del exsenador 'popular', ni de sus declaraciones incendiarias. Los periodistas han intentado por activa y por pasiva acceder al presidente para arrancarle alguna declaración al respecto, pero la nube de guardaespaldas que le acompañaba lo han impedido. Desde el viernes, un «buenas tardes» había sido la única respuesta conseguida después de que Bárcenas asegurara que el presidente del Gobierno conocía la existencia de la famosa caja B del PP. Este sábado, una joven militante le mostró públicamente su preocupación por este asunto, pero Rajoy optó por esperar a este domingo para responder.
Su discurso había generado mucha expectación entre los suyos por este motivo, y al final para que no dijera nada que no haya dicho antes: reconocer de nuevo que en el PP que se han cometido «errores» y presumir de «exigencia» ante la lacra de la corrupción. «Me preocupa que algunos de los nuestros no hayan estado a la altura de la historia y la trayectoria de este partido«, ha admitido Rajoy, pero «hemos aprobado muchas reformas en esta legislatura para hacer un país mejor en el terreno ético y con mayor calidad democrática», ha zanjado, no sin antes advertir de que ni la corrupción ni nadie empañará el «cambio». El presidente ha vuelto a admitir que entiende la indignación ciudadana, pero también ha alertado de la «manipulación y la exageración».
Adelanto electoral en Cataluña y Andalucía
La misma manipulación a la que Artur Mas está sometiendo a los catalanes, a juicio de Rajoy, después de prometer la independencia a partir de unas elecciones plebiscitarias que se celebrarán el próximo 27 de enero. Un «engaño» en palabras del presidente del Gobierno, que ha advertido de que no permitirá que se «soslaye la legalidad» y que el resultado será un parlamento regional «con las mismas competencias que tiene hoy». Rajoy ha alertado de que Mas está recurriendo a un «subterfugio burdo» que no le servirá de nada: «esas elecciones no pueden ser ni serán un camino hacia la fractura de España».
El presidente también ha arremetido contra el adelanto electoral convocado en Cataluña; y contra el que está previsto que se anuncie esta semana en Andalucía, y a ambos los ha calificado de «fracasos profundos» que a su juicio única y exclusivamente responden a «razones puramente partidistas, responden al interés propio y no al interés general de los ciudadanos, que es lo que debemos preservar todos». En el caso de Cataluña, al «enfrentamiento abierto» entre CiU y ERC. Y en el caso de Andalucía, para «evitar que la situación empeore, como parece que va a suceder».
Podemos y los «conjuros caribeños»
Además de Bárcenas, el otro protagonista ausente de esta Convención ha sido Podemos. Nadie tiene duda de ello. La «casta» de electricistas, profesores, administrativos…ha sido más coreada que nunca. Es evidente que la formación política liderada por Pablo Iglesias ha dejado de ser un conjunto de 'frikis', tal y como los calificó Pedro Arriola tras las pasadas elecciones europeas, para convertirse en el principal partido de la oposición. Así lo ha constatado el Partido Político este fin de semana, que ha marginado clamorosamente al Partido Socialista. Iglesias y sus «conjuros caribeños» se han convertido en la principal preocupación de Rajoy. «No podemos tirar por la borda el sacrificio de tantos españoles, no podemos jugarnos el futuro de nuestros hijos a la ruleta rusa de la frivolidad, la incompetencia y el populismo. No podemos», ha jaleado el presidente del Gobierno ante un plenario que se ha venido arriba.
Podemos lleva en boca de todos los 'populares' desde el inicio del cónclave. Este sábado el presidente Rajoy arremetió duramente contra ellos. Este domingo, sin embargo, ha optado por no olvidarse tampoco del PSOE, a quien ha vuelto identificar como el culpable de todos los males de España. Frente al «populismo» de Podemos y la «incompetencia» del PSOE, ha dicho Rajoy, sólo existe el proyecto creíble y viable del PP, que es el que ofrece «estabilidad, seguridad, moderación, Constitución, libertad e igualdad». En este sentido, Rajoy ha recordado que España ha salido de la recesión y no está ni para «retrocesos en el tiempo ni saltos al vacío».